Mostrando entradas con la etiqueta Fin de semana. Mostrar todas las entradas
Mostrando entradas con la etiqueta Fin de semana. Mostrar todas las entradas

miércoles, 11 de diciembre de 2019

Antequera y El Torcal



 ¿Viajar en coche?, ¿en tren?, cada vez más voy dejando de usar el coche y me decanto por otros medios, pero cada vez que lo intento tengo alguna decepción, en esta ocasión, buen trayecto en el Altaria, pero la ubicación de la estación, a varios Kilómetros de la ciudad deja muchas lagunas en su efectividad.

Ya en Antequera, a cincuenta kilómetros de Málaga, una bella ciudad, en el norte, fuera de la zona de playas, ciudad grande con algo más de cuarenta mil habitantes, la idea es hacer desde aquí varias actividades de montaña o naturaleza, hoy su famoso Torcal también se puede ver el Caminito del Rey (), el Dolmen de Menga, la Peña de los Enamorados, o Peña del Indio, el nacimiento del Río de la Villa, la Laguna de la Fuente de Piedra …

En suma, un fin de semana completo ya sólo con Antequera y bien ocupado si a ello le añadimos el Caminito del Rey ()

Y en la ciudad, la Iglesia de los Remedios, el Convento de Las Descalzas, el Portichuelo, la Alcazaba, la Real Colegiata de Santa María La Mayor, pasear por los Jardines del Tío Pepe, subir al Mirador de Las Almenillas.

El Torcal de Antequera, una reserva natural única en Europa, al sur de Antequera y en medio de las Sierras Béticas, declarado Sitio Natural de Interés Nacional en 1929 y recalificado como Parque Natural en 1978, un conjunto de piedras calizas, con más de 200 millones de años y sus abismos que crean unos impresionantes paisajes y con su observatorio astronómico desde donde se puede observar el sol como en ningún otro sitio en España.

A poco de salir de Antequera queda, bien indicado, el nacimiento del río de La Villa que manda sus aguas al Guadalhorce, si, el río del Caminito del Rey, una carretera con muchas curvas, empinada, nos lleva en algo menos de una hora hasta la zona del Torcal de Antequera, abajo, aparcamientos donde dejar los coches y a subir en los autobuses lanzadera, un negociete más.

En el Torcal Alto, varios trekings fáciles, rutas de no más de tres horas, bien indicadas, a veces, sobre todo en días de fiestas muy concurridas, pero todas con unas vistas espectaculares, iniciamos y terminamos a 1220 metros de altura y los desniveles acumulados no pasan de los cien metros.

Como dato, el famoso tornillo, la imagen del Torcal, está al otro lado de las pistas de caminata, a, más o menos, diez minutos de la zona de aparcamiento superior, junto al Centro de Visitantes, merece la pena ir a verlo.
Al terminar alguna de las rutas es muy recomendable irse al mirador de Las Ventanillas, junto al Centro de Visitantes, espectaculares vistas.

En fin, una actividad muy turística que merece la pena llevar a cabo.


domingo, 24 de noviembre de 2019

Saltos del Nervión y cascada del Gujuli


Vitoria, un buen fin de semana con distintas opciones, además de disfrutar de la ciudad, o zona de montañas, como cuando subí al Aitxuri en el proyecto del Pico más Alto de Cada Comunidad, o a visitar cascadas, o mejor dicho zonas de cascadas, en las cercanías de Vitoria, en esta ocasión con el Monumento Natural de Santiago, el Salto del Nervión (Río Délika) y la Cascada del Gujuli o Goiuri (río Oiardo).

Mi primer destino en esta ocasión, ha sido el Salto del Nervión, por la carretera A2625 desde Miranda de Ebro, en dirección al pueblo de Orduña y, poco antes de llegar al puerto, hacia la derecha, perfectamente indicado, la zona de acceso del Monte de Santiago, a poco de pasar el pueblo de Berberana, justo en el borde entre las provincias de Álava, Vizcaya y Burgos, un primer aparcamiento, junto a la carretera, es más cómodo seguir por la pista forestal denominada como PR-BU-49 unos kilómetros, hay un primer aparcamiento ya en la pista en el que no aparco, sigo y, en la zona del último aparcamiento, a unos nueve kilómetros y medio de la carretera, ya no se puede seguir más con los coches, lo dejo y sigo andando, en la misma zona de los aparcamientos varias sendas bien indicadas, el centro de interpretación de la zona y la pista que sale hacia el Salto del Nervión, ya en zona alavesa, a un poco más de dos kilómetros después de dejar el coche, lo primero que nos encontramos a pocos metros del centro de interpretación es el llamado monumento a Santiago con las ruinas del Monasterio de Langériz, consistente en unas ruinas a la izquierda de la pista forestal y, ya casi al final de la misma, la zona de La Lobera de Santiago, un sitio interesante y que se trata de unos muretes de piedra que van haciendo una especie de embudo y que, en medio kilómetro más o menos termina en una especie de foso donde caían los lobos acosados, hay una serie de estatuas que semejan el tipo de caza.

Pasamos la zona de La Lobera, sigue la pista, ya hemos salido de la zona boscosa, enfrente el barranco del Nervión, llegamos al mirador encima del pozo del salto, en esta ocasión no hay agua, hablo con el encargado del centro de información que me indica que no es frecuente el que haya agua, la zona freática es muy corta, no más de veinte kilómetros, y el tipo de roca muy porosa hacen que el agua de lluvia se vaya en pocos días después de épocas de lluvia, pero eso sí, cuando lo consigues ver es espectacular, en cualquier caso la zona merece la pena, es un salto espectacular con una caída de más de 220 metros hacia el llamado Hoyo Nuevo, la de más desnivel de España.

Me voy a comer a Orduña, a 275 metros de altura, bajando por el puerto del mismo nombre de 900 metros con unas curvas y unas vistas espectaculares y después por la carretera A2521 que sale de Orduña hacia Vitoria, subiendo el puerto de La Barrerilla de 645 metros, en unos catorce kilómetros, en la carretera que va de Orduña a Murguía, unos 30 kilómetros antes de Vitoria, se encuentra el pueblo de Gujuli y dejamos el coche en una zona de aparcamiento junto a la cascada, andamos cerca de un cuarto de hora por un camino fácil y bien marcado hasta un mirador enfrente de la cascada.

Una cascada que, como muchas otras, cuenta con su tópica y típica leyenda.






martes, 5 de noviembre de 2019

Marrakech


La ciudad roja, todas sus construcciones en terracota, 1.200.o000 habitantes, siempre ha sido una ciudad de paso hacia otras actividades, primero en la subida al Toubkal, años después me ha servido también como punto de inicio y final en un precioso recorrido por el Desierto del Sahara ().

Una ciudad en el que toda su actividad parte, termina o se ve participada por la famosa plaza de Jemaa el Fnaa (“reunión de los muertos”), plaza que ha sido declarada Patrimonio de la Unesco, que merece la pena visitar sobre todo al atardecer cuando se convierte en un hervidero de gentes y rodeada de la antigua Medina, 650 hectáreas, con sus callejuelas con todo tipo de tiendas, sobre todo con los típicos artesanos curtidores del cuero y con los zocos en la zona norte que se merecen al menos una tarde entera de pateo.

En mi primer viaje a Marraquech dormí, bueno dormir es un decir, en el famoso entre los mochileros, hotel Alí junto a la plaza de Jemaa el Fnaa y como no, los paseos por la plaza viendo a los contadores de cuentos, a los encantadores de serpientes y, por supuesto, cenar algún pincho de cordero o algún plato de cuscús.

Empecé la visita a la Medina por una de las diez puertas de la antigua muralla, la histórica puerta de granito azul de Bab Agnaou, caminando por la Kasbah, merece la pena visitar  las tumbas Saadies con tres grupos, las tumbas infantiles, son sólo las lápidas externas, el pabellón femenino y la sala de los reyes, con unos artesonados magníficos, paseos hasta llegar al café de El Badii, junto a las ruinas del palacio del mismo nombre (el incomparable, inspirado en la Alhambra de Granada) y donde tomar mi primer té a la menta de la visita, seguida de paseo alrededor del Palacio Real (Dar El Makhzen), después La Mellah, el gueto judío, una ciudad en sí misma, la Sinagoga de Lazama y, claro, un paseo por los zocos de la Medina.

Como no, con la Mezquita de la Koutoubia del siglo XII

y su espectacular minarete de 77 metros de altura que lo hermana con la Giralda de Sevilla y junto a la Koutoubia hay que ver la tumba de Fátima Zohra

Merece la pena la visita a El Palacio de Bahía, con sus más de tres hectáreas de jardines, pero sobre todo con sus techos y sus artesonados.

Como no, también, a partir de las once de mañana la entrada es libre para visitar el famoso hotel de La Mamounia y sus jardines.

Y ya, de paseo por jardines, espectacular el Jardín de La Menara con sus cien hectáreas, con su inmenso estanque del siglo XII y con sus cerca de diez hectáreas de palmeral.

Si nuestro tiempo nos lo permite, en mi primer viaje si lo tuve, merece la pena adentrarnos en  el Marraquech moderno, fuera de las murallas del antiguo y de su Medina, donde todo gira alrededor de la Avenida Mohammed V.



lunes, 23 de septiembre de 2019

Praga


Viaje familiar, fin de año en Praga, buena idea, una ciudad encantadora con una Monumental plaza de la Ciudad Vieja Medieval (Stare Mesto) espectacular, el corazón de Praga, una ciudad con el contraste  entre estrechos callejones con amplias avenidas, con la Iglesia gótica de Nuestra Señora de Tyn y sus características torres góticas, con la Casa de la Campana de Piedra,  con el edificio del Antiguo Ayuntamiento y su reloj astrólogico, una de las joyas de la ciudad, pero los paseos diurnos por Praga, por cualquiera de sus rincones con música, a pesar del frío, son espectaculares y no digamos los nocturnos, con cualquiera de sus bares o restaurantes con música, con sus innumerables conciertos (incluso en alguna iglesia), sobre todo en los fines de semana, o los mercadillos de fin de año, espectaculares.

En cualquier caso, un primer día por la Avenida Wenceslao y la plaza de la Ciudad Vieja, continuando por la zona judía (el barrio Josefov con un reloj en el Ayuntamiento Judío cuyas agujas giran al revé), con la sinagoga Vieja-Nueva, con la Sinagoga española, con el cementerio en el centro de la ciudad con cerca de 12.000 lápidas puestas unas encima de las otras, merece la pena un relax en el Café Kafka, a comer y darnos un relax en cualquiera de las ocho islas que hay en el río Moldava, por ejemplo en la isla de Kampa,  después el famoso y emblemático puente Carlos, al final del mismo la vieja noria Certovka, siguiendo por San Nicolás y sus cúpulas, Nuestra Señora de la Victoria (donde se guarda la escultura del Niño Jesús de Praga, escultura llegada desde España) y el Teatro Nacional para volver a terminar en la Avenida Wenceslao, hora de cenar.

Un segundo día para conocer la Catedral de San Vito, el Palacio Real, los jardines reales, para, después de comer no perdonar la visita y un paseíllo por el Callejón de Oro (en el número 22 vivía Kafka), junto al río Vitova (Moldava), que parte en dos la ciudad, el neorrenacentista Rudolfinum (la filarmónica checa) con la cervecería de Praga por excelencia, la U Rudolfina, no olvidemos que en Praga se consideran a sí mismos como la catedral de la cerveza.

Y otro paseíto al parque de Letná con unas magníficas vistas sobre Praga, desde donde dicen que se pueden contar hasta cien torres de la ciudad.


lunes, 16 de septiembre de 2019

Milán


Una ciudad que no está hecha para el turismo, si para vivir.

Se circula de maravilla, te respetan en los pasos de cebra si hay que pararse, sino no paran y nadie se enfada.

Hay bicis por todos lados sin necesidad de carril específico, que también los hay y hechos para circular con la bici y no para hacer inauguraciones,  y se respetan unos a otros.

Hay patinetes y no hay sensación de problemas. Aceras de asfalto cuestan la mitad que las nuestras y son geniales.

Tranvías del año de la polka que funcionan perfectamente y que dan un toque genial.

Ciudad cara pero con buenos salarios.  Hay camareros/as italianos.  Hay inmigración pero poca e integrada.

Los trenes de cercanías, muy buenos, no baratos, bueno, nada es barato en Milán, pero buenos, cómodos, bien informados, limpios y puntuales, los usé para ir al Lago Como ida y vuelta, mejor opción que cualquier alternativa de excursiones organizadas y sin complicación alguna.

El metro, igual, limpio, automático, en las líneas en que monté no llevan conductor, modernos, frecuentes y puntuales, el billete que usé es el de 90 minutos dos euros.

Los restaurantes muy caros, no tiene que dar vergüenza el pregunta cada precio antes de pedir porqué si no terminas saliendo cabreado en todos los sitios, sobre todo hay que preguntar por las bebidas (una copa de vino rosado, en muchos sitios te traen la copa ya servida en lugar de servírtela delante).

Los hoteles, caros y básicos y, recordad que en Milán hay que pagar el chantaje, huy perdón, el canon turístico, CINCO EUROS POR PERSONA Y NOCHE.

En cualquier caso, se vive genial, la gente se respeta, no hay caras de enfado.

Para ir y venir a/desde Malpensa, están los autobuses Terravisión que se toman (previa reserva por internet) en la misma puerta de salida de cada terminal, una hora larga en ir o en volver a Milán a la Estación Central, siete euros por trayecto, también está el tren Trenord, 13 euros trayecto, pero rápido y te deja en el centro, otras opciones son para osados.

Mis recorridos, pues el día de llegada, poco, dos horas largas de avión, una hora y cuarto de bus hasta el centro de Milán, el traslado desde la Estación Central hasta el hotel, el check-in, abrir las maletas, pues un paseo de relax en metro a conocer San Siro por fuera (otro ejemplo más de practicidad, un fabuloso estadio municipal para LOS equipos de la ciudad, no uno particular de cada uno), un spritz de aperitivo y a cenar, paseíto final de la primera tarde.

El sábado si, desayuno temprano, bajada andando por la Vía Corso Sempione, recorrido del bonito parque Sempione donde está el espectacular Castillo Sforzesco que visité más en detalle por la tarde, Calle Dante, una de las calles más comerciales de Milán y Plaza del Duomo, sacar las entradas para el Duomo, visita interior del Duomo y subida a la terraza por una angosta escalera de 251 escalones en subida y bajada al tiempo, después de otra nueva cola para cambiar la entrada ya que no me habían informado que con la primera no podía subir, en fin … ah y cuando se lo comento al de la escalera, pues no va el tío y me dice que con mi edad podía  pedir preferencia de paso para no esperar colas, pero me caguen … ¿porqué no lo decís?, venga va, vale … termino con la Catedral y, justo al lado no se puede perder la Gallería Vittorio Emanuelle, bueno un sitio donde mirar, y no comprar, la tienda que más me gustó fue la de Ferrari,  justo al lado la Plaza de la Scala con el teatro de la Scala, me encantó, la Vía Mercanti y, a comer …  por la tarde visita más en detalle del Castillo Sforcesco y paseo ya de compras por la zona de Montenapoleone y plaza de San

Babila, también en el centro, en “el cuadrilátero de la moda”, por la noche, para quitarme del centro y sus restaurantes excesivamente turísticos, cena directamente en la zona del Navigli.

Siguiente día muy ajetreado, visita al Cemitero Monumental, no es tan impresionante (en todos los sentidos) como el de La Recoleta en Buenos Airesm (), pero merece la pena, paseo hasta la estación de Trenord a través del Parque Sempione, visita a la Iglesia de Santa Maria delle Grazie, sólo para poder ver la Última  Cena de Leonardo y tren al lago Como, una hora, paseo alrededor del lago, comida en un restaurantito junto a la estación y vuelta a Milán, por la noche, una vez más a cenar a la zona del Navigli, con un ambientazo, ah y en el Navigli, los sábados es día de mercado

El Duomo, bueno, pues bajo mi opinión no he visto jamás una Catedral como esta, impresionante, el exterior (a pesar de que en este año 2019 está en revisión por fuera y no se puede ver bien), el interior impresionante, pero es más el empeño turístico que la empaña, esos grupos organizados que se te cuelan, esos precios, esa falta de información, pedí la entrada, pregunte por precios para tercera edad y me miraron con mala cara, no me informaron, entré y cuando pretendí subir a la terraza me dicen que mi entrada no lo cubre, volví a la taquilla y no me quisieron compensar lo de la otra entrada en el mismo día, muy desagradable, te cobran más si quieres subir en el ascensor en vez de a patita (251 escalones), me imagino que no todo el mundo puede subirlo a pie, bueno, pretenden la superexplotación, la entrada recomendable es la general con subida a pie a la terraza, 10€ en este 2019




domingo, 21 de julio de 2019

Ruta de los embalses de Madrid


Ruta que recorre la zona de los embalses de Madrid, desde el de Puentes Viejas y pasando por  El Villar, por El Atazar y por el que pudo ser y no fue del Pontón de la Oliva. Desde Buitrago del Lozoya hasta Patones. Esto me hace admirar, más si cabe, estas fastuosas obras, no olvidemos que antes de que se hicieran Madrid dependía de cerca de un millar de aguadores y que cada madrileño usábamos alrededor de 10 litros de agua, ahora cada madrileño pasa del centenar de litros.

En esta ocasión con el coche y parando en cada uno de los puntos importantes de un recorrido de cerca de cincuenta kilómetros, y he conocido la interesante ruta circular del Genaro, de algo menos de setenta kilómetros que pueden hacerse tanto a pie como en bicicleta, una actividad de futuro.

Empecé en Buitrago de Lozoya con su muralla medieval de más de 800 metros de longitud, junto al río Lozoya, un fenomenal paseo, me quedó pendiente visitar el museo Picasso, la iglesia de Santa María del Castillo con sus iconos y, desde luego, un paraíso del asador.

Paso por el magnífico Pinar de las Gariñas en dirección a Manjirón, donde se ha rodado alguna parte del  Señor de Los Anillos, desde donde continuo hacia Cervera de Buitrago con su magnífico Club Náutico, al llegar te puedes imaginar que estás llegando a alguna cala mediterránea.

El Berrueco es, quizá, el más importante de los pueblos de la ruta, en los bordes del embalse del Atazar, merece la pena la parada y visitar la ciudad, con la Iglesia de Santo Tomás, La Atalaya, el Crucero de la Iglesia, La Cantería, con buenas rutas de senderismo en sus alrededores.

Sigo a través de buenas carreteras hacia el embalse de El Atazar, cruco por encima de la presa y, en otros tres kilómetros llego a El Atazar, el paraíso del motero, pero también merece la pena poderse dar unos paseos, sobre todo hacia la Dehesa Boyal.

Vuelvo a cruzar la presa de El Atazar y, según subo la empinada carretera, hacia mi izquierda la carretera hacia Patones de Arriba y de Abajo, llegando a la presa del Pontón de la Oliva, nunca pudo llenarse porqué después de terminada el terreno calizo dejaba escaparse el agua, hoy en día paraíso de la escalada, donde se mezclan los seguros de escalada con las terroríficas argollas donde se encadenaba a los cerca de 2000 presos que la construyeron.

El paseo por Patones de Arriba merece la pena, pero en fin de semana más vale dejar el coche en Patones de Abajo para evitar la masificación de vehículos en las cercanías de Patones de Arriba.
Comida en Patones de Abajo y vuelta a casa.




jueves, 11 de julio de 2019

Roma


 Clásica escapada de fin de semana que nunca defrauda, aunque en esta ocasión, mes de junio la cantidad de turismo agolpado en Roma es brutal y me hace desmerecer la visita, francamente, hoy en día, desde el “cuarenta de mayo” hasta la segunda semana de septiembre, el turismo a determinadas capitales de Europa se hace desagradable.

No sólo la enorme cantidad de vuelos LowCost, ojo, entre los que me incluyo, pero sobre todo el nuevo turismo de macrocruceros, que llegan a un puerto (Ostia en este caso) y te sueltan miles de turistas de golpe que colapsan estas ciudades portuarias.

En cualquier caso, un primer día entre el vuelo, entre el traslado al hotel y luego un buen paseo, Plaza Venecia con el Vittoriano, los museos capitalinos, el Foro Imperial, el del Medievo, la columna de Trajano, el área sacra, el Teatro de Marcelo, Basilica Giulia, toda una tarde completa hasta la cena.

El segundo por San Pedro, el abarrotado lineal Museo Vaticano, el pleno en la Capilla Sixtina, San Pedro In Vincoli, el Moisés de Miguel Ángel y la comida en zona turística abarrotada, después el Coliseo, las Termas, Palatino, un spritz en la isla Tiverina y cena en el Trastevere, oh sorpresa, también abarrotado.

Una mañana dedicada a la Plaza España, La Trinitá Di Monti por la escalinata de subida desde Plaza de España, la Fontana Di Trevi donde no había ni un centímetro libre, Panteón, Plaza Navona y … adiós, adiós, ciao, ciao, mejor otra vez con más tranquilidad ¿enero?.



jueves, 4 de julio de 2019

Sur de Italia


Antes estuve en Roma, esta parte del Sur de Italia, con base en Nápoles, puede hacerse con alguno de los múltiples tours que desde allí se organizan, por ejemplo Special Tours, el recorrido que hice fue Nápoles, Caserta, Pompeya, Capri, Sorrento, Costa Amalfitana con Positano y Amalfi y Saleerno.

Bien, lugares de mucha belleza y de amplio contenido cultural e histórico, pero con sus luces y sombras.

Nápoles, visita al centro histórico y poco más, sensación de inseguridad, gran suciedad, no me llenó, una noche ya vale.

Caserta, espectacular el Palacio tanto en el interior, merece la pena contratar un circuito guiado, como en el exterior y espectaculares sus jardines a los que conviene preparar una visita de hora y media para disfrutarlos, se pueden pasear a pie, en bici de alquiler a 4€ la hora a día de hoy o en microbuses que los recorren, merece la pena llegar hasta la cascada.

Capri, una belleza de isla, subir andando, comer en algún restaurante con vistas, patear sus callejuelas, bajar en el funicular y hacer la vuelta a la isla en los barcos que organizan sus circuitos desde el mismo puerto de Capri.

Pompeya, espectacular, paseas por una verdadera ciudad romana del siglo I, muy bien conservada después de que Carlos III por entonces Rey de Nápoles, financiase el inicio de las excavaciones.

Sorrento, donde pararse a comer y recorrer sus calles a las que merece la pena dedicar una jornada.

Después la costa Amalfitana, por una estrecha carretera que, en sesenta kilómetros tiene 1600 cerradas curvas, con constantes maniobras de los pequeños autobus

es y furgonetas, llegada a Positano, precioso pueblo de costa donde abandono el autobús para hacer la mayor parte del recorrido, hasta Amalfi, en barco.

Nuevamente autobús para llegar a Salerno, otra bonita ciudad mediterránea y, una jornada más para recorrer la Cueva del Ángel que, como cueva no va más allá, pero que tiene la diferencia de un pequeño lago interior que se recorre en barca y ya, para terminar, las ruinas de Paestum a las que merece la pena dedicar otra media jornada.

No esperemos playas donde descansar, acantilados donde están las residencias de fortunas y que ves desde lejos y, las pocas playas que podamos encontrar, pequeñas y de arena volcánica.

Todo es caro en comparación con los precios de España y, sobre todo, las cervezas y las comidas.



lunes, 20 de mayo de 2019

Alarcón


En el fondo de la historia, Alarcón hoy en día es una ciudad perdida al sur de Cuenca, se llega por una carretera sin salida, que arranca de uno de esos tramos abandonados de la antigua NIII, o sea que o vas a conciencia o no te lo encuentras, tampoco es una ciudad que, a pesar de que por lo que vi, vive fundamentalmente del turismo, se esfuerce mucho por mantenerlo, iglesias a visitar que están cerradas y sólo abren a alguna hora muy determinada o porqué algún guía local hace un tour de visitas a pagar, o sea se hacen su chanchullete, o el típico centrete de información que, en todos los sitios te facilitan un plano turístico y aquí te quieren cobrar por él.

Alarcón históricamente una ciudad fortificada que tuvo que levantar cuatro torres de defensa fuera de la ciudad, además de los muros construidos o del natural que le hacía la hoz del Júcar.

Ya, antes de entrar en la ciudad, desde la Torre de Armas se presentan unas buenas vistas de la ciudad, después el recorrido por la misma por la plaza de Don Juan Manuel, con el Ayuntamiento, con la Iglesia de San Juan Bautista con los murales de Jesús Mateo en su interior, la Iglesia de Santo Domingo de Silos que ahora es un auditorio, la Iglesia de Santa María con su bonito retablo, el Museo del Ruso, el castillo el parador de turismo.

Quiero dar un paseo circular alrededor de Alarcón, hay dos opciones el corto, alrededor de las murallas, bordeando pero sin cruzar el rio Júcar pasando junto a la Cueva de Alarcón o el largo, cruzando el río por el puente romano del Picazo, en ambas opciones la salida está al lado del aparcamiento de autobuses, en bajada, bien indicado y que pasa por debajo de la Puerta de Chinchilla.
Recorrido, el largo, que terminando por el denominado Camino de las Hoces del Júcar, me devuelve al pueblo por la Torre defensiva del Cañavate y el puente de Tébar.



sábado, 26 de enero de 2019

Cáceres


Siempre Cáceres “El esplendor de la piedra”, primero romana, luego musulmana, su centro histórico, sobre todo en la noche, me da un aura diferente, pasear por sus calles medievales te transporta a sus tiempos. Partiendo de la escalinata de su plaza Mayor, el arco de la Estrella, la torre de Bujaco, la plaza de Santa María con el palacio Episcopal, Toledo-Moztezum, Hernándo de Ovando, Golfines de Abajo y Carvajal; la Catedral, luego la iglesia de Santiago de los Caballeros, un día completo de recorrido del Cáceres monumental y no lo ves todo. Que maravilla.

Un recorrido por Malpartida de Cáceres, a sólo diez minutos de Cáceres es muy interesante, con un centro de la ciudad, en el que en su Plaza Mayor , de Mayo a Septiembre se adorna con más de mil paraguas quitándote el sol, pero sobre todo merece la pena visitar las lagunas del monumento natural de los Barruecos, lugar donde, entre otros atractivos, se rodaron algunas escenas de Juego de Tronos o donde se encuentra el denominado Pueblo Europeo de La Cigüeña, tiene en la zona de los Barruecos algún restaurante que merece la pena y el Museo Vostell .

También, a primeros de abril merece la pena asistir a la Fiesta del Caballo en Arroyo de la Luz.




martes, 8 de enero de 2019

Un fin de semana por Cuenca


Un fin de semana por Cuenca (esa arábiga Kunka, antes cubierta por el mar de Tetis), buen plan, mes de diciembre, frío, despejado, me “encantó”, ciudad en un enclave montañoso, a una altitud de 946 metros, con una clara procedencia árabe, un día entero por sus empinadas y empedradas calles, visitando sus ruinas medievales y, como no, sus famosas casas colgantes.

La catedral con algunas reminiscencias normandas, la Plaza Mayor, la Iglesia de San Miguel, cruzar por el vetusto puente de San Pablo.

Recomendable la vista de la ciudad y las hoces del río Huécar desde el Cerro del Socorro, una bonita subida a pie que merece la pena, es el GR-66, o bien hacer la senda periférica SLCU10 que da un circulo de cuatro kilómetros, más o menos, alrededor del casco histórico, sube en primer lugar el cañón del Huecar desde al Auditorio hasta llegar al puente de hierro de San Pablo que va desde el convento de los Dominicos, ahora parador.

Al día siguiente carretera a la Ciudad Encantada, a cerca de 40 kms. de Cuenca, por el camino unas fotos desde el Ventano del Diablo en plena carretera, visita a la Ciudad Encantada, una entrada “al campo” por la que me cobran cinco euros, a ver, no es caro, pero eso es campoooo … bueno las pago, me dicen que ir acompañado por un guía cuesta un euro más, no es problema, pero hay que esperar a hacer grupo y prefiero ir a mi ritmo, merece la pena la actividad, desde aquí hay una indicación de poder subir al mirador de Uña, pero es una hora entre ida y vuelta y no sé qué tal andaré de tiempo, no lo hago.

Carretera hacia el nacimiento del río Cuervo, cincuenta y pocos kilómetros, no cuarenta como se anuncian, voy despacio en las zonas de umbría por las placas de hielo.

Me paro en Uña a hacer unas fotos de su famosa laguna, volveré a hacer varias rutas de senderismo que se anuncian por estas zona, con muy buena pinta.

Paso por Tragacete y, a su salida, hay una carreterita que, en dos kilómetros, me llevaría a las cascadas del nacimiento del Jucar, hoy está cortada por placas de hielo y andando me llevaría más tiempo del que dispongo, otra vez lo haré.

Llego al Nacimiento del río Cuervo, veo las cascadas, no se puede subir a los manantiales por las placas de hielo y porqué la zona por donde se puede subir están en obras por una escalinata de madera que están construyendo, “urbanizando el campo”, hay placas de hielo y no llevo buen calzado, me conformo con ver las cascadas.

Me paro a comer en uno de los restaurantes que hay en el parking del Nacimiento del Río Cuervo, es la hora y no es una decisión muy acertada, hay mejores restaurantes en Uña, pero bueno había que elegir y ya es tarde y además pensaba volver a Madrid por Guadalajara, me aconsejan lo contrario, que es mejor volver por Cuenca ya que por Guadalajara la carretera es bastante peor.

Buen  fin de semana.



domingo, 9 de diciembre de 2018

Plasencia y Monfragüe


¿Por qué no?, empezar la actividad recorriendo Plasencia en plan turístico, una preciosa ciudad rodeada por el Jerte que data del 1186,  con el Acueducto, en el que, en su día, se volaron algunos arcos para construir casas, increíble, la ciudad intramuros, dando un paseo rodeando la ciudad antigua y entrando por la puerta de Trujillo, y por dentro la visita a la Plaza Mayor con sus zonas de tapas y el Ayuntamiento, hoy, además es martes y hay mercado, aquí es donde, en 1917, Joaquín Sorolla inmortalizó su cuatro "El Mercado", el Ayuntamiento, el Palacio Episcopal, junto a la Catedral Vieja, con visita obligada a su patio, al lado el Hospital de Santa María, la casa de los Monroy, el Palacio de Mirabel, la Catedral Nueva, San Vicente Ferrer, la Plaza de San Nicolás y más, y más, y más ..., estuve sólo una mañana pero necesitaría un par de días completos para verla detenidamente, me quedo con ganas de volver.

Después fui a Monfragüe, Parque Nacional desde 2007, antes Parque protegido y reserva de la Biosfera desde 2003, es la joya de la naturaleza de Extremadura, lugar de paso y observación  de aves, podemos observar el águila imperial, la cigüeña negra, el buitre  leonado, bonitos paisajes con la confluencia de los ríos Tajo y Tietar …

Llegué desde Plasencia, también hay buenos sitios para dormir en Torrejón el Rubio, en la autopista de Plasencia a Navalmoral de la Mata, a pocos kilómetros sale la EX-208 indicando hacia Torrejón el Rubio y Trujillo, al tiempo de indicar Parque de Monfragüe.

Son pocos kilómetros, pero, enseguida hay un primer anuncio de "Centro de Interpretación", bien es cierto que pone Norte, pero, después de esperar un ratito, llegué un poco antes y ya se sabe de la proverbial "puntualidad" funcionarial, bueno su indicación es que siga hasta Villarreal de San Carlos que, sin duda, es donde está el verdadero centro de información.

Hay unos doce itinerarios, muchos de ellos salen desde Villarreal de San Carlos, todos cortos, menos de una hora de duración, hay alguno más largo, alguno para hacer en bicicleta y un par de ellos para hacerlos a caballo.

Hice un primer camino andando, desde Villarreal hasta el Puente del Cardenal, sale de la calle "principal", no hay más de Villarreal, baja hasta una zona de chozos y está bien indicado, así llegué hasta el Puente del Cardenal con buenas vistas hacia la confluencia de los ríos Tajo y Tietar.

Otra de las rutas hacia el Cerro Gimio, con buenas vistas hacia el Arroyo de Barbacón, pero con poco arbolado.

Al principio del otoño, final del verano es buena época para escuchar la berreá, pero hay que recordar que se oye a primerísima hora de la mañana o al anochecer.

martes, 28 de agosto de 2018

León y la cueva de Valporquero


Un bonito fin de semana, con León, Astorga y la Cueva de Valporquero por las Hoces de Vegacervera.

León ya lo conocía de hace muchos años y además, lo visité cuando hice el Camino de Santiago, tanto en bicicleta, como a pie, lo mismo que en el caso de Astorga; en el caso de la Cueva de Valporquero y las Hoces de Vegacervera, en la reserva de la Biosfera de los Argüellos en la montaña central leonesa, en la parte alta del valle del Torío, ya las visité hace cerca de 40 años, saliendo de León, en pocos kilómetros, poco a poco te vas adentrando en paisajes verticales, por una carretera, siempre a la vera del río, hasta llegar al estrecho desfiladero de Vegacervera, con muchas vías de escalada, a pie mismo de carretera.

La cueva de Valporquero, con casi cinco kilómetros de longitud en diferentes niveles se puede recorrer por tu cuenta o en visita guiada, la cueva fue descubierta hace más de 300 años y nunca fue habitada, merece la pena recorrer la Gran Vía, un enorme pasillo que nos lleva hasta la Sala de las Maravillas.

En cualquier caso, León me parece una ciudad espectacular, si hablamos de la parte monumental la palma se la lleva, en el Barrio Romántico, la Catedral de León con sus espectaculares vidrieras, bien organizadas las visitas, me encanta San Isidoro con un retablo admirable y que forma parte de la antigua muralla de León, el Palacio de los Guzmanes, la Casa Botines hecha por Gaudí, el Hostal de San Marcos, ahora en obras, pero donde he dormido alguna que otra vez y ya, para tapear y cenar el genial Barrio Húmedo, con su bonita plaza Mayor o la plaza de Santa María del Camino, o en la calle Ancha, por la mañana se puede correr por el parque a la ribera del río ciudad muy limpia.

Para terminar el fin de semana Astorga (Asturica Augusta), en un día de mercadillo en el centro, luego por la mañana poco pudimos ver, pero si en la tarde, la gótica Catedral y Museo de Astorga con su espectacular fachada, el Palacio Episcopal de Gaudí, en realidad Museo de los Caminos, el museo de Santa Colomba, el museo Textil, el museo del Chocolate, etc...

Al llegar a Astorga y aparcar en las afueras, subidita de la cuesta hasta llegar al albergue de Peregrinos , a su derecha yendo hacia el centro la Iglesia de Nuestra Señora del Perpetuo Socorro, en sus afueras las bien cuidadas ruinas romanas y, enfrente, más hacia el centro  buenos restaurantes donde comer el cocido maragato.




jueves, 26 de julio de 2018

Trujillo y Guadalupe


Un buen fin de semana por Extremadura, calor si, pero es lo que tiene Extremadura en su zona cacereña, viernes a Trujillo cuna de los descubridores del Nuevo Mundo, buen ambiente nocturno de tapas y terrazas con ambiente trujillano y no turístico, merece la pena, 255 kilómetros por la carretera de Extremadura, hoteles bastantes y muy buenos, tapas por el casco viejo, cenas en plan de tapas, por la mañana del sábado pateo de la ciudad, el castillo medieval, en una colina (cerro de Cabeza del Zorro) desde donde admirar el centro de Trujillo, el Museo de Pizarro, el museo de Cori y sus murallas, la Plaza Mayor, la Iglesia Parroquial de Santa María la Mayor, San Martín de Tours, la Torre del Alfiler, pateo por el casco viejo y carretera a Guadalupe.

En los 80 kilómetros, más o menos, hasta Guadalupe, pasamos por Zurita, Cañamero y merece la pena conocer el Geoparque de  las Villuercas y los Ibores, zona de media montaña (su mayor altura es el Risco de la Villuerca de 1601 metros de altura) de más de 2500 kilómetros cuadrados de superficie, muy espectacular, entre las cuencas del Tajo y del Guadiana

Guadalupe, más turística que Trujillo,  dormí en la Hospedería del Monasterio, para mi gusto un poco anticuado, también está el Parador, visita al barrio judío, cena en alguna de sus terrazas, por la mañana visita al Real Monasterio de Santa María de Guadalupe, patrona de Extremadura y Reina de la Hispanidad, una impresionante mezcla de estilos, gótico, mudejar, renacentista, barroco y neoclásico hay que visitar la sacristía, el claustro mudejar, el templete, declarado patrimonio de la Humanidad en 1993. Y, después, carretera hacia Navalmoral de la Mata, en el camino en Castañar de Ibor, a la entrada aparqué el coche y me hice un pateo hacia el Castañar de las Calabazas, con castaños centenarios, cinco kilómetros y medio que merecen la pena y hay que ver la Chorrera del Arroyo Calabazas.

De nuevo la carretera y, antes de cruzar el embalse de Valdecañas, (que inundó la antigua Talaverilla), del Tajo, a la derecha las columnas de Los Mármoles, Augustóbriga.

Y bueno, vuelta a Madrid.



jueves, 19 de abril de 2018

Burgos


Buen fin de semana por la zona de Burgos, el primer paso, en viernes el viaje a Lerma,  no la conocía, dormí en  el Palacio Ducal, ahora Parador, bueno, como todos los paradores, sensación de dejadez, siempre edificios espectaculares, en su día un emblema del  turismo en España y, ahora, parece como si se pretendiera abandonarlos poco a poco, en fin ...

La zona de la Colegiata de San Pedro, la Plaza de Santo Domingo, el monumento al Cura Merino y la zona del casco viejo de Lerma merece un buen paseo, buenas tapas. Por la mañana desayuno y asistir, junto al Parador, la misa de las ocho de la mañana en las Dominicas, cantada, viaje de treinta kilómetros a Santo Domingo de Silos.

En Santo Domingo de Silos, la visita al Monasterio y su espectacular Claustro, escuchar el canto gregoriano a las 13:45 cada día, espectacular, antes un paseo por el desfiladero de la Yecla, por la carretera de Santo Domingo de Silos hacia Aranda, dos kilómetros y medio de ida y otros tantos de vuelta, si se va en coche, una vez pasado el segundo túnel, cortitos, hay un pequeño aparcamiento a la derecha y unas escaleras de bajada al desfiladero.

El Desfiladero de la Yecla espectacular, quince minutos de paseo por un sendero perfectamente protegido con puentes y pasarelas. El parque natural de la Yecla se basa en una estrecha garganta, un angosto desfiladero hecho por las aguas del arroyo del Cauce, paredes verticales de más de 100 metros, un paseo de algo más de 1000 metros, anchuras que, en algunos pun tos no llegan a los dos metros.

La comida a mediodía en el espectacular Covarrubias, en estos días con un tremendo caudal de agua en su día, en el río Arlanza, no lo hice, pero es muy recomendable visitar antes las revueltas del río Arlanza, que hacen que el río parezca enredado en un laberinto sin salida, para bajar el asado burgalés un paseo por su casco viejo con la visita a la Colegiata, al Monasterio de San Pedro de Arlanza, a la Torre, a la plaza de Doña Urraca, la estatua a Doña Kristina de Noruega y, a la entrada entrar por el arco que hace el Archivo del Adelantamiento de Castilla creado por Felipe II.

En coche hasta Burgos aunque ya conocía Burgos de anteriores visitas, la verdad es que cuando llegué  aquí, haciendo el Camino de Santiago  me encantaron los muchos cambios que, para bien, ha experimentado esta ciudad, está preciosa, tanto para visitarla como para vivir en ella. Así que, nueva visita, exprofeso para visitarla.

Sentía una gran curiosidad para visitar el Museo de la Evolución Humana, en el trayecto del Camino de Santiago ya había visitado la explotación de Atapuerca, así que me dirigí aquí, en primer lugar y como objetivo primordial, no me ha defraudado, me parece fenomenal como hacer un lugar atractivo en la ciudad, la entrada gratis, no en vano soy abuelete y jubiladete, buena política.

En la Catedral no hubo tanta suerte, un pequeño descuento por ser peregrino y otro por ser abuelete, pero merece la pena, lo mismo que la espectacular visita al Monasterio de Santa María de las Huelgas y la subida para visitar el Castillo.

La Catedral es espectacular y está considerada como una de las cumbres del arte gótico europeo, no en vano es la única que en España es Patrimonio de la Humanidad, se puso la primera piedra en 1221 (ha tenido varias restauraciones en los últimos años y ahora está en obras en algunas capillas, sin duda preparándose para su octavo centenario), destacan sobre todo la Escalera Dorada de Diego de Siloé la Capilla de los Condestables y la de Santa Ana, el claustro, tanto el superior como el inferior y, como no, el sorprendente Papamoscas.

Después pateo por la ciudad, dormir en uno de los hotelitos de la zona de la Universidad, ya vistos antes en la actividad del Camino de Santiago, baratos y buenos.

En suma, un buen fin de semana.


sábado, 31 de marzo de 2018

Las Fallas valencianas


Aprovechando que las fallas son en lunes este año, pues fin de semana largo en Levante, mal tiempo, mucha lluvia, bueno, según los expertos en fallas es algo normal, lo que no es tan normal es tanto viento y el frío, la temperatura anunciada era más cálida, por ello la ropa que llevaba no ha sido la adecuada, pero bueno me he aguantado como he podido.

Problemas para encontrar habitación en Valencia, así que he dormido en Cullera, ¿y porqué?, pues por tener una muy buena y frecuente (cada medía hora) comunicación con el mismísimo centro de Valencia, aunque en Cullera la estación está un poco alejada. El hotel casi en el Faro, en esta zona poco ambiente, pero bueno, hasta el centro de Cullera es un paseo, poco menos de una hora.

Cullera merece la pena, buen senderismo desde la zona del Castillo y El Santuario, muy bonitos, con la subida por el Vía Crucis, dese el pueblo, por la calle Calvario detrás del Mercado, con la Torre de la Reina Mora, sorprendente el Refugio de la Guerra Civil y las playas inmejorables, la laguna salada.

Otro día el recorrido en barca por La Albufera y el buen arroz.

Pero Valencia, llena, hasta arriba, 999.999 visitantes y yo, o sea un millón, la "mascletá" espectacular, el recorrido por el barrio antiguo casi imposible con la tremenda aglomeración, y las comidas, pues eso ... bocadillos ... la "quemá" un espectáculo, sobre todo en la del Ayuntamiento con el espectáculo de luces.
Buen fin de semana, si algún pero es que a los valencianos parece que les molesta el turista, bueno pues son ellos los que han promocionado esta fiesta pidiendo su declaración como de Interés Turístico, es la moda de la turismofobia  ...



sábado, 7 de mayo de 2016

Edimburgo

Ya he llevado a cabo varios viajes a ciudades europeas basándome en una colección de guías de turismo de como conocer una determinada ciudad en 48 horas, Edimburgo es una de ellas y a por ello.

La verdad es que este tipo de viajes de hoy para mañana, además de conseguir unos precios de vuelos sorprendentemente baratos tienen el encanto de ser un poco a la aventura con la mochila, así que, a por ello.

En realidad han sido 4 días de viaje, uno para ir, hospedarme, salir a cenar, dos para patear Edimburgo y uno más para volver pronto, vuelta que podía haberla hecho en el tercer día, pero bueno.

He dividido el recorrido en cuatro recorridos, el primero por la ciudad vieja, todo un laberinto de callejones empedrados, con la visita al Castillo, merece la pena aunque no es barato, la Sala de la Corona, la explanada del Castillo, la capilla de Saint Margaret, Royal Mille, St. Mary's street, comida en uno de los chiringuitos de Grassmarket, barrio de lúgubre pasado y de cosmopolita actualidad y de múltiples terracillas a nada que sale un resquicio de sol (mejor para cenar, sobre todo en fin de semana) y, para bajar la comida (no me gustan nada las comidas británicas) paseo hasta una montañita volcánica (350 metros de desnivel, mucho viento arriba, unas fenomenales vistas de toda la ciudad), llamada Arthur's Seat, en el grande y céntrico Holyrood Park.

El segundo es por la Ciudad Vieja, junto al paseo de la mañana, tiendas de anticuarios a visitar, antiguas librerías, cementerios con buena carga morbosa, museos diferentes como el del bisturí, y al final, cena en otro chiringuito de Grassmarket, definitivamente mañana le daré a la comida italiana, la británica no me gusta nada, de nuevo un whisky en George Street.


Ya el segundo día, mi tercer paseo fue el centro, centro, los jardines de Princes Street, la Galería Nacional, todas las tiendas de Princes Street, el Fruit Market , la zona monumental de Calton Hill y sus miradores, el Parlamento escocés, comida en un italiano, los jardines botánicos, Stockbridge, hotel, ducha y a cenar, no quiero repetir italianos y recuerdo haber pasado por delante de un sitio llamada Café Andaluz, allá que me voy a cenar, camareros españoles, me recomiendan una tapa de patatas con una salsa, una ración de adobo y unos chopitos rebozados, vino y adelante, al terminar llamo a la camarera y se lo digo, mira, el mejor sitio de Edimburgo, sin duda, ahora bien, si en España ponéis este adobo y estos chopitos os detiene la Guardia Civil, por favor ...

En resumen, una bonita ciudad a visitar, algo triste con lluvia, no muy buena comida, pero bueno esto es así en toda Inglaterra, que le vamos a hacer.

Todos los días algo de lluvia, bueno esto es Escocia, este viaje puede ampliarse con un recorrido por las tierras altas, el lago Ness, etc., pero sólo planee ver la ciudad y objetivo conseguido.



martes, 27 de enero de 2015

Venecia en 48 horas

Sigo dándole caña a la colección de libros que compre hace dos años acerca de turismo rápido por ciudades europeas en 48 horas, esta vez le ha tocado el turno a Venecia, parada obligada cada vez que voy a esquiar a Dolomitas.

Al principio no te das cuenta, pero hay un momento en que eres consciente de que estás en una ciudad sin tráfico rodado, sólo los autobuses de línea que llegan a la ciudad, a la Piazzale Roma, además de la fenomenal red de transbordadoras municipales que representan el transporte colectivo.

Los hoteles deberían tener una estrella menos de la que indican, pero bueno son todos así, hay que saberlo es algo bastante normal en Italia, tomé uno cerca de la Plaza de San Marcos, una hora tarda el transbordador desde el aeropuerto hasta la parada de Plaza de San Marcos, por tanto lo primero que hice fue ir a la Galería de la Academia, quizá una de las pinacotecas mayores el mundo, no se ve en una tarde, sin duda, pero bueno no tenía más tiempo, pequeña caminata para llegar a la increíble Basílica de Santa María de la Salute, vuelta hasta el centro y a pasear por la Plaza de San Marcos (cafetito en el café Cuadri, imprescindible, pero cinco euros) y sus alrededores, plaza de San Marcos y su Basílica es curioso pero la Plaza de San Marcos es la única que lleva el apelativo Piazza, las restantes se denominan Campo, Palacio Ducal, Puente del Sospiri, la subida al Campanile, Torre dell´Orologio, Plaza de San Pedro, Puente Rialto, el más famoso de Venecia, y el paseo por sus estrechas callejuelas, cena temprana (espaguettis con almejas, para chuparse los dedos) y nuevo paseo por la Biblioteca Sansoviniana, Campanile, Opera, Arsenale, San Giorgio Maggiore, Santa Maria della Salute, Campo de Santa Margherita con su diario mercado matinal, Campo de San Nicolo con su iglesia, Campo de San Bernabé de forma rectangular, etc...

Al día siguiente empecé la mañana paseando por el mercado de la zona de Rialto zona de tiendas en la Strada Nuova,  y como no, paseíto por la comercial Vía Garibaldi llena de tiendas y bares, después tomé el vaporetto para ir a Cannaregio, en la zona norte del Gran Canal, bajada paseando hasta el gueto judío, después transbordador municipal desde San Zaccaría, cerca de Plaza de San Marcos hasta la Isla de Torcello, y visita a la Basílica de Santa María dell'Assunta.

De nuevo el transbordador hasta la isla de Murano y ver sus fabricas de cristal, desde aquí el transbordador al aeropuerto donde me esperaban los compañeros del Club Alpino para subir en el bus a Dolomitas, no tuve tiempo de visitar la isla de San Michele, sorprendente, una isla que es sólo un cementerio.

De nuevo el transbordador hasta la isla de Murano y ver sus fabricas de cristal, desde aquí el transbordador al aeropuerto donde me esperaban los compañeros del Club Alpino para subir en el bus a Dolomitas.