Por la Vía Verde del litoral
onubense.
Ya había leído acerca de ella,
algo de lo que esperaba más, que me gustó al principio (desde la zona de
Ayamonte) y que me decepcionó al llegar a la mitad de la misma, en La Redondela,
una vía paralela a la costa entre Ayamonte y Huelva, por donde circulaba el
tren pescadero, hasta 1987.
En Isla Cristina, me subí a un
barquito que atraviesa la bahía para llegar al barrio ayamontino de Punta del
Moral, en realidad te deja en la margen de Isla Canela, zona muy bonita, muy
llena en verano, ciudad fantasma en invierno, lo típico de todas estas
megaurbanizaciones costeras, aún así, comencé mi andadura (pedaleadura) hacia
Punta del Moral, me gusta más que Isla Canela, a pesar de ser ya, únicamente
una zona de restaurantes de verano y, desde allí, siguiendo un fenomenal carril
bici llegué pedaleando hasta Ayamonte, siempre por carril bici.
Desde Ayamonte, no se entra en la
ciudad, al llegar a la estación de autobuses se abandona la única pequeña zona
de carretera por la que circulo y, hacia la derecha, comienza una buena pista,
llana y recta que atraviesa una maravilla que es el Paraje Natural de las
Marismas de Isla Cristina, aunque sólo sea por este tramo, la actividad ya
merece la pena, no intento hacer tiempos ni mucho menos, a cada momento me paro
a contemplar y hacer fotos, además el día me acompaña, una maravilla.
Llego a la Laguna del Prado.
Cruzo la carretera que lleva a
Isla Cristina y sigo por la "pista forestal", por aquí ya peor cuidada
y poco indicada en algunos cruces o desvíos, menos mal que acierto en todos.
Llego a un cruce que me llevaría
a Huerta Noble, un antiguo complejo agro-industrial del siglo XVIII, con un
columbario que merece la pena conocer, según dicen el mayor de toda Europa.
Llego a La Redondela, a su
apeadero que actualmente es un buen centro deportivo, mi intención es seguir,
al menos hasta Lepe, pero las gentes a las que pregunto me desaniman por
completo por el abandono de la vía.
Cambio el plan y me bajo hasta
Isla Antilla que, al igual que Isla Canela es una ciudad superpoblada en verano
y ciudad fantasmal en invierno, llego a la playa y después de un descansito,
las playas en esta zona son maravillosas, sin duda para mi, de lo mejor de
España, vuelvo a la carretera y pedaleando hasta entrar en Isla Cristina, una
ciudad con mucha vida y con fenomenales carriles bici.
Una bonita mañana de pedaleo a
pesar de la decepción de no poder pasar de La Redondela.