El Corral Ciego, un hondón que, en tiempos, los cabreros de La Pedriza, llamaron La Placilla, un bellísimo, agreste, apartado y desconocido enclave de La Pedriza, de esos en los que aún se puede encontrar un poco de silencio y de soledad, la denominación de “corral” le viene bien, rodeado de peñas fantasmales, de llambrias, de corredores, es como un pequeño resumen de La Pedriza dentro de La Pedriza
Hemos dejado los coches en Canto
Cochino, que bien, que “guay” que está quedando, yo pensé que el hecho de que
la Sierra de Guadarrama se considerase Parque Natural iba a significar una
protección del lugar y de su entorno, pero no, me equivoqué, bajo mi opinión y
con total respeto a otras, las cositas que allí se están haciendo me parecen inútiles,
que no van con el entorno y que son innecesarias, pero en fin, no deja de ser
más que mi opinión.
Bajamos la cuestecita desde Canto
Cochino al puentecito de madera sobre el río Manzanares, giramos hacia la
derecha, inmediatamente una praderita, enfrente una pasarela que cruza el
arroyo de la Majadilla y, justo enfrente, comienza una senda en empinada y dura
subida desde el principio, hay otras opciones de subida hacia El Yelmo, pero
hoy hemos elegido esta, senda única, sin cruces, estrechita y empinada, hasta
llegar un momento en que se suaviza, se une con otra que sube desde El Tranco y
ya estamos en la pradera de la Gran Cañada, hacia la izquierda, hacia arriba,
inconfundible, la senda que lleva hacia la pradera de El Yelmo, conocida, evidente
y en continua ascensión.
Llegamos a la pradera del Yelmo,
el imponente coloso de La Pedriza, a mi izquierda, que buenos recuerdos la
línea de la escalada por la Vía Hermosilla, bordeamos el Yelmo,
dejamos a nuestra izquierda el inicio del ascenso clásico hacia su cima.
Y seguimos, en la que podríamos denominar
como la pared trasera de El Yelmo, con algún montañero que llega hasta su
vértice geodésico y dejamos, también, a nuestra izquierda la bajada hacia el
Hueco de las Hoces, en frente el Collado de La Vistilla y, nada más asomarnos a
él, ya se nos presenta la impresionante vista de El Corral Ciego a la
izquierda, La Maza, La Maliciosa, al fondo en el centro y la Cuerda Larga a nuestra derecha,
espectacular, como no, siguiendo los hitos que nos llevarían hacia El Rocódromo,
bajamos hasta El Corral Ciego para contemplarlo desde abajo.
La vuelta ¿qué hacemos, bajamos
la senda que nos lleva hasta El Rocódromo?, es una opción, pero hoy decidimos
volver al Collado de La Vistilla, volver a bordear El Yelmo, dejándolo ahiora a
nuestra derecha y bajar por donde hemos subido hasta llegar a la Gran Cañada, por donde tomamos la senda más hacia la derecha que nos hace bajar por el Barranco de los Huertos, por donde dejamos a nuestra derecha el Cancho de Los Brezos con sus buenos recuerdos de nuestras trepadas.
Una actividad que, con paradas
para contemplar el sitio, con paradas para fotos y comer algo, nos ha llevado,
entre subida y bajada, algo menos de cinco tranquilas horas, desde los 1025
metros de altitud de Canto Cochino, hasta los 1652 del Collado de La Vistilla,
un total de 650 metros de desnivel acumulado y con una dificultas del tipo “media”
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