Día caluroso de verano, pero tenía ganas de
conocer la sierra de la Paramera, a las siete y media salimos Félix y yo hacia
el pueblo de Navandrinal, algo más de una hora, aparcamos el coche en una
presunta plaza donde termina la carretera, nos cambiamos y empezamos la subida
hacia el pico Zapatero, con sus 2.160 metros. La subida se hace por el precioso
valle del arroyo Zapatero, enclavado entre la sierra del Zapatero y la
vertiente sur de la Paramera con sus múltiples picachos que convierten la zona
en fenomenal enclave.
Las indicaciones que tenía son de que abunda
el agua, pero aunque sé que hay fuentes, no encontré ninguna y el mucho agua de
los arroyos no era de fiar por la gran cantidad de ganado vacuno en toda la
subida.
Desde el pueblo, a 1310 metros de altura, hay
que llegar al depósito de aguas, unos 80 metros más arriba, cualquiera de las
calles que suben es válida y, cómo no, hay una que se llama también la calle
Zapatero que es por donde subimos.
El depósito se encuentra en un collado al que
se llega al salir de las callejuelas y convertirse en una pequeña pista de
tierra, inmediatamente un primer desvío a la izquierda que es el que tomamos,
pasamos el collado, un rápido descenso en zigzag por la misma pista, hasta
llegar al arroyo Zapatero, con un vado que cruzamos, nueva bifurcación
inmediata hacia la izquierda, por una pista muy agradable que además no nos da
posibilidad alguna de pérdida, pues en todo momento tenemos a ambos lados unos muros
de piedra que delimitan fincas ys y pastizales. Al poco rato, el camino se
estrecha considerablemente hasta convertirse en un sendero bien marcado a veces
y otras poco marcado que remonta, por la margen izquierda, la garganta del arroyo Zapatero. Si perdemos el camino no hay
problema, seguimos próximos al arroyo, contemplando las pequeñas cascadas y
pozas por toda la subida, algunas veces con la tentación de olvidarnos de
seguir y darnos un buen chapuzón.
La subida al collado del Zapatero, a 1953 metros
es larga y empinada, casi al final hay
una pequeña meseta, algo menos inclinada, nuevo repecho hasta casi llegar al
collado y buena cantidad de hitos que nos señalan el desviarnos hacia nuestra
derecha para tomar el cordal que nos dirige hacia el Risco Redondo, a 2070
metros, inconfundible.
La subida nos hace bordear el Risco Redondo
por detrás, hacia la vertiente norte de la sierra de la Paramera, bajamos unos
50 metros a una especie de collado, seguimos junto a una alambrada metálica,
nunca la trspasamos, el camino a veces se difumina pero hay suficientes hitos.
En pocos minutos llegamos a la base del
Zapatero, los hitos a nuestra izquierda nos señalan perfectamente el camino a
seguir para la ascensión, subida muy empinada, a veces hay que echar algo las
manos, pero sin problemas, en una ocasión hay que arrastrarse por un paso
debajo de unas rocas y, en poco más de 20 minutos llegamos a su cima, algo más
de tres horas en total.
Buenas vistas desde el vértice geodésico la cercana
sierra de Ávila, el macizo central de
Gredos aún nevado, el valle del Zapatero por donde hemos subido, el cordal de
la sierra de la Paramera, los valles del Alberche y del Tormes, fotos y más
fotos.
Seguimos, sin retroceder el camino, desde la
cima, por una bajada más suave hacia la Peña Negrilla de 2125 metros, la bordeamos
por su vertiente norte, y llegamos a la base del Risco del Sol de 2104 metros, ¿lo
subimos, no lo subimos?, no encontramos una sen
da y se nos hace tarde dejamos el cordal delante del Collado del Cuchillo de 1850 metros. Enfrente dejamos el enorme bloque de piedras del Cuchillar.
da y se nos hace tarde dejamos el cordal delante del Collado del Cuchillo de 1850 metros. Enfrente dejamos el enorme bloque de piedras del Cuchillar.
Divisamos el pueblo de Navandrinal e
iniciamos el descenso intentando seguir el curso del recién nacido arroyo del
Cuchillar, para en seguida tomar un sendero hacia la izquierda unos pocos
metros más abajo. Volvemos a cruzar el arroyo a la derecha, se encuentra el
sendero, con pocos hitos, unas veces lo perdemos, otras lo encontramos, a veces
medio escondido entre el piornal, pero siempre con el objetivo de llegar a las
pistas de tierra que se ven abajo. El descenso, en cualquier caso se realiza en
diagonal, pareciendo que nos alejamos en parte de nuestro punto final, pero ya
vemos, abajo, el arroyo Zapatero. Hacia él nos dirigimos y, enseguida estamos
en la pista de subida.
Total, con paradas, algo más de seis horas,
una bellísima zona desconocida para nosotros y que ha merecido la pena.