lunes, 20 de mayo de 2019

Alarcón


En el fondo de la historia, Alarcón hoy en día es una ciudad perdida al sur de Cuenca, se llega por una carretera sin salida, que arranca de uno de esos tramos abandonados de la antigua NIII, o sea que o vas a conciencia o no te lo encuentras, tampoco es una ciudad que, a pesar de que por lo que vi, vive fundamentalmente del turismo, se esfuerce mucho por mantenerlo, iglesias a visitar que están cerradas y sólo abren a alguna hora muy determinada o porqué algún guía local hace un tour de visitas a pagar, o sea se hacen su chanchullete, o el típico centrete de información que, en todos los sitios te facilitan un plano turístico y aquí te quieren cobrar por él.

Alarcón históricamente una ciudad fortificada que tuvo que levantar cuatro torres de defensa fuera de la ciudad, además de los muros construidos o del natural que le hacía la hoz del Júcar.

Ya, antes de entrar en la ciudad, desde la Torre de Armas se presentan unas buenas vistas de la ciudad, después el recorrido por la misma por la plaza de Don Juan Manuel, con el Ayuntamiento, con la Iglesia de San Juan Bautista con los murales de Jesús Mateo en su interior, la Iglesia de Santo Domingo de Silos que ahora es un auditorio, la Iglesia de Santa María con su bonito retablo, el Museo del Ruso, el castillo el parador de turismo.

Quiero dar un paseo circular alrededor de Alarcón, hay dos opciones el corto, alrededor de las murallas, bordeando pero sin cruzar el rio Júcar pasando junto a la Cueva de Alarcón o el largo, cruzando el río por el puente romano del Picazo, en ambas opciones la salida está al lado del aparcamiento de autobuses, en bajada, bien indicado y que pasa por debajo de la Puerta de Chinchilla.
Recorrido, el largo, que terminando por el denominado Camino de las Hoces del Júcar, me devuelve al pueblo por la Torre defensiva del Cañavate y el puente de Tébar.



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