miércoles, 28 de marzo de 2012

El Pico Casillas

Aquí cambió todo, fue mi primera salida a la montaña, en plan senderismo, con el extinto grupo de Haciendo Camino, una fenomenal experiencia en el verano del 2004, cerca de 40 personas pero yo, que creía estar más o menos en forma, llegué a la cima extenuado, cinco horas, y un auténtico desmayo, mi amigo Fernando Bustillo y yo estábamos hechos un auténtico desastre.

Decidí que aquello no podía ser, me quité cerca de quince kilos de encima (bien se ven en las fotos que pongo de aquellas fechas), me entrené y comencé con las muchas y muy agradables experiencias de montaña, con  la inapreciable ayuda de muchos y muy buenos amigos que tuve la suerte de contactar en aquel grupo.
El Pico Casillas, ninguna dificultad, fácil, asequible y nada duro, tenía ganas de volver a él, y por unas cosas y otras nunca lo hice hasta hoy. mi amiga Maica y yo nos hemos ido para allí, lo hemos subido, hemos disfrutado de un día fantástico y de un muy aconsejable paseo de senderismo con subida final.
Una subida de unas dos horas, aunque nosotros hemos tardado un poco menos y una bajada de una hora y media aproximadamente, un desnivel de unos 670 metros, partiendo de 1100 metros hasta los 1770 de la cima.
Subimos desde El Tiemblo por una desviación de su calle principal hacia la izquierda, después de pasar una gasolinera que dejamos a nuestra derecha, la desviación indica hacia "El Castañar" y hacia la Urbanización Buenavista, por esta desviación, al principio de buen asfalto y los últimos cinco kilómetros de gravilla, pero en buen estado hasta el área recreativa del Regajo donde dejamos aparcado el coche, retrocedemos a pie unos pocos metros, hasta donde existía una indicación de seguir hacia el Pozo de la Nieve, por donde iniciamo

s la subida, por una pista forestal que, a los más o menos veinte minutos se convierte ya en una senda bien marcada con postecillos de PR-AV-21 a través del valle de las Iruelas.
A partir de los 1400 metros de altura los postecillos indicadores se pierden pero aparecen buenos hitos y el camino se hace otra vez más evidente.
A los 1450 metros llegamos al Pozo de la Nieve y ya hemos visto perfectamente la cima del Pico de Casillas, un par de subidas y bajadas nos dejan a la falda del Pico Casillas, a 1600 metros de altura, el vértice geodésico es visible desde abajo y, aunque hay algunas sendas marcadas con hitos, cualquier camino que nos inventemos para subir, viendo el vértice final, nos lleva claramente hasta la fácil cima.
Fotos, un pequeño tentempie de fruta y frutos secos, agua y abajo.
Me ha encantado recordar esta subida.
Las fotos de la subida y un recuerdo de la subida del 2004 .... 

viernes, 23 de marzo de 2012

Unos días de esquí en Sierra Nevada

Como todos los años, unos días de esquí familiar, esta vez a Sierra Nevada.

Nunca ha sido una estación que me seduzca pero ahora, con la sequía, no hay mucha nieve en las estaciones del Pirineo y parece ser que en Sierra Nevada si, pues vamos allá.
Bien, no hay mucha nieve en la estación, pero las pistas están muy bien cuidadas, estamos entre semana así que poca, muy poca gente, es subir y bajar y nos tenemos que esperar entre nosotros para tomar juntos los remontes, genial.
A partir de las 2 de la tarde más o menos, la parte baja de la estación se pone un poco papa, pero por lo demás, genial.
Eso sí, es la estación más cara de Europa, más aún que en Alpes.
Además, muy buen tiempo, mucho sol, no gano para crema solar. 
Las fotos de la actividad ..

domingo, 18 de marzo de 2012

Dublín en 48 horas

¿Y por qué no?, conocer ciudades europeas en un par de días, bueno pues una alternativa, aquí va una, Dublín, una preciosa ciudad, gente amable y se puede conocer y disfrutar en dos días, vaya este recorrido como ejemplo:

Primera tarde, llegada más o menos puntual del vuelo desde Madrid, autobús al centro, buena información en el aeropuerto, no caro, 8€ y rápido, en treinta minutos en la puerta de mi hotel, dejo las cosas y salgo a patear, todo el recorrido en Dublín lo he hecho a pie, como alternativa hay un autobús turístico que te corre toda la ciudad con la opción, ya existente en otras ciudades, de irte bajando en cada sitio, visitarlo y volver a tomar otro de los autobuses del recorrido sin cargo adicional.
Esta primera noche me voy a la zona de Westmorland St, junto al Trinity College la universidad más antigua (fundada en 1592) y de más prestigio en Irlanda, donde hay buenas tiendas por si se quieren ir viendo las posibles compras y, allí mismo, el hedonista  barrio de Temple Bar con su tremenda vitalidad, primera Guinness del viaje, recorrido de la zona donde puedes encontrarte con sorpresas o puedes visitar la Gallery of Photography  y, por supuesto, cenar bien en el mismo Temple Bar, abierto las 24 horas y con música en vivo a cada momento, al sur del río Liffey o en cualquiera de los locales aledaños, todos con música en directo, entre ellos el Temple Bar Music Center.
Al día siguiente me apetece madrugar y me voy a empezar la jornada en el magnífico Phoenix Park, una preciosidad de 700 hectáreas al norte del Canal Royal, así hago tiempo, me voy al Kilmainhan (o sea la antigua cárcel por donde pasaron muchos de los líderes independistas irlandeses y que a día de hoy es un museo y como curiosidad, no olvidemos que en su zoo nació el famoso león de la Metro Goldwyn Mayer), antes de entrar desayuno en un pub justo enfrente de su entrada, todos los pubs son fenomenales y entro en el primer turno de recorrido, no muy de acuerdo con las explicaciones que nos dan, sobre todo con las comparativas, pero bueno mi nivel de inglés no me permite entablar una discusión, así que me callo aunque no otorgo. Desde allí, en un corto paseo me voy a conocer el IMMA (Hospital construido em 1680 como residencia para veteranos de guerra solteros y que ahora es el Irish Museum of Modern Art), pero está en obras, bueno, pues vale. Me apetece tomar un algo y conocer el famoso Brozen Head Pub y, ale ..., también en obras, vuelvo a cruzar el río y me voy a conocer el National Museum of Ireland, merece la pena, lástima que no me pueda detener lo suficiente en cada zona, pero sólo tengo dos días, en dirección, de nuevo hacia el centro, veo la bonita Saint Michan's Church (aquí en cada esquina hay una iglesia, entre anglicanas, protestantes, católicas, ... pero todas merecen la pena) y bajo para ver Four Courts.
Se me hace tarde para comer, a pesar de que mantengo mi horario español, así que cambio el orden y algo que tenía pensado para mañana lo hago ahora, me voy a conocer la Guinness Storehouse, una institución en Dublin, la degustación de su cerveza negra y, en su última planta, un precioso bar de cristal desde donde se divisa el todo Dublín, tardo en coger una mesa libre junto al cristal, un tentenpie, pero un buen rato contemplando la ciudad, además tengo la suerte de tener un día despejado.
Vuelvo a cruzar el Liffey y subo por Church Street hasta el King's Inn Park y de ahí, rápidamente llego al Dublín Writers Museum, merece la pena visitarlo, delante un jardín en memoria de las víctimas del terrorismo, un rápido paseo al cercano James Joyce Cultural Centre donde recorrer la historia de la literatura irlandesa y, donde hay que ver el 18 de Pa

rnell Square
y ya, ando por finalizada la jornada bajo hacia el Liffey por O'Connell co Street una de las calles más concurridas de Berlín y sigo andando hasta los Docks, donde ceno y tomo alguna nueva Guinness, ha sido un día muy pateado y el cansancio pasa factura.
Comienzo el día temprano visitando en primer lugar, el Saint Stephen's Green, bonito parque en el centro de la ciudad, continuo hacia el Dublín Castle, al lado la catedral  Cristiana, la visito y veo la cripta, me vuelvo y visito la catedral protestante de Saint Patrick's, de nuevo hacia el Saint Stephen's Park y, a su lado la comercial calle Grafton Street con todas las tiendas del centro de cualquier ciudad, esta calle me lleva hasta el Trinity College, que visito, bajo hasta Pearse Station  y subo por la avenida que centra la National Gallery, el National Museum y aquí doy por finalizado el viaje.
Bueno hay truco, yo me quedé una noche más y me fui a conocer, en el DART, el tren de cercanías, el cercano pueblo pesquero de Howth, merece la pena si se tiene tiempo.

lunes, 13 de febrero de 2012

La circular de Peñalara



Las primeras rampas, desde el aparcamiento de Cotos donde dejamos el coche, sin haber calentado aún, se hacen algo durillas, llegamos al mirador de la Gitana, nada más pasar la fuente donde siempre llenamos las botellas de agua, y salida a la derecha después de ponernos los crampones. Enseguida y a través de un fantástico día, las vistas nevadas del Valle del Lozoya. La senda es muy suave por aquí y está muy marcada, en  poco tiempo llegamos a una señalizada desviación a un puente que cruza el arroyo de la Laguna que baja de la laguna de Peñalara, no llegamos a la misma que ya conocemos, seguimos directamente hacia la laguna de los Pájaros, senda empinada al principio, después se suaviza, somos los primeros después de la nevada de anoche y no hay huellas, pero ya conocemos el camino de otras veces, aún así, vemos unas huellas algo recientes y las seguimos, error, los de las huellas se han  equivocado y toca girar a nuestra izquierda y, a trocha, alcanzar la zona de la senda, algunos hitos se ven y otros están tapados, pero no hay pérdida, seguimos siempre dejando a nuestra izquierda los macizos de Peñalara y Claveles.
No dejamos de ver los diferentes tubos que, en cuanto vuelva a coger la forma, intentaremos, si todavía hay nieve, porqué este ¿invierno? está siendo frío pero con pocas precipitaciones. Esta parte hasta llegar a la laguna de los Pájaros  es un constante subir y bajar pequeñas lomas.
Llegamos, en dos horas,  a la laguna de Pájaros y, un descanso, un tentempie y unas fotos. Empieza a haber más huellas al juntarse ya algunos que bajan de Peñalara haciendo la circular en sentido contrario al nuestro.
Subida a la senda que nos incorporará al pico de Claveles y comenzamos la arista, más peligrosilla hoy con la nieve reciente, las huellas de los anteriores nos equivocan y, enseguida nos damos cuenta de que perdemos una pequeña parte de la arista, pero rápidamente nos incorporamos a ella, ya vemos la cima de Peñalara a la que llegamos en poco menos de tres horas, no definitivamente aún no estoy en forma, no.
La bajada por Dos Hermanas hacia Cotos, en un recorrido de cinco horas.
En resumen, una circular desde el puerto de Cotos a 1830 metros, hacia la laguna Grande a 2010 metros, para desviarse un poco antes a la laguna de los Pájaros a (2388 metros, subir al risco de los Claveles a 2387 metros, atravesar la arista de Claveles al pico de  Peñalara a 2428
Hicimos una distancia de unos 14 kilómetros, en cerca de cinco horas, con un desnivel  acumulado de unos 700 metros y con una dificultad ALTA, sobre todo en condiciones invernales.
Las fotos de la actividad ...

sábado, 28 de enero de 2012

Yelmo en la Pedriza desde Canto Cochino

El Yelmo  con sus  1717 metros de altura, esa preciosidad situada justo encima de Manzanares el Real, cuna del deporte de montaña de Madrid, ¿cuántas veces hemos paseado por sus praderas o hemos subido sus laderas?, siempre me seguirá apeteciendo ir allí y esta vez por el sitio más clásico, pero por el que yo nunca había subido, por la chimenea de la cara noreste. Mas tarde también subí por la Senda Maeso. O llevé a cabo una bonita circular a su alrededor.

Así que dejamos el coche en el aparcamiento de Canto Cochino, cruzamos el Manzanares por el zigzagueante puente de madera que hay debajo del aparcamiento, giramos a nuestra derecha para acceder a la pradera, cruzamos de nuevo otro puentecito, giramos hacia la izquierda, con dirección al Ref. Giner y, enseguida, una bifurcación a la derecha en dura pendiente desde el inicio.
Continuamos la ascensión para dejar a nuestra derecha el Mirador del Tranco por la senda de la Gran Cañada que nos llevará hasta el Collado de la Encina después de la fuerte pendiente de casi un kilómetro de las Carboneras que se toma tirando hacia la izquierda, hacia arriba en cualquier duda.
Llegamos así a la pradera del Yelmo desde donde veo otra actividad hecha por la Vía Hermosilla y, como siempre que paso delante de esa inmensa mole de piedra hay que admirarla. Rodeamos el Yelmo por el evidente camino, a veces con exceso de hitos, a veces sin hitos, a veces con muchas bifurcaciones, pero siempre rodeando la montaña. Ya en una altura de 1650 metros nos encontramos en frente de un pequeño valle que nos lleva

hacia la chimenea de acceso a la cima, aquí los hitos te hacen hacer algún zigzag en la subida.
La chimenea, muy estrecha en algunos puntos, hay que pasarla de lado y empujando con la espalda en la roca para ir ascendiendo, son unos treinta metros que hay que pelear. Al final de la misma, hacia nuestra derecha vemos el vértice geodésico de la cima, el día es frio pero despejado, fotos en todas direcciones, un pequeño descanso y hacia abajo, para descender hay un par de chimeneas antes de la que nos ha permitido subir, conviene no equivocarse en descender por ellas ya que nos llevarían a algún pequeño enmarronamiento si no llevamos cuerda.
La bajada se debe hacer por el mismo camino de bajada, nosotros lo hicimos siguiendo  la circular del Yelmo y es un camino muy bonito y señalizado con puntos purpura pero que se pierde con frecuencia.
Bien un recorrido que, con los descansos, las fotos y la baja forma en que estoy ahora tardamos un total de cerca de cinco horas.


sábado, 7 de enero de 2012

Picos de Urbión

Otro pico que marca el límite entre dos comunidades, en este caso entre Castilla León, desde su provincia de Soria con la comunidad riojana, pico que define el nombre de la sierra a la que pertenece y que con sus 2229 metros de altura es el enclave del nacimiento del río Duero.

Dormimos en Abejar, más cercano es Vinuesa, y desde allí subimos con el coche por el valle de Revinuesa hacia la Laguna Negra, a donde no pudimos llegar con el coche, la carretera cortada con una barrera en un parking anterior, no es mala idea, arriba no hay zona suficiente para aparcar y además, hoy, había bastante placa de hielo en muchos tramos a partir del aparcamiento.  No hay problema, 20 minutos más de subida hasta la Laguna Negra, algo más de un kilómetro y medio y algo más de 200 metros de desnivel adicional. Al terminar la carretera, una pista de algo menos de 1 kilómetro que nos deja en la Laguna Negra, ojo, que nadie espere ver que sus aguas son negras, en absoluto, profundamente azules


Una verdadera maravilla, al norte de la provincia de Soria, metida en sus casi dos mil metros de altura y, sobre todo tremendamente recomendable en el otoño con el color rojizo de sus alrededores reflejado en las aguas de la laguna y en el invierno totalmente cubierta de nieve.
La laguna está rodeada de pasarelas y escaleras de madera que, en estas épocas de poca nieve, se hielan y son bastante inseguras, a veces es mejor salirte que andar por ellas.
Eso sí, la llegada a la Laguna Negra, de origen glaciar, a sus 1740 metros de altitud, nos depara un paisaje excepcional, es una preciosidad de laguna formando enfrente de nosotros un precioso anfiteatro con paredes cortadas a pico, pero tanto vista desde aquí, como en unos metros más arriba, cuando nos volvamos para volver a contemplarla desde la parte alta.
Dejando siempre a nuestra derecha la Laguna, llegamos hasta la indicación de Senda del Portillo, donde comienza la ascensión, en unos metros llegamos a la zona de la cascada, que dejamos a nuestra derecha, donde atravesamos un pequeño puente de madera.
Estamos ascendiendo en la que, quizá sea la peor época para hacerlo, no está seco el terreno y hay poca nieve, por ello, la poca que hay se convierte en un peligroso verglas, así que, inmediatamente nos ponemos los crampones, así subimos el primer tramo, de bastante pendiente, cerca de trescientos metros, para pasar los cortados de piedra que rodean a la laguna, el último tramo, ya no tan vertical, es sin embargo bastante aéreo, con el hielo debajo de nuestros pies hay que hacerlo con atención a pesar de los crampones, una caída puede ser muy peligrosa.
Hemos llegado al collado de la Majada Rubia, ya estamos en una zona bastante plana, la subida que vamos haciendo es muy suave pero el camino, a pesar de la nevada y de la falta de pisadas, es muy evidente, algunos hitos son bastante altos y sobresalen de la nieve. Así llegamos a una loma en el que se nos dibuja un nuevo valle y en el que ya se distingue al fondo el Pico de Urbión, nuestro objetivo, bordeamos la montaña que queda a nuestra izquierda y ya, en el siguiente collado queda debajo nuestra la helada Laguna Larga, a 2009 metros de altitud, donde nace el río Revinuesa, una pequeña bajada hasta bordear la laguna dejándola a nuestra izquierda.
Ascendemos la anteúltima pendiente, girando hacia nuestra izquierda, con la poca nieve que hay tenemos que hacerlo con cuidado, así llegamos al collado previo a la cima dejando a nuestra derecha  el pico Zorraquín con sus 2091 metros de altitud, aquí el viento es tremendo, enseguida un cartel nos indica la senda hacia la izquierda, por donde iríamos hacia el nacimiento del Duero y por donde se puede hacer la bajada alternativa hacia el pueblo de Duruelos, para así hacer una ruta circular para lo cual deberíamos tener otro coche allá abajo y no lo tenemos.
Comienzan los últimos metros de rampa, una cruz con un pequeño belén delante y a la derecha una curiosa formación bajo una mole rocosa.
Cinco minutos más y llegamos a la cima en un total de dos horas y cuarto largas desde el aparcamiento. La última roca no la hacemos, es todo verglas, no hay donde agarrar con la mano, da igual, fotos del grupo y del entorno, el Tres Provincias, el Moncayo, el San Lorenzo, el San Millán y, al fondo Pirineos, hacia abajo, en dirección oeste vemos la laguna de Urbión, en dirección norte vemos el camino por donde hemos subido.
Varias alternativas para la bajada, pero nosotros optamos por deshacer lo andado, con un total aproximado de unos seis kilómetros largos, y al bajar, sorpresa, tres personas que nos habían seguido usando nuestras huellas, sin crampones, luego dicen que hay accidentes.
Las fotos de la actividad.

martes, 13 de diciembre de 2011

Por el centro de la India

El recorrido por Rajastán, comenzó en un pequeño minibús desde Delhi, no pasábamos de 80 Km/h, velocidad ya alta en la India, pero es que las carreteras son infernales, tiempos de 6 horas para hacer 200 kilómetros.

Jaipur, la puerta de entrada a Rajastán,  la llamada ciudad rosa, así se engalanó para recibir al príncipe Eduardo, la primera visita fue en el Fuerte Amber, con la típica subida en elefantes, bueno es una experiencia más y arriba, quizá la visita más incomoda de todo el viaje por la tremenda cantidad de turistas dentro del fuerte, cantidad sólo superada en el Taj Mahal, pero teniendo en cuenta que el Taj Mahal  es un lugar de visita masiva del pueblo indú, el número de turistas aquí me pareció mayor si cabe.
En el palacio existente en el interior del Fuerte Amber me gustó sobremanera un pequeño salón llamado Salón de los Espejos, me imagino las danzas nocturnas con las velas reflejándose en los miles de espejitos.
Lo de las bodas en India es tremendo, la gente que tiene dinero se gasta verdaderas fortunas, en Delhi, en el hotel, al llegar había una boda y no nos dejaron subir a la habitación sino aceptábamos una invitación, son tremendamente amables, las bodas duran  como mínimo dos días, el primero es como una presentación y el segundo la boda. En el palacio de Jaipur todos los patios estaban preparados para una boda que, según nos dijeron, costaría cerca de 150.000€, bueno Jaipur es la capital de la plata, los joyeros de esta ciudad pueden estar entre los más ricos del planeta.
Me impresionó Jantar Mantar un increíble observatorio creado en el 1700, con diferencias horarias que no oscilan más allá de los 20 segundos. Visita obligada al Hawa Mahal, el edificio emblemático de Jaipur, es una lástima que en India , en la mayoría de los monumentos sólo se pueda ver el exterior, normalmente porque los interiores están abandonados.
Seguimos hacia Fatehpur Sikri, la ciudad fantasma, en el camino a Agra fundada por los mongoles.
En Agra la contaminación ya empieza a notarse en los pulmones, es muy difícil respirar bien, muy aconsejables las mascarillas a partir de aquí. ¿Qué decir del Taj Mahal?, impresionante, no se puede ver nada del interior, pero la sola visita del exterior ya es asombroso, estuve cerca de cuatro horas dando vueltas y más vueltas a su alrededor, hice cerca de 200 fotos, imposible elegir las mejores. ¿Qué decir de un monumento que es un mausoleo mongol construido por amor a su esposa?.
Y después, todavía en Agra la visita a su Fuerte Rojo.
Al día siguiente en tren desde Agra hacia Jhansi, dos horas y media en un atestado tren saliendo  de una estación atestada como es Agra, pero es una experiencia más, hay que vivirla.
En el camino, ya por la zona agraria de India dejo de ver miseria, la gente trabaja en los campos y en los pueblos, vive sin lujos pero sin miseria ¿porqué esa manía que tenemos de abandonar el campo e irnos a pasar penurias a las ciudades?.
Después del tren en una furgonetilla nos vamos hacia Orchaa, lo de las carreteras en India es brutal, imposible hacer treinta kilómetros en una hora.
Orchaa, una sorpresa, no figura en casi ninguna guía y es algo obligado de ver.
Khajuraho, el centro del Kama Sutra, quizá la zona más cuidada de India, que bonito, horas paseando entre sus templos contemplando las fachadas ¿para mi gusto?, no sabría que decidir si el Taj Mahal o Khajuraho, una preciosidad.
De aquí a Varanasi (Benarés) en avión, 45 minutos que serían más de siete horas en coche, buff. Y ya cuando llegas ves que estás en algo totalmente diferente, desde el primer momento que llegas a Varanasi se te encoje el corazón, el olor a basura y a contaminación, las medidas higiénicas de cualquier tipo, simplemente no existen, la mendicidad basándose en los niños es escalofriante, la contaminación del aire es tal que no puedes respirar, muy aconsejable llevar mascarilla, hay sitios donde los mendigos están ordenados en fila y, aún así, la cantidad de turistas es tremenda.
La fiesta Aarti, adoración a los elementos de la vida, agua, aire, espacio, suelo es diaria, merece la pena verla a pesar de la contaminación y la increíble masa de insectos voladores  de todo tipo que la orilla del agua, la suciedad y la luz atraen.
De amanecida no hay que dejar el paseo en barca de remos por el Ganges, pero preparado para lo que veremos, la ventaja es que en el amanecer disminuye algo (sólo un poco) la contaminación. Es bonito ver la salida del sol reflejada en el Ganges entre la bruma de la contaminación, es sorprendente ver a los Indúes dándose las abluciones rituales para limpiar sus pecados en el contaminadísimo río Ganges, pero es de locos que unos doscientos metros más arriba del río estén las cremaciones diarias, cremaciones junto al río, donde se echan después los restos que, en muchas ocasiones son más que cenizas flotando en el agua.
Con el corazón encogido sales del río paseas por los callejones y vuelves a un mundo de suciedad, contaminación, caos circulatorio y dejadez. Pero por la tarde me voy a un cine, quiero vivir la experiencia de ver una película de Bollywood, bueno las películas ya sabemos como son, pero el espectáculo de ver a la gente en plena película casi bailando y cantando merece la pena.
Así es India, un puro y duro contraste.
Las fotos de las ciudades del centro de la India ...

Fotos de Delhi ...

Las fotos de la tragedia de Leh ...

Imágenes, algunas de ellas no son agradables, de la forma de vida en la India ...

Un pequeño vídeo en la India.

miércoles, 7 de diciembre de 2011

De turismo por Delhi

Nueva Delhi, una ciudad que como todo en la India, es puro contraste y espectáculo, la riqueza y la miseria conviviendo en su más dura distancia, desde increíbles hoteles con el Imperial a la cabeza, símbolo de la colonización británica, donde es obligado relajarse tomando un típico té en alguno de sus excelentes pubs o terrazas hasta la imagen de la gente durmiendo en las calles entre ratas y basura en el Viejo Delhi.

O vivir la disparidad entre sus muchos y espectaculares monumentos con la miseria y la mendicidad en sus entradas.

El choque de ver la mendicidad infantil, en muchas ocasiones con un niño más pequeño en sus brazos y, más de una vez, con el hermano mayor o el padre esperándolos en una esquina cercana, pero al tiempo, poder ver en todos los monumentos, museos, etc. a los colegios llevando a los alumnos a disfrutar de su cultura.
Pero también lo positivo y mucho como la increíble amabilidad de sus gentes, el circular en coche o en rickshow tanto a motor como a pedal y observar que, a pesar de la enorme intensidad circulatoria, nadie se estresa, nadie se ofende por nada.
La gran diversidad cultural y religiosa basada en un tremendo respeto y convivencia entre todos, híndus, musulmanes, sikhhijs, católicos, shadus, etc.
La tremenda contaminación de la ciudad, tanto en la zona vieja, quizá algo menos en la nueva.
La enorme variedad de sus comidas, eso sí, para estómagos fuertes y duros ¡¡¡todo es picante!!!.
Visita obligada para los turistas empedernidos y recomendable hacerla a tu aire, con una buena guía, negociando duro con los rickshow (atención, negociar antes el cuanto y en que moneda y comprometerles antes de subir a que lleven cambio, son especialistas en decirte al final que no tienen cambio), disfrutando de sus buenos bares en los hoteles, de buenos restaurantes y de buenos paseos (es una ciudad bastante segura a pesar de las apariencias) y paciencia, mucha paciencia con el acoso de los vendedores callejeros en todas partes y a cualquier hora.

domingo, 16 de octubre de 2011

La circular y arista de los Infiernos en Pirineos desde Casa de Piedra


Quizá la montaña más emblemática del Valle de Tena, ya tenía ganas de hacerla. ¿Por dónde se sube mejor, por el Collado de acceso al Garmo Negro  o por la ruta del GR-11 hacia el refugio Respomuso?.  Esa era la cuestión que comentábamos la noche anterior en el refugio de Casa de Piedra en Baños de Panticosa, José y Olga (un encanto de compañeros en el día de hoy), habían intentado el día anterior subir a Los Infiernos por la ruta del Garmo Negro, pero se equivocaron y terminaron en el Garmo Negro, así que no les apetecía repetir, resultado subimos por la ruta de los Ibones Azules o  del GR-11 y bajamos por la ruta del collado de Pondiellos.

Salimos del refugio de Casa de Piedra, a 1636 metros, por su espalda,  ufff, nos queda un montón,  paralelos al río Caldarés de Baños por la senda del GR-11 en dirección hacia el refugio Respomuso, buena subida ya desde el principio, en unos diez minutos llegamos al Mirador del Balneario, a 1725 metros de altura, sobre todo al llegar a la Cuesta del Fraile, en una hora más, a 2040 metros de altura, con las vistas a nuestra derecha del salto de agua del Fraile, así llegamos, en una hora y media, hasta el nuevo refugio, entonces en construcción, ahora ya terminado, junto al Ibón Bajo del Bachimaña,  por cierto vacíos con la tremenda falta de lluvias de este octubre, seguimos hacia nuestra izquierda, la senda siempre bien marcada, dejando a nuestra derecha, el enorme, pero también casi vacío Ibón Alto de Bachimaña.

El bordear el Ibón es más o menos llano, varias subiditas y bajadas por el borde, hasta llegar a una zona más llana, un descansito, aquí hay un indicador del GR-11 que nos lleva, hacia la derecha a la zona de Bujaruelo, y a la izquierda hacia el refugio Respomuso , cruzamos un par de veces el río que baja desde los Ibones Azules, dejando a nuestra izquierda el Ibón Azul bajo y el Alto hasta llegar, a 2570 metros de altura, en algo menos de tres horas, al mirador del Glaciar de Infiernos, vi  fotos, en el refugio, del glaciar hace pocos años y si, se está quedando pequeñito, si, es cierto, si.

La subida se empina por una buena pedrera hasta llegar al Cuello de Infiernos a 2720 metros, un collado anterior al Ibón de Tebarray que separa el Pico de Piedrafita, 2959 metros, a nuestra derecha y ya, Los Infiernos a nuestra izquierda, hemos tardado cerca de cuatro horas.

Aquí la senda, de frente, bordeando el Ibón de Tebarray por nuestra derecha lleva hacia el refugio Respomuso, y hacia la izquierda, hacia el oeste, nos permitirá ascender hacia Infiernos con un par de opciones, hacia la derecha o, de frente, hacia la arista, vale, de frente, a la arista, hay algunos hitos, pero es que no tiene pérdida, la arista está ahí, y al llegar a ella, unos tramos por la arista y otros por la parte más cercana al Ibón de Tebarray, seguimos  hasta una precima desde la que se ven las tres cimas de Infiernos y la Marmolera de la zona sur que hay que atravesar, no es difícil, algún paso de grado II o poco más, pero muy expuesta, una caída te tira muchos metros abajo, una vez pasada, y por la ladera sur, en unos pocos metros llegamos a la cima Occidental, con sus 3073 metros de altura en poco más de cinco horas, fotos y acometemos la arista de la Marmolera que nos lleva hasta el Infiernos Central (3083 metros) una arista fácil pero aérea.

El siguiente paso es seguir, en pocos minutos hasta el Oriental de 3072 metros, donde termina nuestro periplo de las tres cimas, junto al Oriental se ve una senda que desciende hacia el Collado de Pondiellos, error, la tomamos y, al igual que otros dos que nos encontramos, tuvimos que volver a subir para llegar al Central y bajar por el lado del Central de la Canal que hay entre el Central y el Oriental.

La bajada hacia el Collado de Pondiellos, a 2810 metros, se hace por la ladera del Infierno Central, junto a la chimenea que está entre los dos infiernos, el Central y el Oriental, es una bajada muy vertical y aérea, pero bien señalizada, pateada y con agarres, después vendrá  la pedrera; me torcí un tobillo subiendo al Occidental, y en la pedrera de bajada me dolía, llevaba zapatillas ya que las botas que llevé eran muy rígidas para esta actividad, y en la pedrera cada vez que apoyaba el pie de manera un tanto lateral se cargaba más y más, al final ya me dolía hasta la rodilla de pisar mal.

Nos paramos a tomar un tentempie en un primer collado, según bajamos, el de Saretas, a 2852 metros de altura, que se encuentra entre el pico de Arnales (3002 metros) y el pico de Pondiellos de 2917 metros, bajada que se lleva una hora y cuarto largas, collado que puede dar a confusión e intentar bajar por él, no, según nos comentaron se complica bastante, hay que seguir hasta el segundo que es el verdadero Collado de Pondiellos, una media hora más, desde aquí, hacia abajo, las vistas de los bonitos ibones de Pondiellos. Seguimos por la pedrera hasta llegar al Collado de Pondiellos, el segundo que se veía desde la cima de Infiernos, y bajamos hacia Baños de Panticosa por la pedrera, hacia la derecha la pedrera descompuesta por la canal, por la izquierda, siempre en dirección a Baños de Panticosa, siempre a la vista, las piedras son mayores y menos incomodas.

Así llegamos hasta la Majada Alta del Argualas, a 2100 metros donde, un poco antes, se junta con la senda que sube al Garmo Negro, al Algas y al Argualas , llegamos a una zona boscosa donde la senda, vertical y en zig-zags nos dejará en Baños de Panticosa en dos horas largas desde el collado de Pondiellos.

En suma una actividad de una dificultad media, tanto técnica como físicamente.

Cervezas en Casa de Piedra y yo me vuelvo a Madrid, lo del tobillo no reviste importancia pero no quiero forzarlo otro día más.





domingo, 9 de octubre de 2011

Espigüete, subida por la Cara Norte y bajada por la Sur

El Espigüete, 2451 metros de altura, subida por la cara norte y bajada por la sur, en suma la circular al Espigüete, una preciosa actividad.

Siguiendo la costumbre desde que voy a la Cordillera Cantábrica fui a Cervera de Pisuerga y desde allí a Triollo, deseaba dormir en el Hostal La Montaña, muy amables y con ganas de darle un ambiente montañero al Hostal, pero  cerraban los lunes, no hay problema, media vuelta y me marché a dormir al parador de Cervera, caprichitos al cuerpo.
Martes, desayuno temprano, salida hacia Triollo, lo paso en dirección a Guardo y pasando Alba de los Cardaños, enseguida vemos una pronunciada curva donde está el cartel de dirección a Cardaño de Arriba, dos kilómetros y setecientos metros y un señalizado parking, llamado de Pinollano,  a la izquierda de la carretera regional, a 1345 metros de altura, voy solo, así que veo allí más gente con la que me uno para no hacer la subida en solitario.
Rober, un amigo me recomendó hacer en la subida la arista Este, no lo intenté, no conocía la zona, pero una vez visto, es una idea a hacer en breve.
La ascensión por la cara norte, para mi, tiene un nivel  de dificultad medio, la pedrera está resbaladiza y algo peligrosilla.
La ascensión se lleva 1120 metros de desnivel, en la bajada se hacen unos 70 metros más hasta Cardaño de Abajo que luego hay que subir para llegar al aparcamiento.
El tiempo de subida fue de un poquitín menos de las tres horas y la bajada y rodeo hasta el aparcamiento me llevó dos horas y tres cuartos.
Desde el aparcamiento y hacia el norte sale un ancho camino, el único además, a nuestra derecha el arroyo Mazobres y, siguiendo en paralelo al arroyo, el camino va girando hacia nuestra izquierda y empinándose de manera suave, algún camino se nos cruza, pero el principal es tan evidente que no hay perdida , en unos tres cuartos de hora y a una altura de 1600 metros llegamos a un mirador sobre las cascadas del arroyo Mazobres, en estos días con poca agua, pero aún así merece la pena hacer alguna foto, si hemos llegado hasta el mirador, necesitaremos retroceder unos pocos metros hasta encontrar un hito bastante grande, a nuestra izquierda cuando subíamos, que nos marca el sendero de subida, aquí el camino ya es más empinado, es muy estrecho, normalmente entre piornos, tiene bastantes hitos y, en caso de duda, tenderemos a acercarnos a la pared rocosa que hay a nuestra izquierda, poco a poco desaparece el piornal y, a nuestra derecha, desviándonos unos diez metros de los hitos, cercada con alambrada, veremos una pequeña, pero muy profunda sima, llamada la Sima del Anillo, se habla de unos novecientos metros de profundidad, fotos y nos reincorporamos al camino.
Llevamos algo más de hora y cuarto andando y estamos a 1900 metros de altura, estamos ante el anfiteatro de la cara norte del  Espigüete, es impresionante, a partir de aquí una pedrera de bloques, con buenos hitos, pequeñas subidas por zonas de llambrias, y sin duda, vemos la canal y el marcado sendero por el arrastre de la pedrera debido a  las pisadas, nos paramos a tomar algo de fruta y beber agua, los compañeros que encontré no se ven muy bien para seguir subiendo y se quedan descansando, para decidir después si suben o no, por eso tiro solo hacia adelante.
Al llegar a  las dos horas efectivas de andar he llegado a la base de la canal de acceso, a nuestra izquierda una gran mole rocosa que nos hace evidente por donde subir, sólo hay una posibilidad que es la canal, pedrera de las de un pasito p´alante y otro p´atrás constantemente, donde además, y a pesar de que el día es bueno, me pongo un polar ya que al estar en umbría, la zona es fresca.
La inclinación se hace cada vez más pendiente, hasta poco más de un 40% en algunos tramos, a veces decido salirme de la huella de las pedreras y pegarme a las zonas rocosas que hay a la derecha, llego a una zona de mayor pendiente aún, poco más del 50%, una escurrida me hace perder un par de metros, definitivamente me echo fuera de la pedrera y, aunque pueda ser más fatigoso me pego a las rocas que hay a la derecha, donde, sorpresa me encuentro que hay una pequeña trepada que, arriba tiene un hito, y después algunos más que ayudan a quitarme de en medio la desesperante pedrera, pasados los 2260 metros de altura llego a una especie de rellano que, de frente, me marca piedras grandes y poca pendiente, a la derecha, el evidente camino, bien pisado, pero más pedreras, me decido a ir por la izquierda, después del éxito de la vez inmediata anterior y así una vez que termina la pedrera me voy incorporando poco a poco, siguiendo en travesía hacia la derecha, para llegar al collado, con un gran hito en su centro, que separa a mi izquierda el Pequeño Espigüete de 2444 metros y siguiendo hacia mi derecha, oeste, durante unos cinco minutos por unos hitos algo por debajo de  la muy cómoda arista que me incorpora a la cima, estoy en el hito cimero a 2451 metros de altura, a su lado una cruz y un día soleado que me permite ver Peña Prieta, Curavacas, los vacios embalses de la ruta de los pantanos sobre el Carrión y el pueblo de Cardaño de Abajo, hacia el cual, volviendo sobre mis pasos hacia el collado que separa las dos cimas, después de un tentempie y unos minutos de descanso, hago la bajada, no me apetece bajar por la peligrosa pedrera por la que he subido, además de que pretendo conocer las dos vertientes.
En la bajada, la pedrera existe también, larga y tediosa, pero con rampas más suaves que las de la vertiente norte, al llegar al final de la pedrera tomo el camino, a veces con muy pocos hitos que me lleva a una  pista forestal que, hacia la

izquierda, me orienta hacia el pueblo de Cardaño de Abajo, me imagino que así será, no lo sé, ya que, al cabo de un rato, viendo los grandes zig-zags que hace la pista y que se ven abajo unas pistas que llevan al pueblo, decido bajar a trocha hacia las pistas forestales, sin problemas salvo algún que otro piornal.
Llego a Cardaño de Abajo, a 1215 metros, tomo la carretera por la que vine por la mañana, hasta llegar, en algo más de un kilómetro, al cruce hacia Cardaño de Arriba, dos kilómetros y medio largos hasta el aparcamiento, donde llego en poco menos de 2 horas y 45 minutos desde la cima, total, cuatro kilómetros por carretera
Buen día, buena cima, buenas vistas y hartura de pedreras, seguro que esta cima es más bonita en invierno con buena cantidad de nieve.
La vuelta a Madrid, desde Cardaño la hago por Guardo hacia Palencia, me resulta un poco más corta que si voy a Cervera, teniendo en cuenta que yo vivo en la zona de Pozuelo de Alarcón, en la Carretera de la Coruña. 
Las fotos de la actividad .... 

miércoles, 5 de octubre de 2011

Braojos

Todos los años, en septiembre se celebra la jornada MTB organizada por el grupo estrozapiernas de Braojos, y si, es una ruta destrozapiernas, si.

Quedamos a las 9 de la mañana en la plaza del Ayuntamiento de Braojos, preparamos las bicis, fotos de rigor en el arranque y salimos por una calle detrás del Ayuntamiento, ya la primera cuesta y en el  primer cruce de calles primer error, nos vamos por un lado y es por otro, menos mal que el GPS te avisa en unos metros.
Salimos del pueblo por una pista rural con algunas zonas asfaltadas hasta pasar por debajo del puente del tren, es una constante subida y, en unos pocos kilómetros, se convierte cien por cien en pista con sus zetas y sus buenas pendientes, no hay un momento de relax en la subida, son más de setecientos metros hasta que, ¡esto es la cima!, nooo, está allí y, antes del allí, otra cuestecita de marras que esta vez, además, se ve perfectamente, venga arriba, llegamos ¿es la última?, si, esta vez sí.
Comienza la bajada y, como siempre en las bajadas me quedo atrás, a ver yo uso el freno porqué está para algo ¿o no?, menos mal que en cada cruce me esperan ya que yo no llevo el GPS, bueno en unos me esperan y en otros: jejejeje, veo a mis compañeros subiendo hacia atrás porqué han vuelto a equivocarse, ¡si es que las prisas nunca fueron buenas!, jejeje.
Hacemos el triangulo de los tres pueblos, la Acebeda, donde definitivamente dejamos las pistas para tomar algunos tramos de buena carretera casi sin tránsito de vehículos, llegamos a Aoslos, a partir de aquí comienzan unas zonas de trialeras muy técnicas y duras y, al final, después de pasar un par de veces por debajo de la autopista, volvemos a Braojos.
Fer, enhorabuena por tu elección, me ha encantado la ruta.
Tiempo de pedaleo efectivo:  4 horas y 2 minutos, a lo que añadir 47 minutos de paradas para fotos, comida, etc...
La distancia recorrida fue de 42,34 Kms, con una velocidad media de 10,50 Km/h y una máxima de 51,54.
Hicimos una ascensión acumulada de 828 metros y bajamos 754.

lunes, 26 de septiembre de 2011

El anillo ciclista a Madrid

Comenzamos en el barrio de la Alameda de Osuna, sorteamos las primeras calles hasta alcanzar nuestro primer tramo en las inmediaciones del barrio, cerca del punto 0 de la vía, pasamos por debajo de un puente donde la discusión entre escaladores y administración es manifiesta, ya varias veces se han instalado presas para practicar algo de escalada y tantas veces la administración las ha quitado, pues vale.
A poco de pasar el puente, hacia nuestra izquierda tomamos el primer tramo en sí del anillo que es la pasarela que cruza por encima de la A2, al bajar llegamos a una glorieta en obras que nos desvía por algunas calles, hay que fijarse en las indicaciones, es un poco lioso, pero seguimos viendo a nuestra izquierda el estadio de la Peineta hasta llegar a la pasarela que cruza la Avda. de Arcentales.
Algunas áreas de descanso, pero aún es pronto para hacerlo, pasamos O´Donnell y dejamos a un lado Valdebernardo para llegar a la pasarela del cruce por encima de la A3.

Una descansada y larga bajada por el bonito parque de Palomeras, aquí, donde Félix, en la zona de Palomeras Altas, recuerda sus tiempos jóvenes y donde, sin duda, hay que parar para hacer fotos.
Pasamos por debajo de un puente bajo la Avenida de a Albufera y llegamos al parque de la Gavia . Poco después llegamos al punto más problemático de la ruta, un túnel bajo el ferrocarril y la A4, estrecho, sin luz, con una acera estrechísima (no creo que quepan al tiempo dos bicis en el distinto sentido), con los coches cruzando a tu lado.

Entramos ahora en zonas de obras, con poca señalización, nos perdimos varias veces, aquí hay que orientarse buscando el 12 de Octubre, a partir de él, ya no hay pérdida.
A partir de aquí, bordeamos por Orcasitas el parque de Pradolongo, y el parque Sur para llegar a Pan Bendito, seguimos por el parque de las Cruces, en esta zona si, bien señalizada la vía y llegamos a la zona del intercambiador de Aluche, lo cruzamos para continuar por el parque del Alcalde Carlos Arias hasta una pasarela que cruza la autovía de Extremadura, A5 para entrar en la Casa de Campo, por aquí, ya en nuestra salsa, llegamos a la zona del metro de Casa de Campo y bajamos hacia el Zoológico, seguimos hacia el parque de Atracciones y bajamos hacia el Lago, el que bordeamos por la izquierda, así seguimos hasta el Puente de los Franceses, que pasamos por debajo y, donde inmediatamente, a nuestra derecha, veremos que continúa ya el anillo con una empinada pasarela que cruza la M30.

Bordeamos el Manzanares por su margen derecha, pues era bonito también antes, cruzamos otra nueva pasarela y el precioso Puente de San Fernando y nos adentramos en una parte de la vía muy estrecha, junto a la M30, seguimos por Fuentelareina y, a partir de aquí una zona fea, bajo mi opinión, Arroyo del Fresno, Lacoma, Mirasierra, Montecarmelo, zonas nuevas con grandes vías, muchas glorietas, pero donde el anillo ciclista parece hecho a parches, continuos tramos en que hay que cruzar de lado o ir por el carril central, glorietas en las que cambias de carril, todo ello en continua ascensión y constantes paradas, un poco rompepiernas.
Llegamos a la zona de la antigua carretera de Burgos, también un poco liosa, nos paramos a tomar un tentempie y seguimos por las zonas de Las Tablas y Sanchinarro con las mismas constantes de cambios de acera y semáforos, hasta cruzar de nuevo la M40 y adentrarnos  por la zona del Barrio de Santa Maria donde ya no hay mas cruces, pero donde al final del mismo Félix pincha, bien, nos quedan dos kilómetros, seguimos a pie hasta casa.

Total que estuvimos cuatro horas y cinco minutos pedaleando para hacer 67,11 kilómetros, con un desnivel acumulado de 783 metros.

Y una web muy recomendable para preparar la ruta.

jueves, 15 de septiembre de 2011

El carril bici a San Martín de la Vega

San Martín de la Vega cuenta, sin duda, con uno de los mejores y más completo carril-bici de nuestra comunidad.

Y a por él que fuimos, desde el lago de la Casa de Campo, bajamos hasta el Puente del Rey y allí comenzamos el descenso por la nueva y flamante Ribera del Manzanares, varias veces he pasado ya por ella y cada día me parece mejor, es un obrón, sin duda, pero ha merecido la pena, las viviendas de su entorno han ganado en revalorización, en calidad de vida y se nota, por todo el recorrido gente paseando, en bici, patinando.
Hace poco terminaba en el estadio Manzanares, ahora sigue con ese fenomenal puente tubular, pasa el antiguo Matadero y pasando una estrecha zona que aún no está terminada llega hasta la zona del Barrio de San Fermín, y aquí descubrimos la antigua pista que bordea el río Manzanares hasta Villaverde, dejando a nuestra derecha el Tanatorio de la M40, la Caja Mágica y pasando por debajo de algunos puentes de las salidas de Madrid, deja a un lado y a otro pequeñas fincas de ganado o agrarias hasta llegar cerca de una central eléctrica donde se acaba por obras, antes hemos cruzado desde la margen derecha del río a la izquierda, hacemos unos pocos vericuetos, no hay perdida por la gran cantidad de huellas de ruedas de bici y volvemos a cruzar el río por en estrecho puente metálico, enseguida una carreterita que sube frente a nosotros y comienza el carril bici, muy bien cuidado, con un sólo cruce en una glorieta, pero bien señalizado.
La pista es muy rompepiernas, subiditas  bajaditas para las que hay que estar en forma, dejamos a nuestra derecha el Cerro de los Angeles, giramos a la izquierda por una parte de carril bici asfaltada, aún sin señalizar bien, pero muy cómoda, llegamos a otra glorieta y, de nuevo el carril-bici bien señalizado, pasamos la desviación a Perales del Río, la depuradora Sur, un campo de tiro a nuestra derecha, pasamos por encima del Arroyo Culebro y comienza la subida, suave pero constante hacia la Marañosa, después una bajada de seis kilómetros hacia San Martín de la Vega, bajada que, luego, a la vuelta, hay que subir.
35 kilómetros largos de ida que hay que deshacer a la vuelta, vuelta que pica más al ser, constantemente en subida, muy suaves por la Ribera del Manzanares, pero subida al fin y al cabo y ya llevas buenos kilómetros en las piernas.
Las cervecitas finales en la Casa de Campo no tienen desperdicio.

Algunos números:
Distancia en ida 34,81 Kms. y claro, lo mismo en la vuelta
Subida acumulada entre ida y vuelta: 318 metros

miércoles, 14 de septiembre de 2011

Pirámide de Vincent

Otra más dentro del macizo del Monte Rosa en los Alpes occidentales, La Piramide Vincent con sus 4.215 metros está completamente ubicada en territorio italiano.

Nuestra idea, era llegar al Refugio Gnifetti a través del Paso Neso, desde el refugio Quintino Sella, no fue posible, las grietas del Paso Neso nos lo impidieron, dimos media vuelta, y por la arista que sale del refugio, bajamos hasta los teleféricos del valle de Aosta para llegar a Staffal, subimos al Paso Salati en el teleférico a punta Indren, a partir de aquí, buena subida de cerca de cuatro horas hasta llegar al Gnifetti a 3645 metros, después de cruzar en diagonal, el glaciar Garstelet en la base del refugio y una trepadita final en roca ayudada por unos pocos medios de ferrata.
Buen refugio, como todos los italianos, buena cena, bien atendido, precio razonable, buenas literas y buen desayuno.
Salimos prontito, el día se presenta largo, queremos subir la Pirámide Vincent, después el Parrotspize y bajar por el glaciar del Monte Rosa hasta el Refugio MonteRosa.
Una ascensión que nos llevó algo más de cuatro horas, con la mayor dificultad basada en la travesía del glaciar lleno de grietas en verano.
Salida del refugio hacia el noreste, por la orilla del glaciar del Lis muy lleno de grietas y, enseguida seguimos, dejando la Pirámide de Vincent a nuestra derecha, hacia el collado Lisjoch a 4151 metros. Antes de llegar a él, dejamos a la izquierda la cima rocosa del Fraile, merece la pena desviarse unos metros, hacer la trepadita y bajar por el mismo camino.
Poco más arriba vemos hacia la derecha la canal de acceso, que separa, a la izquierda de la canal, el Balmenhorn de 4167 y toda la cadena que le sigue Schwarzhorn, Ludwigshöhe, Parrotspize, Cabaña Margarita (el refugio más alto de Europa) y el Signalkuppe, y a la derecha de la canal, nuestro objetivo, la Pirámide de Vincent.
Nos adentramos un poco por la canal hasta ver la huella que, por el llamado techo norte, nos lleva a la cumbre, sin problemas, empinada al final, un paso de unos dos metros algo más empinado y, por una amplia arista hacia nuestra izquierda llegamos a la cima en una especie de meseta. Bien, una subida catalogada en las guías como PD.
Tuvimos un día espectacular y las fotos así lo demuestran, sobre todo la impresionante cadena hacia el Norte que termina en el Signalkuppe (punta Gnifetti) con sus 4554 metros de altura o las vistas del cercano Linskamn o las del lejano GrandParadiso.
Bajamos de nuevo al collado y continuamos la jornada.

lunes, 5 de septiembre de 2011

Castor


El Cástor, con 4228 metros de altura, es una de las montañas del macizo del Monte Rosa, separado del Pollux por el Collado de Verra, de 3845 metros, normalmente las dos cimas se llevan a cabo en la misma actividad y, también normalmente se sale desde el Refugio de Ayas para llegar, al final de la jornada, al refugio Quintino Sella.

Casi fronterizo entre Italia en el valle de Aosta y Suiza en el Valais.

Y, así lo hicimos, primero el Pollux desde el refugio de Ayax, bajamos al Collado de Verra y, desde él, comenzamos la ascensión al Castor, también la ascensión puede hacerse viniendo desde Zermatt en el día siguiendo la misma ruta que detallo en la subida al Pollux y vordeando el mismo para llegar al Collado de Verra.

Nosotros salimos del refugio de Ayas, subimos en primer lugar el Pollux, bajamos por la arista, bordeamos el Pollux para llegar al collado di Verra y desde aquí iniciamos la subida al Castor, con sus 4228 metros y declarado como PD-.

La subida por esta cara lleva unas dos horas, con un desnivel de unos 400 metros y pendientes de entre el 35 al 50% y, en todas las guías se recomienda no acometerla con malas condiciones de nieve, la posibilidad de aludes es muy real, y no sólo los aludes, antes de la cima hay una grieta de considerables dimensiones que recorre toda la parte baja de la arista final y que hay que asegurar muy bien antes de treparla, con nieve reciente posiblemente no conseguiríamos distinguir bien los pasos a dar.

Pasada la grieta, unos metros de pared que, en diagonal hay que seguir para acceder a la arista, un centenar escaso de metros (lineales) de arista y ya estamos en la cima.

Vistas desde la cima a todo el macizo del Monte Rosa y el cercano Cervino.

La bajada la hicimos, en otras dos horas, hacia el refugio Quintino Sella, esta es otra alternativa de subida desde Italia. Una larga arista sureste que nos deja en una antecima, después nos lleva hasta hacia el pico Felikhorn con sus 4175 metros, el collado Felikjoch a 4095 metros, el Pico Norte en 4200 metros y, al bajar, pendiente hacia nuestra derecha viendo ya el refugio Quintino Sella a 3585 metros, buen refugio y muy bien atendido, rodeado por los glaciares de Vera y Felik.

Las fotos de la actividad ....