Con problemas para llegar hasta
el aparcamiento del Puerto de Navacerrada por los incendios de hoy en la zona,
la UME tenía controlada la circulación dando pasos a tramos, mi intención era
bajar hacia la zona de la Fuente de La Cantina, pero preferí quedarme aquí, no
quería ni molestar ni estorbara las tareas y necesidades de los bomberos
forestales.
Fue por ello que esta actividad
la hice de casualidad, pero mereció la pena, no conocía el Cerro Ventoso pero
si la zona y tenía ganas de subir allí.
Salí, por tanto por la pista que
se inicia desde el Puerto de Navacerrada, a 1858 metros de altura, junto al
Restaurante Dos Castillas, paralela a las ¿instalaciones? de las ¿pistas de
esquí del Escaparate?, vaya desde aquí mi critica a estas instalaciones que lo
fundamental que tienen es el vallado de una gran zona, me imagino que pública,
durante el verano, en poco más de cinco minutos se llega al final de este
vallado, a la zona de la R.M. de los Cogorros, hacia la izquierda, siguiendo al
borde de la valle de las pistas de esquí comienza el famoso Camino de Eduard
Schmid por la base de la pared septentrional de los Siete Picos, suaves bajadas
durante los dos primeros kilómetros hasta unos 120 metros, suaves subidas,
zonas llanas, siempre muy bien marcado, fenomenal en un día de calor como hoy,
caminando pajo el maravilloso pinar olvidándome del calor del día.
En algo menos de veinte minutos,
el camino, siempre bien señalizado, se divide, tomo la desviación a la derecha,
llego a zonas que están empedradas, no sé para qué, esos empedrados lo único
que provocan es que, en verano se llenen de tierra provocando que, en bajada,
haya gente que se escurra y en invierno se llenen de hielo, en fin …
En cincuenta minutos, más o menos
cuatro kilómetros y medio, más o menos, se llega a una bifurcación, bien
señalizada, hacia la derecha la Senda de Los Cospes que nos llevaría hacia el
Puerto de la Fuenfría y, hacia la izquierda sigue el Camino Schmidt, ahora en
subida, hacia el Collado Ventoso (de 1895 metros de altura) a donde se llega en
poco más de una hora en total, desde el Puerto de Navecarrada, zona de unión de
caminos, el Camino Schmidt continuaría en bajada hacia la Carretera de la
República, de frente saldría la Senda de los Alevines, hacia la izquierda la
subida hacia el cordal de los Siete Picos por donde volveré y, hacia la
derecha, justo detrás del hito del Collado, comienza, al principio, algo
diluida, la subida hacia el Cerro Ventoso, subida corta por los límites entre
las Comunidades de Madrid y de Castilla-León, poco más de quince minutos, al
principio hay un precerro también con un hito que puede conducir a error.
Al final en el Cerro, a 1960
metros de altura, una hora y media escasa desde el Puerto de Navacerrada,
penosas vistas hacia La Granja por culpa de los incendios, pero la circular de
vistas desde Peñalara, Siete Picos, Valle de La Fuenfría con su cordal de cimas
…
Bajada en diez minutos hasta el
collado Ventoso y decido volver por el cordal de los Siete Picos, la subida
hacia el cordal comienza en el mismo Collado Ventoso, empinada, pedrera, bien
hitada y, desde arriba, una vista atrás para ver en primer término el Cerro
Ventoso y, detrás, Minguete, Montón de Trigo, etc…
Sigo por el cordal, bordeando,
uno por uno los Siete Picos, entre los 2080 y los 2130 metros de altura de cada
uno de ellos, hoy no me toca treparlos, ya lo hice en varias ocasiones, en
algunos puntos conviene no perder los hitos y si se pierden volver atrás, hasta
llegar al inicio de la gran bajada en la Pradera de Siete Picos a 1930 metros de altitud, donde insisto en no perder los hitos,
abajo, hacia la derecha se inicia la Senda Herreros, sigo de frente, la pista
me lleva hasta la asquerosa zona cerrada por las minipistas de esquí del
Telégrafo, hay que bordearlas, hacia la izquierda o hacia la derecha, elijo
hacia la derecha, mal camino, llego al Puerto de Navacerrada mosqueado con
estos vallados.
Otra de las opciones es continuar
hasta el Puerto de la Fuenfría, siempre de frente hacia el Montón de Trigo, por
una pendiente bajada con múltiples senditas que se separan y se vuelven a cruzar.
No puedo dejar de recordar este
recorrido de los Siete Picos, en sentido inverso y bajo la niebla.
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