Clásica escapada de fin de semana
que nunca defrauda, aunque en esta ocasión, mes de junio la cantidad de turismo
agolpado en Roma es brutal y me hace desmerecer la visita, francamente, hoy en
día, desde el “cuarenta de mayo” hasta la segunda semana de septiembre, el
turismo a determinadas capitales de Europa se hace desagradable.
No sólo la enorme cantidad de
vuelos LowCost, ojo, entre los que me incluyo, pero sobre todo el nuevo turismo
de macrocruceros, que llegan a un puerto (Ostia en este caso) y te sueltan
miles de turistas de golpe que colapsan estas ciudades portuarias.
En cualquier caso, un primer día
entre el vuelo, entre el traslado al hotel y luego un buen paseo, Plaza Venecia
con el Vittoriano, los museos capitalinos, el Foro Imperial, el del Medievo, la
columna de Trajano, el área sacra, el Teatro de Marcelo, Basilica Giulia, toda
una tarde completa hasta la cena.
El segundo por San Pedro, el
abarrotado lineal Museo Vaticano, el pleno en la Capilla Sixtina, San Pedro In
Vincoli, el Moisés de Miguel Ángel y la comida en zona turística abarrotada,
después el Coliseo, las Termas, Palatino, un spritz en la isla Tiverina y cena
en el Trastevere, oh sorpresa, también abarrotado.
Una mañana dedicada a la Plaza
España, La Trinitá Di Monti por la escalinata de subida desde Plaza de España,
la Fontana Di Trevi donde no había ni un centímetro libre, Panteón, Plaza
Navona y … adiós, adiós, ciao, ciao, mejor otra vez con más tranquilidad
¿enero?.
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