lunes, 23 de septiembre de 2019

Praga


Viaje familiar, fin de año en Praga, buena idea, una ciudad encantadora con una Monumental plaza de la Ciudad Vieja Medieval (Stare Mesto) espectacular, el corazón de Praga, una ciudad con el contraste  entre estrechos callejones con amplias avenidas, con la Iglesia gótica de Nuestra Señora de Tyn y sus características torres góticas, con la Casa de la Campana de Piedra,  con el edificio del Antiguo Ayuntamiento y su reloj astrólogico, una de las joyas de la ciudad, pero los paseos diurnos por Praga, por cualquiera de sus rincones con música, a pesar del frío, son espectaculares y no digamos los nocturnos, con cualquiera de sus bares o restaurantes con música, con sus innumerables conciertos (incluso en alguna iglesia), sobre todo en los fines de semana, o los mercadillos de fin de año, espectaculares.

En cualquier caso, un primer día por la Avenida Wenceslao y la plaza de la Ciudad Vieja, continuando por la zona judía (el barrio Josefov con un reloj en el Ayuntamiento Judío cuyas agujas giran al revé), con la sinagoga Vieja-Nueva, con la Sinagoga española, con el cementerio en el centro de la ciudad con cerca de 12.000 lápidas puestas unas encima de las otras, merece la pena un relax en el Café Kafka, a comer y darnos un relax en cualquiera de las ocho islas que hay en el río Moldava, por ejemplo en la isla de Kampa,  después el famoso y emblemático puente Carlos, al final del mismo la vieja noria Certovka, siguiendo por San Nicolás y sus cúpulas, Nuestra Señora de la Victoria (donde se guarda la escultura del Niño Jesús de Praga, escultura llegada desde España) y el Teatro Nacional para volver a terminar en la Avenida Wenceslao, hora de cenar.

Un segundo día para conocer la Catedral de San Vito, el Palacio Real, los jardines reales, para, después de comer no perdonar la visita y un paseíllo por el Callejón de Oro (en el número 22 vivía Kafka), junto al río Vitova (Moldava), que parte en dos la ciudad, el neorrenacentista Rudolfinum (la filarmónica checa) con la cervecería de Praga por excelencia, la U Rudolfina, no olvidemos que en Praga se consideran a sí mismos como la catedral de la cerveza.

Y otro paseíto al parque de Letná con unas magníficas vistas sobre Praga, desde donde dicen que se pueden contar hasta cien torres de la ciudad.


viernes, 20 de septiembre de 2019

Media Integral de La Pedriza, Canto Cochino, Collados Ventana y de La Dehesilla


El plan era ir a la zona de la pared de Santillana recorriendo la ruta de los Collados (Venta y Dehesilla), al final hicimos la Media Integral Circular a La Pedriza Posterior, una clásica, se trata de una ruta de senderismo sí, pero que requiere unas buenas exigencias físicas y algo de habilidad en las travesías de montaña, no es un paseo y hay que moverse con una cierta soltura en montaña.

Dejamos los coches en el aparcamiento de Canto Cochino, en la parte de arriba, ahora la parte de abajo la han bloqueado, que ilusión, una prohibición más, bajamos la pequeña cuesta asfaltada hacia el Manzanares, dejamos las nuevas obritas-guays que se están haciendo en la zona, insisto, ¿porqué no dejan el parque en plan natural en lugar de hacer estas obritas y caminitos de piedra tipo chalet de la urba?, en fin … enseguida nos encontraremos con el puente de madera que cruza el rio Manzanares, nada más cruzarlo veremos a nuestra izquierda el camino que emprenderemos, señalado en esta primera parte como GR (Gran Ruta) también conocida como la Autopista de La Pedriza, o sea, dos franjas, blanca y roja, a continuación encontraremos el cartel que nos indica 30 minutos hasta el refugio Giner de los Ríos, camino hasta el refugio ya en subida y con un cierto desnivel.
Al llegar al refugio, en la margen derecha del rio con un pequeño paso de madera justo a la derecha del camino, veremos un sendero que continúa pegado a la margen izquierda del rio y otro más a la izquierda que es el que tomamos a partir de ahora.

Seguimos por esa ruta durante, aproximadamente quince minutos, hasta ver que hay que cruzar el arroyo de la Majadilla, ahora con poco caudal, por unas piedras bastante fáciles y nada más cruzarlo nos encontramos con dos caminos, tomando indefectiblemente el de la derecha que, además está señalizado por un árbol caído, luego ya no tiene pérdida alguna, y para mejor señalización, desde este momento las señales serán las PR (pequeño recorrido), franjas blanca y amarillar y la subida se hace algo más pronunciada, subida que siempre se hará por la margen derecha del rio, no cruzamos hacia la margen izquierda a pesar de que en algunos momentos nos dé la sensación de que el camino principal es justo cruzando el rio, pues no, siempre por la margen derecha y siguiendo los zig zag que, para facilitar la subida, nos va ofreciendo el camino. Si, desde el principio de la ruta nos encontramos inmersos en un maravilloso y frondosísimo bosque, a partir de este momento nos creemos que estamos en un bosque de cuentos, precioso, con algunas grandes rocas a ambos lados del camino que le dan un aire de aventura. También observaremos las grandes zonas de escalada, por ejemplo a nuestra derecha, El Pájaro, Dos Torres, El Caballo de Ajedrez, etc …, a nuestra izquierda El Cocodrilo … en algún momento, hacia nuestra izquierda sale una senda que no tomamos es la que nos llevaría a Cuatro Caminos

Al terminar el bosque de manera paulatina nos encontramos accediendo por la subida al Collado Ventana, en esta rampa vemos que el camino se bifurca a veces, da igual, son atajos pequeños que se van haciendo por los caminantes, al final cualquiera de ellos nos lleva hasta los 1785 metros de altura del Collado Ventana con unas vistas magníficas, hacia la zona de los Torreones,  hacia La Maliciosa o hacia el valle de La Pedriza desde el que hemos subido, hasta aquí, a buen ritmo, habremos tardado algo más de dos horas y media, fotos sobre todo de las Milaneras, algo de fruta, agua y a seguir..

La bajada la haremos por la parte hacia la derecha de por donde hemos subido al Collado Ventana, hacia el Risco de la Ventana, a partir de aquí es MUY importante olvidarse de los hitos que a veces nos encontramos y continuaremos siempre siguiendo las indicaciones e PR (franjas blanca y amarilla, hasta el punto de que si en algún momento observamos que hemos dejado de verlas durante unos minutos, demos media vuelta y m buscaremos de nuevo las marcas, hay algunos puntos en que nos parece evidente seguir hacia la izquierda y no vemos las franjas, busquémoslas. Desde el inicio de la bajada, con algunos pequeños repechos, veros a nuestra izquierda el embalse de Santillana y Manzanares el Real.

La bajada es tan bonita que, a veces nos hace meternos por tunelitos entre piedras, eso sí siempre con las franjas de PR presentes, pero los paisajes de roca que nos encontramos nos harán una bajada fascinante, en la que en algún momento tenemos que ayudarnos de las manos para bajar hasta el Collado de la Dehesilla a 1453 metros de altura, bajada que nos habrá demorado cerca de una hora y en la que hemos dejado a derecha e izquierda zonas como la Pared de Santillana, o el Mogote de los Suicidas (), la Sala de los Navajuelos, el paso por el Callejón, el Torro, etc… pasamos el último tunelillo por el que nos arrastramos, y comenzamos la empinada bajada hacia el collado de La Dehesilla, la última vez que pasamos por aquí fue cuando hicimos la circular desde Manzanares  el Real, por la Raja.http://afgrun.blogspot.com/2019/02/la-raja-de-la-pedriza.html

Bajada directa por el PR-M2 o Autopista de La Pedriza, que usamos al iniciar la ruta, hacia Canto Cochino, senda a veces angosta, pero muy bonita, bordeamos el Tolmo a 1258 metros, llegamos hasta el Prado Peluca, junto al refugio Giner de Los Ríos, y cruzamos el arroyo de las Majadillas para seguir por su margen derecha ilusionados con tomarnos una fresca cerveza en Canto Cochino y reponer fuerzas con unos buenos huevos fritos, ¡¡¡ pues nooooo ¡!! … está cerrado

Ruta con un desnivel mínimo de 1022 metros en la salida de Canto Cochino al Manzanares y de 1785 metros en el Collado Ventana, con un desnivel acumulado positivo total de 790 metros y una distancia de trece kilómetros.









lunes, 16 de septiembre de 2019

Milán


Una ciudad que no está hecha para el turismo, si para vivir.

Se circula de maravilla, te respetan en los pasos de cebra si hay que pararse, sino no paran y nadie se enfada.

Hay bicis por todos lados sin necesidad de carril específico, que también los hay y hechos para circular con la bici y no para hacer inauguraciones,  y se respetan unos a otros.

Hay patinetes y no hay sensación de problemas. Aceras de asfalto cuestan la mitad que las nuestras y son geniales.

Tranvías del año de la polka que funcionan perfectamente y que dan un toque genial.

Ciudad cara pero con buenos salarios.  Hay camareros/as italianos.  Hay inmigración pero poca e integrada.

Los trenes de cercanías, muy buenos, no baratos, bueno, nada es barato en Milán, pero buenos, cómodos, bien informados, limpios y puntuales, los usé para ir al Lago Como ida y vuelta, mejor opción que cualquier alternativa de excursiones organizadas y sin complicación alguna.

El metro, igual, limpio, automático, en las líneas en que monté no llevan conductor, modernos, frecuentes y puntuales, el billete que usé es el de 90 minutos dos euros.

Los restaurantes muy caros, no tiene que dar vergüenza el pregunta cada precio antes de pedir porqué si no terminas saliendo cabreado en todos los sitios, sobre todo hay que preguntar por las bebidas (una copa de vino rosado, en muchos sitios te traen la copa ya servida en lugar de servírtela delante).

Los hoteles, caros y básicos y, recordad que en Milán hay que pagar el chantaje, huy perdón, el canon turístico, CINCO EUROS POR PERSONA Y NOCHE.

En cualquier caso, se vive genial, la gente se respeta, no hay caras de enfado.

Para ir y venir a/desde Malpensa, están los autobuses Terravisión que se toman (previa reserva por internet) en la misma puerta de salida de cada terminal, una hora larga en ir o en volver a Milán a la Estación Central, siete euros por trayecto, también está el tren Trenord, 13 euros trayecto, pero rápido y te deja en el centro, otras opciones son para osados.

Mis recorridos, pues el día de llegada, poco, dos horas largas de avión, una hora y cuarto de bus hasta el centro de Milán, el traslado desde la Estación Central hasta el hotel, el check-in, abrir las maletas, pues un paseo de relax en metro a conocer San Siro por fuera (otro ejemplo más de practicidad, un fabuloso estadio municipal para LOS equipos de la ciudad, no uno particular de cada uno), un spritz de aperitivo y a cenar, paseíto final de la primera tarde.

El sábado si, desayuno temprano, bajada andando por la Vía Corso Sempione, recorrido del bonito parque Sempione donde está el espectacular Castillo Sforzesco que visité más en detalle por la tarde, Calle Dante, una de las calles más comerciales de Milán y Plaza del Duomo, sacar las entradas para el Duomo, visita interior del Duomo y subida a la terraza por una angosta escalera de 251 escalones en subida y bajada al tiempo, después de otra nueva cola para cambiar la entrada ya que no me habían informado que con la primera no podía subir, en fin … ah y cuando se lo comento al de la escalera, pues no va el tío y me dice que con mi edad podía  pedir preferencia de paso para no esperar colas, pero me caguen … ¿porqué no lo decís?, venga va, vale … termino con la Catedral y, justo al lado no se puede perder la Gallería Vittorio Emanuelle, bueno un sitio donde mirar, y no comprar, la tienda que más me gustó fue la de Ferrari,  justo al lado la Plaza de la Scala con el teatro de la Scala, me encantó, la Vía Mercanti y, a comer …  por la tarde visita más en detalle del Castillo Sforcesco y paseo ya de compras por la zona de Montenapoleone y plaza de San

Babila, también en el centro, en “el cuadrilátero de la moda”, por la noche, para quitarme del centro y sus restaurantes excesivamente turísticos, cena directamente en la zona del Navigli.

Siguiente día muy ajetreado, visita al Cemitero Monumental, no es tan impresionante (en todos los sentidos) como el de La Recoleta en Buenos Airesm (), pero merece la pena, paseo hasta la estación de Trenord a través del Parque Sempione, visita a la Iglesia de Santa Maria delle Grazie, sólo para poder ver la Última  Cena de Leonardo y tren al lago Como, una hora, paseo alrededor del lago, comida en un restaurantito junto a la estación y vuelta a Milán, por la noche, una vez más a cenar a la zona del Navigli, con un ambientazo, ah y en el Navigli, los sábados es día de mercado

El Duomo, bueno, pues bajo mi opinión no he visto jamás una Catedral como esta, impresionante, el exterior (a pesar de que en este año 2019 está en revisión por fuera y no se puede ver bien), el interior impresionante, pero es más el empeño turístico que la empaña, esos grupos organizados que se te cuelan, esos precios, esa falta de información, pedí la entrada, pregunte por precios para tercera edad y me miraron con mala cara, no me informaron, entré y cuando pretendí subir a la terraza me dicen que mi entrada no lo cubre, volví a la taquilla y no me quisieron compensar lo de la otra entrada en el mismo día, muy desagradable, te cobran más si quieres subir en el ascensor en vez de a patita (251 escalones), me imagino que no todo el mundo puede subirlo a pie, bueno, pretenden la superexplotación, la entrada recomendable es la general con subida a pie a la terraza, 10€ en este 2019




sábado, 31 de agosto de 2019

Peña Ubiña por la vía normal


Peña Ubiña, una de las grandes cumbres ¿asturianas, leonesas? de esa zona denominada ¿cómo no?, como los “Alpes Tuizos”, el macizo de Peña Ubiña, que se levanta en la zona astur-leonesa central de la Cordillera Cantábrica, sorprendiendo con más de dos docenas de dosmiles con Peña Ubiña como una montaña sólo aventajada en belleza por el Naranjo de Bulnes y con la sorpresa de no ser la cima más alta del macizo, el Fontán Sur supera en tres metros la altura de Peña Ubiña, Peña Ubiña a la que antiguamente conocían como Peña Ovina y que está incluida en el Parque Natural de Las Ubiñas-La Mesa y que se extiende entre los concejos de Lena Quirós y Revenga y cuya cima ya hice en invernal y por su corredor Norte hace algunos años y que se presenta como una bellísima zona de raquetas en invierno.

Dejamos el coche en Tuiza de Arriba, ya podrían aprender muchos pueblos con cimas visitables aquí hay un fenomenal parking y gratuito, Lena, a 1230 metros de altura, preparamos mochilas y demás y ale …, tardamos desde Tuiza de Arriba hasta el refugio del Meicín, a 1560 metros de altura,  unos 50 minutos, salimos desde el aparcamiento por una rampa hormigonada a la salida del pueblo hasta llegar a las casas más altas, por donde emprenderemos el camino hacia la Vega del Meicín, siguiendo la margen derecha del valle del Meicín.

En unos veinticinco minutos atravesamos la llamada Portillera, termina el pueblo y ya estamos en plena montaña, mucha niebla, incertidumbre para mañana.

Cena y dormir en el refugio del Meicín, magníficamente atendido por Tania y … ¿digo cena?, nos preparó unos espectaculares huevos fritos con patatas y chorizo, maravilla, nos levantamos temprano, desayuno en el refugio y vámonos, … fotos del amanecer en la zona del refugio, día totalmente despejado y salimos en dirección SurOeste a través de las praderas de la Boquera del Meicín para llegar a la Vega del Chago,   seguimos hacia el evidente Collado Terreos a 1930 metros de altura ahora ya en fuerte pendiente, a nuestra izquierda Peña Cerreos de 2111 metros, ya hemos hecho algo más de la mitad del camino desde Tuiza de Arriba, desde el collado se ve la divisoria entre Mieres y Lena y el límite entre Castilla León y Asturias, límite definido con estacas, pero ¿y esto? … ¿cercas divisorias con alambre de espino entre Comunidades Autónomas?, pero ¿estamos locos?, en fin, llevamos algo menos de una hora desde el refugio hasta el collado con una distancia lineal de unos dos kilómetros, deberíamos seguir de frente una vez cruzada la cerca, para subir por la vía normal, pero decidimos bordear pegados a la cerca, la cruzamos, tomamos una senda con hitos en zig-zags que nos lleva al principio de la subida por la pedrera, esta pedrera está bien para bajarla en el típico clavado de tacones y dejarte llevar hasta que las piedras te paran, pero mi rodilla, después de la triada ya no está para esos trotes, así que conocemos la subida, pegados a las piedras laterales, estables, porqué subir por la parte central, por donde se ve camino es el típico pasito para adelante, pasito para atrás, así hasta llegar a la cima, cerca de dos horas y media.

En la cima, a 2417 metros de altura, las vistas espectaculares mires a donde mires, Picos de Europa, la Cordillera Cantábrica, las cercanías con Torrebarrio, Los Fontanes, espectacular … un poco de fruta, agua, fotos, vemos algunas personas que suben desde la vía normal y decidimos bajar por ella, algo más larga pero más cómoda para mi rodilla.

Para ello seguimos la arista como si fuésemos hacia Torrebarrio, enseguida, hacia nuestra izquierda empieza la bajada por su canal Este, siempre señalizada como PR, bajada divertida, fácil pero con cuidadín, hay que echar manos alguna vez, y, al terminar el descenso en el collado de El Ronzón, una senda que sigue hacia La Carba de 2003 metros, más al fondo Peña Ubiña pequeña de 2193 metros y, hacia nuestra izquierda una senda que nos llevará hasta la cerca del Collado Terreos, senda que abandonamos para intentar seguir más rectos a pesar de la pedrera que hay que atravesar, bajada sin pérdida hasta el refugio del Meicín, perfectamente visible, con múltiples sendas y con bajada directa, a trocha en algunos momentos, el día está perfectamente despejado e invita a ello, aunque leo que, con niebla, la Guardia Civil ha tenido que practicar más de un rescate.

Ya en el Refugio del Meicín, a 1560 metros de altitud, cervecita y unos garbanzos con bacalao exquisitos y seguimos la bajada hacia Tuiza de Arriba, el desnivel total acumulado ha sido de 1360 metros tanto en subida como en bajada y con una distancia total de, más o menos, por encima de los doce kilómetros, con una pendiente media algo superior al 20%.





domingo, 25 de agosto de 2019

Peña Citores desde el puente de La Cantina (La Granja)


Aparcamos junto a la fuente de La Canaleja, a 1327 metros de altura, bajando del Puerto de Navacerrada, después de las Siete Curvas y justo después de cruzar por encima del río Eresma, vamos a conocer una más de las múltiples rutas  que atraviesan Valsaín entre La Granja y Cotos.

Subida constante y empinada a ratos, señalizada con círculos amarillos hasta llegar al puerto de Cotos. Salimos del aparcamiento atravesando un estrecho torno giratorio y en menos de diez minutos dejamos a nuestra izquierda la fuente de La Canaleja y en otros cinco minutos largos más, nos incorporamos a una pista forestal, denominada como Vereda de La Canaleja,  maderera que nos lleva ahora, aunque un poco más suave, en subida, hasta llegar a una pasarela sobre el arroyo del Cancho, donde, nada más cruzarla abandonamos la pista forestal y seguimos por la senda, más empinada y estrecha que sale hacia la izquierda y que sigue a través del excepcional pinar, en más o menos tres cuartos de hora, después de recorrer 2,7 kilómetros de subida desde la Fuente de La Cantina, estamos en la Pradera de Vaquerizas y nos incorporamos a una pista maderera, ahora mejor asfaltada que tomamos en subida y hacia nuestra izquierda, y que, en poco más de cinco minutos y poco más de trescientos metros, abandonamos hacia nuestra derecha para tomar el, bien señalizado, Camino Viejo del Paular, ahora señalizado como GR, con buenas vistas hacia Navacerrada hasta que, en poco más de hora y tres cuartos, llegamos al Puerto de Cotos por la parte de la estación de Cercanías, a 1880 metros de altura.

Estamos en el Puerto de Cotos, bordeamos el Chalet del Club Alpino, casi en ruinas, para por detrás de él, acceder al Mirador de Lucio a través de unas escaleras de piedra, una cerca de madera que atravesamos y, siguiendo con señalización de círculos amarillos, seguimos, en ascenso, por la llamada Sendadel Batallón Alpino,, con excepcionales vistas, hasta llegar, en dos horas y media desde la salida, al final del bosque, desde donde ya se ve Peña Citores y las zonas de las ruinas de la Guerra Civil, en poco más de tres horas estamos en el collado que separa Peña Citores y la cima de Hermana Mayor y, enseguida,  en la cima de Peña Citores, a 2180 metros de altura, vistas únicas en círculo, Peñalara, Dos Hermanas, La Cuerda Larga, Navacerrada, Siete Picos Montón de Trigo, la meseta segoviana, en suma, una impresionante vista circular a lo mejor de la Sierra de Guadarrama.

Un tentempie frutero, agua y comenzamos la bajada, pasamos por más zonas de trincheras, al principio la bajada es suave, en algo más de tres horas y media desde la salida llegamos al refugiete del Cancho, lo bordeamos y seguimos la bajada, la senda estrecha, a veces poco pisada, ahora más empinada, pequeños y continuos zig-zags, siempre siguiendo los hitos aunque, al llegar a la zona más baja pasamos la Fuente de Los Ceniceros , de nuevo en la Vereda de La Canaleja, nos parezca que hay que seguir la pista a la que llegamos, justo enfrente siguen los hitos que nos llevan a la Fuente de la Canaleja junto al Puente deLa Cantina.

Actividad circular de poco menos de cinco horas, catorce kilómetros y medio, con un desnivel positivo acumulado de 940 metros siempre a través de pinares, fenomenal.



sábado, 24 de agosto de 2019

Circular de Las Dehesas a la Ventana del Infierno en Siete Picos


Comienza esta ruta  en Crucé la carretera, tomé dirección Sur bajando por la senda que bordea la casa Forestal de Las Dehesas, en bajada y señalizada al principio con puntos rojos de la ruta y amarillos de la Senda a Majalasna, hasta llegar, bordeando la verja a un puente pasarela sobre el Arroyo de La Venta en poco menos de un kilómetro desde el inicio ( a unos diez minutos del aparcamiento y a 1245 metros de altura ), algo más abajo del embalse de las Berceas, giro a la izquierda, cruzo una puerta de ganado, en subida e, inmediatamente, llevo quince minutos escasos de caminata, hacia la derecha sigue la Senda del Agua y, también hacia la derecha, pero más hacia arriba, ya sólo con indicaciones rojas, muchas zetas a izquierda y derecha, cuento cinco, pero pueden ser más, también dos o tres bifurcaciones hacia la derecha que no debo seguir.

Continuo por la Ladera de Las Berceas, rampas que en algunos momentos rondan el 30%, pero siempre en ascenso hasta que, al acabar la zona de zig-zags, lugar de comienzo, en dirección Norte, de la denominación Vereda Alta, a 1500 metros de altura, sigue la senda en ascenso, ahora más suave y con buenas vistas hacia mi izquierda, hacia el otro lado del Valle de La Fuenfría con las cimas de Peña del Águila, de La Peñota, Peña Bercial, etc… hasta que llego a la Fuente del Caño, llevo unos 45 minutos desde que empecé a andar, unos minutos de relax y sigo por la misma senda, que con mayor o menor nivel de ascenso me lleva hasta los 1640 metros de altura del cruce con la Carretera de la República, cruzo y, justo enfrente, una salida con unos escaloncitos (que manías) por donde continuaría hacia la Senda Victory y una senda hacia la derecha que, en pocos minutos me lleva hasta el refugio de Aurrulaque y la Pradera de Navarrulaque, tres kilómetros y medio de recorrido en una hora, con un desnivel acumulado de 400 metros, siempre entre pinares, cruzo de nuevo la Carretera de la República y, al otro lado de la pradera en dirección NorEste, enseguida hacia la izquierda sale, señalizada con puntos amarillos la Senda de Los Alevines, también señalizada como PR-M7.

Subida suave al principio y que se endurece por momentos, pedreras pero con unas excepcionales vistas hacia Siete Picos y hacia los valles, son cerca de 40 minutos hasta llegar a la Pradera de Majalasna a 1915 metros de altura, un kilómetro y medio, más o menos de subida, pero muy empinado, la Senda de Los Alevines sigue de frente, hacia el Norte, pero yo sigo en dirección NorEste en diagonal hacia su derecha, senda estrecha, con hitos que no conviene perder, la senda a veces no es muy evidente, suave al principio, empinada por tramos con muy fotogénicas fotos de los pinos y excelentes vistas hacia atrás, así hasta llegar a los 2056 metros de altura de la Ventana del Infierno, al Este del segundo pico o pico de Tomás López, o el sexto si contamos desde el Telégrafo, media hora escasa de subida per intensa, fotos y ya estoy en el Cordal de Siete Picos, en el inicio de la pedrera de bajada hacia el Collado Ventoso.

Bajada pendiente, pedrera, en un cuarto de hora estoy en el Collado Ventoso, a 1896 metros, fruta y agua y continúo, ahora por el Camino Schmid, hacia el Oeste, en bajada, sale paralelo y a la derecha del inicio (o final) de la Senda de Los Alevines que dejé en la Pradera de Majalasna, bajada empinada que en un cuarto de hora largo me deja en la Fuente de Antón Ruiz y sus escaleritas-guays, me refresco, cruzo la Carretera de la República y sigo en bajada, en otros diez minutos cruzo con la Calzada Romana, este es el final de la Senda Schmid, giro hacia mi izquierda, en bajada, ya por la Calzada Romana, que vuelvo a cruzar en otro cuarto de hora escaso en una zona en que hace una curva pronunciada hacia mi izquierda y, en pocos metros que la cruzo, dejo a mi derecha, al fondo, el antiguo chalet de Peñalara y estoy en los Corralillos, a 1524 metros.

Ya, recto, sin más complicaciones, sigo en bajada por la Calzada Romana, cruzo la puerta que deja a mi izquierda la Senda Agromán y que tiene, justo enfrente, el Puente del Descalzo, pocos minutos más, en la zona de Majavilán, en los aparcamientos.

Ruta circular,Dehesas, Vereda de los Encuentros, Vereda Alta, Navarrulaque, Senda de los Alevines, Pradera de Majalasna, Ventana del Infierno, Cordal de Siete Picos, Collado Ventoso, Senda Schmid, Calzada Romana, Dehesas. Cuatro horas y cuarto de buena actividad, cerca de 900 metros de desnivel acumulado positivo y una buena jornada.




domingo, 11 de agosto de 2019

Río Moros circular desde Cercedilla


Dejamos, como casi siempre, los coches en el parking que hay en Las Dehesas justo enfrente de Casa Cirilo, a 1375 metros de altura, y nos preparamos para hacer hoy una ruta circular que promete: Dehesas, Calzada Romana, Puerto de La Fuenfría, Cerro Minguete, Collado Tirobarra, Ojos del Río Moros, Collado Marichiva y, de nuevo, a Las Dehesas.

¿Calzada Romana o Borbónica?, ¿son dos calzadas diferentes, o es la misma?, para mí son casi la misma y, además, coincidente en todo momento con parte de la etapa del Camino de Santiago, con algunas separaciones puntuales, pero compartiendo recorrido en una gran parte de su tramo, señalizada con puntos blancos, parte desde la salida baja del último aparcamiento de Majavilán, a 1390 metros de altura, llega directa hasta los 1792 metros del Puerto de La Fuenfría para poder continuar, ya en coincidencia con la Carretera de la República, hacia La Granja,  en subida de algo más de una hora y de cerca de cuatro kilómetros, camino siempre evidente, siempre sobre las pedreras de la Calzada o de sus restos, unas veces más ancha y otras más angosta, pasa por encima de los puentes del Descalzo y de Enmedio cruzando varios de los arroyos de la Fuenfría.

Llegamos, en otros veinte minutos, hasta el Cerro Minguete, a 1992 metros de altura, fotos, bajada con dirección a Montón de Trigo, pasando por el collado Minguete (entre Cerro Minguete y Montón de Trigo), para antes de seguir por las evidentes sendas que nos subirían hacia Montón de Trigo, tomar la más hacia la izquierda, estrecha, bien de hitos y evidente, senda también llamada Senda de Tirobarra por la dirección que toma, bordea el Montón de Trigo, senda casi plana con pequeños desniveles que, en media hora desde Cerro Minguete nos deja en el mismísimo Collado de Tirobarra, a 1985 metros de altura, detrás nuestro el Montón de Trigo, de frente La Pinareja, a nuestra izquierda, con un evidente hito, la senda por donde continuaremos, el PR-M/SG 19, en suave bajada al principio, más empinada a continuación, al principio, sin arbolado, enseguida por un frondoso bosque.

Llegamos a los Ojos del Río Moros, ya en el término municipal de El Espinar, la verdadera cabecera del Valle del Río Moros, nacimiento que ocurre, en realidad muy cerca, por debajo, del collado que une Cerro Minguete y Peña Bercial, por la parte segoviana, río corto, no más de nueve kilómetros hasta desembocar en el río Eresma, pero de gran belleza en su recorrido.

Continuamos desde los Ojos del Río Moros por la misma senda por la que hemos subido, seguimos a través de un bosque que muestra un tremendo abandono, con una preocupante cantidad de ramaje y troncos sueltos por toda la ladera y, digo preocupante, después de los incendios que han asolado estos días las proximidades de La Granja y las de Miraflores, seguimos con las maravillosas vistas hacia nuestra derecha del macizo de La Mujer Muerta, Pinareja, Pico del Oso, Pasapán, etc… y, en un momento determinado, abajo, también a nuestra derecha el, ahora casi vacío, embalse del Espinar, casi llegando al Collado de Marichiva, la Fuente del Tejo desde donde, cuando hay, brota el caño de agua del Tejo de las Tabladillas.

Llegamos al Collado de Marichiva, a 1755 metros de altura, terminamos el PR-M/SG 19,  hacia la derecha,  la Peña del Águila, hacia nuestra izquierda, ahora ya como parte del GR y llamado como Vereda del Infante, la ruta a  Peña Bercial.

Desde aquí, bajada por el camino denominado Poyal de La Garganta, empinado, pedregoso, dejamos a nuestra derecha el RV-13, hasta llegar al Camino Viejo de Segovia, lo tomamos hacia nuestra derecha, en bajada, hasta llegar a la zona de los aparcamientos de Majavilán y, poco más, el de las Dehesas.

Total, una bonita mañana, ruta fácil, cuatro horas y tres cuartos de actividad y 14,5 kilómetros de pateada, con una altitud mínima de 1375 metros y máxima de 2010 y un desnivel positivo acumulado de 735 metros e igual en el negativo.




martes, 6 de agosto de 2019

Circular a Cerro Ventoso y Siete Picos


Con problemas para llegar hasta el aparcamiento del Puerto de Navacerrada por los incendios de hoy en la zona, la UME tenía controlada la circulación dando pasos a tramos, mi intención era bajar hacia la zona de la Fuente de La Cantina, pero preferí quedarme aquí, no quería ni molestar ni estorbara las tareas y necesidades de los bomberos forestales.

Fue por ello que esta actividad la hice de casualidad, pero mereció la pena, no conocía el Cerro Ventoso pero si la zona y tenía ganas de subir allí.

Salí, por tanto por la pista que se inicia desde el Puerto de Navacerrada, a 1858 metros de altura, junto al Restaurante Dos Castillas, paralela a las ¿instalaciones? de las ¿pistas de esquí del Escaparate?, vaya desde aquí mi critica a estas instalaciones que lo fundamental que tienen es el vallado de una gran zona, me imagino que pública, durante el verano, en poco más de cinco minutos se llega al final de este vallado, a la zona de la R.M. de los Cogorros, hacia la izquierda, siguiendo al borde de la valle de las pistas de esquí comienza el famoso Camino de Eduard Schmid por la base de la pared septentrional de los Siete Picos, suaves bajadas durante los dos primeros kilómetros hasta unos 120 metros, suaves subidas, zonas llanas, siempre muy bien marcado, fenomenal en un día de calor como hoy, caminando pajo el maravilloso pinar olvidándome del calor del día.

En algo menos de veinte minutos, el camino, siempre bien señalizado, se divide, tomo la desviación a la derecha, llego a zonas que están empedradas, no sé para qué, esos empedrados lo único que provocan es que, en verano se llenen de tierra provocando que, en bajada, haya gente que se escurra y en invierno se llenen de hielo, en fin …

En cincuenta minutos, más o menos cuatro kilómetros y medio, más o menos, se llega a una bifurcación, bien señalizada, hacia la derecha la Senda de Los Cospes que nos llevaría hacia el Puerto de la Fuenfría y, hacia la izquierda sigue el Camino Schmidt, ahora en subida, hacia el Collado Ventoso (de 1895 metros de altura) a donde se llega en poco más de una hora en total, desde el Puerto de Navecarrada, zona de unión de caminos, el Camino Schmidt continuaría en bajada hacia la Carretera de la República, de frente saldría la Senda de los Alevines, hacia la izquierda la subida hacia el cordal de los Siete Picos por donde volveré y, hacia la derecha, justo detrás del hito del Collado, comienza, al principio, algo diluida, la subida hacia el Cerro Ventoso, subida corta por los límites entre las Comunidades de Madrid y de Castilla-León, poco más de quince minutos, al principio hay un precerro también con un hito que puede conducir a error.

Al final en el Cerro, a 1960 metros de altura, una hora y media escasa desde el Puerto de Navacerrada, penosas vistas hacia La Granja por culpa de los incendios, pero la circular de vistas desde Peñalara, Siete Picos, Valle de La Fuenfría con su cordal de cimas …

Bajada en diez minutos hasta el collado Ventoso y decido volver por el cordal de los Siete Picos, la subida hacia el cordal comienza en el mismo Collado Ventoso, empinada, pedrera, bien hitada y, desde arriba, una vista atrás para ver en primer término el Cerro Ventoso y, detrás, Minguete, Montón de Trigo, etc…
Sigo por el cordal, bordeando, uno por uno los Siete Picos, entre los 2080 y los 2130 metros de altura de cada uno de ellos, hoy no me toca treparlos, ya lo hice en varias ocasiones, en algunos puntos conviene no perder los hitos y si se pierden volver atrás, hasta llegar al inicio de la gran bajada en la Pradera de Siete Picos a 1930 metros de altitud, donde insisto en no perder los hitos, abajo, hacia la derecha se inicia la Senda Herreros, sigo de frente, la pista me lleva hasta la asquerosa zona cerrada por las minipistas de esquí del Telégrafo, hay que bordearlas, hacia la izquierda o hacia la derecha, elijo hacia la derecha, mal camino, llego al Puerto de Navacerrada mosqueado con estos vallados.

Otra de las opciones es continuar hasta el Puerto de la Fuenfría, siempre de frente hacia el Montón de Trigo, por una pendiente bajada con múltiples senditas que se separan y se vuelven a cruzar.

No puedo dejar de recordar este recorrido de los Siete Picos, en sentido inverso y bajo la niebla.




lunes, 29 de julio de 2019

Yordas



Fuimos a Riaño con la intención de subir al Gilbo una vez más y algo más, el mal tiempo nos hizo cambiar los planes y, por ello decidimos subir al pico Yordas, buena decisión, una subida que nos encantó, durilla, algo larga tal y como la hicimos nosotros, pero gratificante.

Nos fuimos a primera hora desde Riaño hasta Liegos, perteneciente al municipio de Acebedo en la orilla del río Esla, y a una altura de 1130 metros, allí aparcamos, hay una pista forestal, en bastante buen estado que llega hasta Lois y Acebedo, también llamado Camino de San Pelayo, siempre dejando a nuestra izquierda el arroyo Valverga, suaves subidas y alguna que otra bajadilla, pero una pista no difícil para hacerla con coche, bueno, no lo sabíamos, así que otros cinco kilómetros más de ida y otros tantos a la vuelta por la pista forestal.

Salimos de Liegos, en el valle de Valdeburón, aún con la niebla que, casi a diario se levanta por las mañanas debido a la proximidad del pantano de Riaño, siguiendo las indicaciones de PR-LE-32, en poco más de diez minutos pasamos un paso canadiense y, en poco más de media hora, pasamos por una barra de paso de vehículos, otros cinco minutos largos y pasamos un nuevo paso canadiense y, en una hora llegamos a una especie de aprisco a nuestra izquierda, una subidita y, enseguida la pista gira hacia la derecha y, hacia la izquierda sale un evidente camino que tomamos y que, inmediatamente, cruza el río Valverga, un pequeño prado, de Los Portales y, enfrente comienza otra pista de ascenso, llevamos una hora y cuarto de camino.

Una bellísima ascensión entre los hayedos del bosque de Tendeña, una pista muy empinada, con muchos zig-zags, a las dos horas y cuarto desde la salida, a nuestra derecha una fuente (llamada del Tejal) y, enseguida, atentos, en una bru

sca curva hacia la derecha, por la izquierda sale una senda, poco visible a pesar de que en un árbol hay una maderita indicando la dirección hacia el Pico Burin o Yordas, en esta zona de bosque, más bella aún, si cabe, que la anterior, algunos claros nos permiten ver el Macizo de Mampodre, los llanos de Maraña o, al fondo, los Picos de Europa.

Salimos del bosque y la senda por donde vamos, alguna pintura amarilla, buenas señalizaciones de hitos y la primera cima que bordeamos por la derecha para llegar detrás de ella, hasta llegar al collado Baguyoso, con un bonito balcón a la derecha para hacer fotos de la zona del pantano y del Gilbo, desde el collado seguimos bordeando y en continua subida nos parece ver la cima, no, no es esa, cuando llegamos vemos que está detrás, cerca pero detrás, un esfuerzo más y llegamos a los 1964 metros de la cima señalizada con una cruz, llevamos cuatro horas justas desde Liegos y 1150 metros de desnivel positivo acumulado, espectacular, las vistas son tremendas, Picos de Europa, Macizo de Mampodre, Riaño, Espigüete.

Bajada por el mismo camino hasta Liegos en tres horas


domingo, 21 de julio de 2019

Ruta de los embalses de Madrid


Ruta que recorre la zona de los embalses de Madrid, desde el de Puentes Viejas y pasando por  El Villar, por El Atazar y por el que pudo ser y no fue del Pontón de la Oliva. Desde Buitrago del Lozoya hasta Patones. Esto me hace admirar, más si cabe, estas fastuosas obras, no olvidemos que antes de que se hicieran Madrid dependía de cerca de un millar de aguadores y que cada madrileño usábamos alrededor de 10 litros de agua, ahora cada madrileño pasa del centenar de litros.

En esta ocasión con el coche y parando en cada uno de los puntos importantes de un recorrido de cerca de cincuenta kilómetros, y he conocido la interesante ruta circular del Genaro, de algo menos de setenta kilómetros que pueden hacerse tanto a pie como en bicicleta, una actividad de futuro.

Empecé en Buitrago de Lozoya con su muralla medieval de más de 800 metros de longitud, junto al río Lozoya, un fenomenal paseo, me quedó pendiente visitar el museo Picasso, la iglesia de Santa María del Castillo con sus iconos y, desde luego, un paraíso del asador.

Paso por el magnífico Pinar de las Gariñas en dirección a Manjirón, donde se ha rodado alguna parte del  Señor de Los Anillos, desde donde continuo hacia Cervera de Buitrago con su magnífico Club Náutico, al llegar te puedes imaginar que estás llegando a alguna cala mediterránea.

El Berrueco es, quizá, el más importante de los pueblos de la ruta, en los bordes del embalse del Atazar, merece la pena la parada y visitar la ciudad, con la Iglesia de Santo Tomás, La Atalaya, el Crucero de la Iglesia, La Cantería, con buenas rutas de senderismo en sus alrededores.

Sigo a través de buenas carreteras hacia el embalse de El Atazar, cruco por encima de la presa y, en otros tres kilómetros llego a El Atazar, el paraíso del motero, pero también merece la pena poderse dar unos paseos, sobre todo hacia la Dehesa Boyal.

Vuelvo a cruzar la presa de El Atazar y, según subo la empinada carretera, hacia mi izquierda la carretera hacia Patones de Arriba y de Abajo, llegando a la presa del Pontón de la Oliva, nunca pudo llenarse porqué después de terminada el terreno calizo dejaba escaparse el agua, hoy en día paraíso de la escalada, donde se mezclan los seguros de escalada con las terroríficas argollas donde se encadenaba a los cerca de 2000 presos que la construyeron.

El paseo por Patones de Arriba merece la pena, pero en fin de semana más vale dejar el coche en Patones de Abajo para evitar la masificación de vehículos en las cercanías de Patones de Arriba.
Comida en Patones de Abajo y vuelta a casa.




sábado, 20 de julio de 2019

Mirador de La Gallarza


Bonita subida desde el Puente de La Cantina, junto al río Eresma, a 1365 metros de altura hasta el Mirador de La Gallarza (también denominado como Mirador del Puerto de Navacerrada) a 1895 metros, con un desnivel total acumulado de 750 metros de 12,2 kilómetros en constante subida, a veces bastante empinada y que, sin paradas, nos ha llevado cerca de tres horas y media siempre a través de los espectaculares pinares de Valsaín y paralelos al Arroyo del Telégrafo en sus inicios.

Aparcamos junto al puente de la Cantina, sobre el río Eresma, a 1350 metros de altitud, en la bajada desde el Puerto de Navacerrada hacia La Granja y una vez pasadas las Siete Revueltas.

Una senda paralela a la margen izquierda del río, conocida como la senda de las Pesquerías, con puerta y junto al puente que, en pocos metros nos lleva a una pista forestal asfaltada que viene desde una curva un poco más arriba, pista que, señalizada como GR 10.1 voy a seguir.

Todas mis indicaciones previas acerca de esta ruta me indicaban que pasaría en, más o menos un kilómetro y medio por la Casa de La Pesca, bien ya no existe ninguna Casa de La Pesca, lo más es una explanada usada para el tratamiento de troncos de los pinos.

Seguimos por la pista forestal asfaltada, en suave ascenso, con el arroyo Minguete a nuestra derecha y, en tres cuartos de hora desde la salida, hacia la izquierda, antes de un puente que pasa por encima del arroyo del Telégrafo, sale un camino evidente, en suave subida, el camino se aleja del arroyo dejándolo a nuestra derecha y, a trocha, nos aproximamos de nuevo hasta el arroyo, una senda lo cruza a su margen izquierda, en breve volvemos a cruzarlo a la margen derecha, la pendiente se hace más empinada, en algunos puntos bastante empinada y el arroyo va quedando encajado en el fondo del barranco. En media hora más, algo menos de una hora en tot

al alcanzamos una pista forestal que arranca de la carretera de Navacerrada, de las Siete Revueltas. La carretera cruza sobre el arroyo y, enseguida, vemos una “pista” muy empinada, de  las hechas por los madereros, que sale hacia la izquierda.

Seguimos por esta ¿pista?, siempre muy empinada, siempre tomando la opción de más a la izquierda, hasta cruzarnos con la senda que lleva a las antiguas zonas militares de Los Cogorros  al final de la Pista del Telégrafo, esta senda, en pocos minutos nos deja en el Mirador de La Gallarza, tres horas cortas de subida, magníficas vistas hacia Bola, Maliciosa, Peñalara y Valsaín.

Bajamos, a través de las instalaciones militares, al Puerto de Navacerrada y allí re cogemos el otro coche para irnos a dar un homenaje de judiones de La Granja.



jueves, 11 de julio de 2019

Roma


 Clásica escapada de fin de semana que nunca defrauda, aunque en esta ocasión, mes de junio la cantidad de turismo agolpado en Roma es brutal y me hace desmerecer la visita, francamente, hoy en día, desde el “cuarenta de mayo” hasta la segunda semana de septiembre, el turismo a determinadas capitales de Europa se hace desagradable.

No sólo la enorme cantidad de vuelos LowCost, ojo, entre los que me incluyo, pero sobre todo el nuevo turismo de macrocruceros, que llegan a un puerto (Ostia en este caso) y te sueltan miles de turistas de golpe que colapsan estas ciudades portuarias.

En cualquier caso, un primer día entre el vuelo, entre el traslado al hotel y luego un buen paseo, Plaza Venecia con el Vittoriano, los museos capitalinos, el Foro Imperial, el del Medievo, la columna de Trajano, el área sacra, el Teatro de Marcelo, Basilica Giulia, toda una tarde completa hasta la cena.

El segundo por San Pedro, el abarrotado lineal Museo Vaticano, el pleno en la Capilla Sixtina, San Pedro In Vincoli, el Moisés de Miguel Ángel y la comida en zona turística abarrotada, después el Coliseo, las Termas, Palatino, un spritz en la isla Tiverina y cena en el Trastevere, oh sorpresa, también abarrotado.

Una mañana dedicada a la Plaza España, La Trinitá Di Monti por la escalinata de subida desde Plaza de España, la Fontana Di Trevi donde no había ni un centímetro libre, Panteón, Plaza Navona y … adiós, adiós, ciao, ciao, mejor otra vez con más tranquilidad ¿enero?.



domingo, 7 de julio de 2019

Gilbo


El conocido como Cervino leonés, posiblemente la cumbre emblemática de la montaña leonesa, sus 1679 metros (aunque en la cima hay una placa que indica 1674) son grandiosos, una espectacular y divertida subida, con unas geniales vistas en todo su trayecto.

Nueve kilómetros y medio entre subida y bajada, 645 metros de desnivel acumulado desde los 1088 metros de altura del aparcamiento junto al Viaducto de Riaño y cuatro horas de actividad entre la subida y la bajada, con una dificultad media.

Aparco en el aparcamiento que hay a la derecha de la carretera justo antes de iniciarse el viaducto que me llevaría a Riaño (hay otro a mi izquierda unos metros antes), enfrente comienza una amplia pista pegada al pantano por la que, en poco más de diez minutos, comienza una senda a la izquierda, en ascenso desde el principio que, inmediatamente, nos adentra en el bonito Hayedo de Vallarqué.

Subimos por un evidente camino, a veces tapado por la hojarasca, con hitos, media hora larga más y el hayedo se acaba, a nuestra izquierda una cerca, el camino sube pegado a la cerca, unas veces por la izquierda, en otros momentos por la derecha, la senda se oculta con los matorrales, y llevando pantalones cortos los arañazos son constantes, en cualquier caso al fondo está el collado de La Pedrera, es fácil de alcanzar, al salir de la zona de matorral hay un camino evidente y algunos hitos.

Una hora desde el aparcamiento hasta tocar la caliza, no obstante, siempre me pasa igual llego a la base y elijo la subida equivocada, se me complican los trepes, pero no son insalvables, al final llegamos al camino adecuado.

Desde el collado de La Pedrera las vistas hacia atrás son espectaculares, el pantano, el pueblo de Riaño, más lejos el inconfundible Espigüete.

La senda sube por la parte de atrás (visto desde Riaño)

del Gilbo, la cara Oeste, siempre pegado a la pared del Gilbo, la subida no es difícil, pero aquí no se permiten fallos, la verticalidad es máxima, lógicamente con humedad no se puede pisar el césped, hasta llegar a un balcón con unas fenomenales vistas hacia Las Pintas, a la izquierda la precima a la que subimos para disfrutar de las vitas, a la derecha la cima final.

Impresionante, por el lado contrario a la subida, la cara Sur, la arista de la Peña de Los Serrones (otra opción para ascender en otra ocasión), siguiendo la vista circular el dique del embalse y, más allá la Sierra de los Villares, Peñas Pintas con sus 1900 metros, los Picos de Mampodre, próximo objetivo en la zona, el pico Yordas y, detrás, Picos de Europa, hacia el Este El Espigüete.

La bajada la hacemos por la misma ruta aunque hora por la canal correcta desde el collado de La Pedrera para no liarnos



jueves, 4 de julio de 2019

Sur de Italia


Antes estuve en Roma, esta parte del Sur de Italia, con base en Nápoles, puede hacerse con alguno de los múltiples tours que desde allí se organizan, por ejemplo Special Tours, el recorrido que hice fue Nápoles, Caserta, Pompeya, Capri, Sorrento, Costa Amalfitana con Positano y Amalfi y Saleerno.

Bien, lugares de mucha belleza y de amplio contenido cultural e histórico, pero con sus luces y sombras.

Nápoles, visita al centro histórico y poco más, sensación de inseguridad, gran suciedad, no me llenó, una noche ya vale.

Caserta, espectacular el Palacio tanto en el interior, merece la pena contratar un circuito guiado, como en el exterior y espectaculares sus jardines a los que conviene preparar una visita de hora y media para disfrutarlos, se pueden pasear a pie, en bici de alquiler a 4€ la hora a día de hoy o en microbuses que los recorren, merece la pena llegar hasta la cascada.

Capri, una belleza de isla, subir andando, comer en algún restaurante con vistas, patear sus callejuelas, bajar en el funicular y hacer la vuelta a la isla en los barcos que organizan sus circuitos desde el mismo puerto de Capri.

Pompeya, espectacular, paseas por una verdadera ciudad romana del siglo I, muy bien conservada después de que Carlos III por entonces Rey de Nápoles, financiase el inicio de las excavaciones.

Sorrento, donde pararse a comer y recorrer sus calles a las que merece la pena dedicar una jornada.

Después la costa Amalfitana, por una estrecha carretera que, en sesenta kilómetros tiene 1600 cerradas curvas, con constantes maniobras de los pequeños autobus

es y furgonetas, llegada a Positano, precioso pueblo de costa donde abandono el autobús para hacer la mayor parte del recorrido, hasta Amalfi, en barco.

Nuevamente autobús para llegar a Salerno, otra bonita ciudad mediterránea y, una jornada más para recorrer la Cueva del Ángel que, como cueva no va más allá, pero que tiene la diferencia de un pequeño lago interior que se recorre en barca y ya, para terminar, las ruinas de Paestum a las que merece la pena dedicar otra media jornada.

No esperemos playas donde descansar, acantilados donde están las residencias de fortunas y que ves desde lejos y, las pocas playas que podamos encontrar, pequeñas y de arena volcánica.

Todo es caro en comparación con los precios de España y, sobre todo, las cervezas y las comidas.