Una buena actividad, sobre todo en invernal, un día duro, muy duro. Salimos de Posada de Valdeón con ánimo de hacer la Torre Bermeja por esta ruta un tanto especial.
Una ruta circular con cerca de 18 kilómetros de recorrido, con un desnivel acumulado en la subida de 1540 metros y unos 20 más aún en descenso, partimos desde los 910 metros de altura de Posada de Valdeón hasta los 2392 de la Torre Bermeja. Debido a las condiciones de nieve, y por tanto a las constantes paradas para organizar las maniobras de cuerda, tardamos cerca de once horas, calculo que en condiciones estivales puede hacerse en un par de horas menos.
Una ruta circular con cerca de 18 kilómetros de recorrido, con un desnivel acumulado en la subida de 1540 metros y unos 20 más aún en descenso, partimos desde los 910 metros de altura de Posada de Valdeón hasta los 2392 de la Torre Bermeja. Debido a las condiciones de nieve, y por tanto a las constantes paradas para organizar las maniobras de cuerda, tardamos cerca de once horas, calculo que en condiciones estivales puede hacerse en un par de horas menos.
Comenzamos a primera hora de la mañana desde Posada de Valdeón, tomamos la carretera en dirección a Riaño y, a los pocos metros, vimos una desviación hacia la derecha que, a través de pista forestal, nos lleva hasta el cercano pueblo de Soto de Valdeón y en dirección a Caldevilla, enseguida vemos, otra vez hacia la derecha, una pista que cruza el río, indicado hacia la Vega de Llos, el camino, que enseguida se convierte en senda zigzagueante nos llevará a través de un tupido bosque, cambiante constantemente a hayedo, a abedules, etc.., pero siempre de una belleza y una frondosidad especial, esta parte de la ruta la hice posteriormente como el principio de la ruta de los refugios Vega ....
Dejamos a nuestra derecha el Puerto del Cuerno con sus 1370 metros, pasamos varios collados en suave ascensión, al principio no tanto, hasta llegar a la Vega de Llos, en cuyo centro vemos el chozo de Llos inconfundible, pegado a unas rocas más altas que el propio chozo.
Ya aquí comienza la nieve, cada vez más incomoda y profunda, bordeamos la Peña Parda y subimos al Collado Jover.
Una mala pisada y se me sube la bola, estiramos la pierna y continuamos hasta el Collado del Frade donde el camino se une con la ruta que vendría desde Vegabaño, una nueva subida hasta llegar a la Cimera del Frade y empiezan las dificultades para subir a los Altos del Verde, la trepada no sería dificil en verano, pero aquí esta helada la nieve entre las piedras, la arista donde estamos no ofrece consistencia alguna, una caída sería peligrosa, hay que encordarse y trepar, es un grado III+ de sólo unos cinco metros, reunión arriba y seguimos, un destrepe asegurado hacia el Collado de la Canal, bordeamos un poco y nueva trepada por un diedrillo-chimenea de unos diez metros y de un grado III volviendo a meter reunión arriba, habíamos leído que nos encontraríamos un viejo pitón para asegurar la subida, no encontramos nada, estaría cubierto por la nevada.
La arista sigue, otro destrepe asegurado y ya estamos en las palas que nos llevarán a la cima, a nuestra derecha vamos dejando Los Moledizos.
Llegamos a la cima en poco más allá de las seis horas desde la salida, es tal la cantidad de nieve que no vemos ni vértice geodésico, ni buzón, ni nada de nada, el tiempo se nos echa encima, cuatro fotos rápidas a nosotros, del paisaje ni hablamos, no se ve nada por ningún lado.
Retrocedemos unos metros y enseguida tomamos la dirección hacia el Collado de Pambuches, primero una zona de palas muy verticales, nos encontramos con dos cejas que pueden provocar avalanchas y con rimayas de consideración al pie de las cejas, resultado, setas en la nieve, cuerda y a bajar poco a poco, después unos metros de destrepe cara a la pared, poco a poco la vertiente se hace menos empinada y nos damos la vuelta, dejamos a nuestra derecha los Picos de Pambuches hasta llegar a Pantivales, allí, de repente, a 1400 metros de altura, pasamos de hundirnos en la nieve hasta las rodillas a quedarnos sin nieve, llegamos al collado de Pambo y ya vemos, de frente Collado Jermoso y el Friero y, abajo Cordiñanes y la presa de Posada de Valdeón, una horita más y llegamos de vuelta a Posada de Valdeón después de más de diez horas muy duras.
Esta invernal subida, como esfuerzo físico y técnico, me ha encantado, lluvia, nieve, niebla, en fin, todos los ingredientes para disfrutar, pero me ha faltado el paisaje, que aquí tiene que ser espectacular, así que haré de nuevo este recorrido en verano.
Impresionante; felicidades.
ResponderEliminartal cual lo describe Angel, y yo aportaría dos cosas: el paisaje brumoso era excepcional y envolvente, y la trepada de grado III+ a mí buen entender fue una pared de 50m más o menos, aunque puede que allá arriba no midiese con rigor.
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