miércoles, 28 de marzo de 2012

El Pico Casillas

Aquí cambió todo, fue mi primera salida a la montaña, en plan senderismo, con el extinto grupo de Haciendo Camino, una fenomenal experiencia en el verano del 2004, cerca de 40 personas pero yo, que creía estar más o menos en forma, llegué a la cima extenuado, cinco horas, y un auténtico desmayo, mi amigo Fernando Bustillo y yo estábamos hechos un auténtico desastre.

Decidí que aquello no podía ser, me quité cerca de quince kilos de encima (bien se ven en las fotos que pongo de aquellas fechas), me entrené y comencé con las muchas y muy agradables experiencias de montaña, con  la inapreciable ayuda de muchos y muy buenos amigos que tuve la suerte de contactar en aquel grupo.
El Pico Casillas, ninguna dificultad, fácil, asequible y nada duro, tenía ganas de volver a él, y por unas cosas y otras nunca lo hice hasta hoy. mi amiga Maica y yo nos hemos ido para allí, lo hemos subido, hemos disfrutado de un día fantástico y de un muy aconsejable paseo de senderismo con subida final.
Una subida de unas dos horas, aunque nosotros hemos tardado un poco menos y una bajada de una hora y media aproximadamente, un desnivel de unos 670 metros, partiendo de 1100 metros hasta los 1770 de la cima.
Subimos desde El Tiemblo por una desviación de su calle principal hacia la izquierda, después de pasar una gasolinera que dejamos a nuestra derecha, la desviación indica hacia "El Castañar" y hacia la Urbanización Buenavista, por esta desviación, al principio de buen asfalto y los últimos cinco kilómetros de gravilla, pero en buen estado hasta el área recreativa del Regajo donde dejamos aparcado el coche, retrocedemos a pie unos pocos metros, hasta donde existía una indicación de seguir hacia el Pozo de la Nieve, por donde iniciamo

s la subida, por una pista forestal que, a los más o menos veinte minutos se convierte ya en una senda bien marcada con postecillos de PR-AV-21 a través del valle de las Iruelas.
A partir de los 1400 metros de altura los postecillos indicadores se pierden pero aparecen buenos hitos y el camino se hace otra vez más evidente.
A los 1450 metros llegamos al Pozo de la Nieve y ya hemos visto perfectamente la cima del Pico de Casillas, un par de subidas y bajadas nos dejan a la falda del Pico Casillas, a 1600 metros de altura, el vértice geodésico es visible desde abajo y, aunque hay algunas sendas marcadas con hitos, cualquier camino que nos inventemos para subir, viendo el vértice final, nos lleva claramente hasta la fácil cima.
Fotos, un pequeño tentempie de fruta y frutos secos, agua y abajo.
Me ha encantado recordar esta subida.
Las fotos de la subida y un recuerdo de la subida del 2004 .... 

viernes, 23 de marzo de 2012

Unos días de esquí en Sierra Nevada

Como todos los años, unos días de esquí familiar, esta vez a Sierra Nevada.

Nunca ha sido una estación que me seduzca pero ahora, con la sequía, no hay mucha nieve en las estaciones del Pirineo y parece ser que en Sierra Nevada si, pues vamos allá.
Bien, no hay mucha nieve en la estación, pero las pistas están muy bien cuidadas, estamos entre semana así que poca, muy poca gente, es subir y bajar y nos tenemos que esperar entre nosotros para tomar juntos los remontes, genial.
A partir de las 2 de la tarde más o menos, la parte baja de la estación se pone un poco papa, pero por lo demás, genial.
Eso sí, es la estación más cara de Europa, más aún que en Alpes.
Además, muy buen tiempo, mucho sol, no gano para crema solar. 
Las fotos de la actividad ..

domingo, 18 de marzo de 2012

Dublín en 48 horas

¿Y por qué no?, conocer ciudades europeas en un par de días, bueno pues una alternativa, aquí va una, Dublín, una preciosa ciudad, gente amable y se puede conocer y disfrutar en dos días, vaya este recorrido como ejemplo:

Primera tarde, llegada más o menos puntual del vuelo desde Madrid, autobús al centro, buena información en el aeropuerto, no caro, 8€ y rápido, en treinta minutos en la puerta de mi hotel, dejo las cosas y salgo a patear, todo el recorrido en Dublín lo he hecho a pie, como alternativa hay un autobús turístico que te corre toda la ciudad con la opción, ya existente en otras ciudades, de irte bajando en cada sitio, visitarlo y volver a tomar otro de los autobuses del recorrido sin cargo adicional.
Esta primera noche me voy a la zona de Westmorland St, junto al Trinity College la universidad más antigua (fundada en 1592) y de más prestigio en Irlanda, donde hay buenas tiendas por si se quieren ir viendo las posibles compras y, allí mismo, el hedonista  barrio de Temple Bar con su tremenda vitalidad, primera Guinness del viaje, recorrido de la zona donde puedes encontrarte con sorpresas o puedes visitar la Gallery of Photography  y, por supuesto, cenar bien en el mismo Temple Bar, abierto las 24 horas y con música en vivo a cada momento, al sur del río Liffey o en cualquiera de los locales aledaños, todos con música en directo, entre ellos el Temple Bar Music Center.
Al día siguiente me apetece madrugar y me voy a empezar la jornada en el magnífico Phoenix Park, una preciosidad de 700 hectáreas al norte del Canal Royal, así hago tiempo, me voy al Kilmainhan (o sea la antigua cárcel por donde pasaron muchos de los líderes independistas irlandeses y que a día de hoy es un museo y como curiosidad, no olvidemos que en su zoo nació el famoso león de la Metro Goldwyn Mayer), antes de entrar desayuno en un pub justo enfrente de su entrada, todos los pubs son fenomenales y entro en el primer turno de recorrido, no muy de acuerdo con las explicaciones que nos dan, sobre todo con las comparativas, pero bueno mi nivel de inglés no me permite entablar una discusión, así que me callo aunque no otorgo. Desde allí, en un corto paseo me voy a conocer el IMMA (Hospital construido em 1680 como residencia para veteranos de guerra solteros y que ahora es el Irish Museum of Modern Art), pero está en obras, bueno, pues vale. Me apetece tomar un algo y conocer el famoso Brozen Head Pub y, ale ..., también en obras, vuelvo a cruzar el río y me voy a conocer el National Museum of Ireland, merece la pena, lástima que no me pueda detener lo suficiente en cada zona, pero sólo tengo dos días, en dirección, de nuevo hacia el centro, veo la bonita Saint Michan's Church (aquí en cada esquina hay una iglesia, entre anglicanas, protestantes, católicas, ... pero todas merecen la pena) y bajo para ver Four Courts.
Se me hace tarde para comer, a pesar de que mantengo mi horario español, así que cambio el orden y algo que tenía pensado para mañana lo hago ahora, me voy a conocer la Guinness Storehouse, una institución en Dublin, la degustación de su cerveza negra y, en su última planta, un precioso bar de cristal desde donde se divisa el todo Dublín, tardo en coger una mesa libre junto al cristal, un tentenpie, pero un buen rato contemplando la ciudad, además tengo la suerte de tener un día despejado.
Vuelvo a cruzar el Liffey y subo por Church Street hasta el King's Inn Park y de ahí, rápidamente llego al Dublín Writers Museum, merece la pena visitarlo, delante un jardín en memoria de las víctimas del terrorismo, un rápido paseo al cercano James Joyce Cultural Centre donde recorrer la historia de la literatura irlandesa y, donde hay que ver el 18 de Pa

rnell Square
y ya, ando por finalizada la jornada bajo hacia el Liffey por O'Connell co Street una de las calles más concurridas de Berlín y sigo andando hasta los Docks, donde ceno y tomo alguna nueva Guinness, ha sido un día muy pateado y el cansancio pasa factura.
Comienzo el día temprano visitando en primer lugar, el Saint Stephen's Green, bonito parque en el centro de la ciudad, continuo hacia el Dublín Castle, al lado la catedral  Cristiana, la visito y veo la cripta, me vuelvo y visito la catedral protestante de Saint Patrick's, de nuevo hacia el Saint Stephen's Park y, a su lado la comercial calle Grafton Street con todas las tiendas del centro de cualquier ciudad, esta calle me lleva hasta el Trinity College, que visito, bajo hasta Pearse Station  y subo por la avenida que centra la National Gallery, el National Museum y aquí doy por finalizado el viaje.
Bueno hay truco, yo me quedé una noche más y me fui a conocer, en el DART, el tren de cercanías, el cercano pueblo pesquero de Howth, merece la pena si se tiene tiempo.