Una actividad divertida, no
difícil, no es larga, pero por un fenomenal paraje y con unas geniales vistas.
La Laguna de Uña, en pleno Parque
Natural de La Serranía de Cuenca, perfectamente visible desde un balcón
natural, cerca de la entrada a La Ciudad Encantada y que tenía ganas de recorrer desde que la vi desde allí, históricamente una
pequeña laguna, cerca de tres hectáreas
con el agua del arroyo del Rincón, pero que fue ampliada cuando se
amplió con las aguas del Canal de La Toba para ampliar el caudal del
desfiladero del Júcar y abastecer el salto hidroeléctrico de Villalba de la
Sierra.
Un espectacular recorrido
circular denominado como PR-CU-37 conocido como “Sendero del Escalerón y La
Raya”, no es largo, se hace entre dos horas y media y tres, puede ampliarse si
seguimos hasta la zona de las Catedrales por el Canal de La Toba, pero eso,
otro día.
Hoy no tengo intención de
pernoctar fuera de casa, he salido temprano de Madrid, en algún momento
preocupado, no hay ninguna gasolinera en la autovía desde la A4 hasta Cuenca
por la autovía, hay alguna, típico, si te sales y te vas hacia algún pueblo cercano
o si cambias a contradirección, he llegado a Cuenca y he girado hacia Uña,
pensando que en algún pueblo habría alguna, sólo una y cerrada, he llegado a
Uña y he vuelto jugándome el quedarme parado en la carretera.
La ruta comienza en Uña,
primeramente por la población, dejando la laguna a mi izquierda, al principio
cerca de la misma, donde hay un primer mirador desde el que se puede admirar la
abundante fauna acuática de la laguna, no hay que olvidar que la laguna es una
importante zona de paso y nidificación de aves. La ruta sigue discurriendo por
una estrecha pista-carretera y que, en pocos minutos, cerca de la zona de la
Escuela Regional de Pesca, a mi derecha nace un sendero, bien señalizado,
evidente, y que, desde el principio está en ascenso, esta zona se llama El
Escalerón, el nombre es el adecuado, trescientos ochenta y cinco metros de
desnivel, es una subida empinada pero no difícil, entre la umbría de un
precioso pinar, la zona final en zetas y con bonitas formas de las rocas y
preciosas vistas, foto tras foto, hasta llegar a una zona con un balcón natural
hacia Uña.
A partir de esta zona, la ruya
sigue por una pista bastante precaria pero siempre bien señalizada, hasta
llegar al Mirador del Refrentón, con unas fenomenales vistas hacia Uña y su laguna,
sigo por la pista que atraviesa el pinar y que retorna hacia la zona de vistas
a la laguna, miradores naturales con los que hay que tener precaución, hay
miradores sin protección alguna.
Llevo más de hora y media y,
hacia mi izquierda la señal y las buenas indicaciones de bajada hacia La Raya,
es un antiguo camino caballerizo, estrecho y encajonado, una bajada de gran
belleza, de repente el camino se convierte en un espectacular balcón sobre la
laguna de Uña, estrecho, corto y totalmente prohibitivo para personas con
vértigo, me recuerda a alguna de las fajas del Valle de Ordesa, en el Pirineo.
A partir de aquí la bajada
continúa por una senda serpenteante y estrecha que nos lleva hasta la base de
la presa en el pueblo de Uña.
Buena hora, un asadito y vuela a
casa, Uña tiene buenos restaurantes y hoteles.
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