La noche ha
sido dura en el refugio de Chogoria Gate, a 2950 metros de altura, anoche el
responsable del refugio ya nos advirtió: "ni se os ocurra salir por la
noche de los refugios". El ruido de la vida salvaje de los animales que
procede del exterior es sobrecogedor, a través de los cristales y metido dentro
de mi saco, no me atrevo a mover ni un músculo, veo algún búfalo, un elefante y
lo que me imagino es un leopardo, además de otras siluetas que no puedo
definir.
Pero ahora
amanece, será mi último amanecer, en este viaje, en el macizo del Monte Kenya,
el día aparece despejado salvo algunas nubes en las, ya lejanas y ocultas, montañas que hemos subido en los días
anteriores, la luz ya se abre paso, sin pensarlo salgo a hacer fotos y, de
repente, pienso en los animales salvajes, en la batalla nocturna por la
supervivencia, ya no están, se han ido, aquí todos respetan su tiempo y su
espacio, lo de ahora es un silencio sobrecogedor, impresionante, en fin, vamos a
por el desayuno para irnos.
El viaje de
ida a Kenya, largo desde casa, tren-tranvía, metro hasta el aeropuerto T4,
facturación, ir a la T4S, esperar a, la siempre puntual, Qatar Airways, vuelo a
Doha, visita al siempre sorprendente y fenomenal duty de Doha (la tienda de
sonido y fotografía atestada como siempre) y enlace a Nairobi con la misma
Qatar Airways, ya llevo el visado pagado desde Madrid, pero es igual las colas para pasar la aduana se hacen eternas ¿qué pasaría, si en Europa pusiéramos
los mismos controles y trabas a cada país, que los que nos ponen a nosotros?, a
la salida del aeropuerto me espera un empleado de la Spurwing que, directamente
me lleva hacia el macizo del Monte Kenya, son las siete de la mañana, estoy
cansado y llueve a mares ya desde el mismo aeropuerto.
En el parque
Nacional del monte Kenya, que también es reserva nacional de la biosfera se
encuentra la segunda cumbre más alta de África: el pico Batián de 5199 metros
de altura. Esta área se encuentra a 180 kilómetros al N.E. de Nairobi. Montañas
que son consideradas como sagradas por los kikuyus, donde según su creencia
vive su Dios Ngai.
Son de origen volcánico, arriba aun se conservan pequeños glaciares. Sus tres
cumbres son el pico Batian que se puede
subir, pero con ¡DIECISIETE! largos de nivel IV+ y V+ bastantes de ellos, el
Nelión, de 5189 metros, tiene menos largos pero de niveles superiores (6ºa) y
el pico Lenana, con 4985 metros y que con unos pasos algo delicadillos al final
es el más accesible en cualquier tiempo, los dos anteriores, con esta lluvia,
serían imposibles.
La vegetación de
la reserva puede dividirse en tres zonas, la más alta de carácter alpino, donde
predominan los pequeños glaciares entre un paisaje rocoso; la segunda,
intermedia, donde grandes bosques de senecios y lobelias es quizá lo más
característico, y por último, abajo, los frondosos bosques y praderas
africanos. En las praderas herbosas por la noche pastan elefantes, búfalos,
gacelas, hay también Oryx, avestruces y cebras. Durante el día se refugian en
los bosques donde es más difícil localizarlos. en la altura, son más fáciles de
ver los damanes roqueros, una especie de marmota gigante.
El macizo del monte Kenia tiene tres controles de acceso que marcan las
respectivas rutas a seguir: Sirimon Gate al Norte, que es por donde nosotros
entramos; Naro Moru Gate al Oeste, quizá
la menos atractiva como paisaje y
Chogoria Gate al Este, que es por donde bajamos al terminar la actividad.
Mi primer día,
desde el aeropuerto, en una pequeña van, hasta Nanyuki, bajo una intensa lluvia,
que no me abandonará en casi todo el viaje, en Nanyuki nos unimos con el guía y
los porteadores, eso si, necesito pararme a conectarme por Internet, un
cybercafé, lo necesito ¿qué ha hecho hoy el Madrid?, ah, vale le ha ganado 2-0
al Atleti, vale, pero me molesta, este año yo tenía más esperanzas con el
Atleti, aunque soy madridista, y no termina el Atleti de volver a ser un
grande.
Por fin
llegamos al control de Sirimon Gate, a 2650 metros de altura, cinco horas
largas entre unas cosas y otras y aún no he dormido, una hora de controles,
papeles y preparación de las mochilas ¡pero si estamos solos!, da igual, esto
es así y hay que aceptarlo y vivirlo como es.
Tres horas
largas de subida bajo una intensa lluvia para llegar hasta Old Moses Camp, a
3300 metros de altura, al principio por pista y, casi al final, por marcados
senderos, nos hemos cruzado con cebras, con
una tribu de monos baboon. El refugio muy destartalado y frío, pero más
o menos, así con en África central, buena cena preparada por uno de los
porteadores que hace de cocinero al tiempo con la ayuda de los otros dos,
duermo muy bien, llevaba casi 40 horas sin dormir entre unas cosas y otras, a
pesar de que me ha llovido esta noche hasta en la cama ¡vamos, lo que antes se
llamaban goteras!.
Nos levantamos
a las 6:30, buen desayuno y poco más allá de las siete ya estamos en camino,
hoy nos tocan 900 metros de desnivel lineal, bueno 1050 en total con las
subiditas y bajadas, los primeros metros son por pista forestal que, enseguida
se acaba y ya todo es por senderos, en unos 45 minutos llegamos a la estación
meteorológica del parque, a 3500 metros de altura.
A veces
llueve, las más, a veces no, las menos, pero a esta altura las nubes están aquí
e impiden la visión de un fenomenal paisaje que vamos atravesando, estimamos
que hoy serán siete horas incluidas las paradas que los porteadores necesitan,
más o menos una cada hora y media a pesar de que la subida no es muy
pronunciada, pasamos el valle Likii, que no podemos ver por la niebla y
llegamos al McKinders Valley que en los primeros compases no nos permite ver
nada por la niebla, poco a poco la niebla se va abriendo y el paisaje empieza a
ser impresionante, a mi izquierda las agrestes cimas de Sgaeyo Naterer, de
frente a nosotros las montañas Simba, precedidas del collado Simba a 4100
metros de altura, justo debajo del cual están las Shipton's Caves.
Un descanso en
el collado y, primero e impresionante visión del macizo del Monte Kenya y sus
tres cimas.
En poco tiempo
llegamos al refugio de Shipton's Camp, a 4200 metros de altura, varias veces
nos hemos encontrado con los rock hyrax (damanes), antes de entrar al refugio
necesito pararme a contemplar el macizo, a mi derecha las puntas Batian y
Nelion, a la izquierda Punta Lenana, las nubes se abren y se cierran y me dejan
ver y fotografiar las cimas.
Buena noticia,
mañana hará una ventana de buen tiempo, es recomendable pasar un día en
Shipton's Camp para aclimatar mejor, pero, dada la noticia, decido subir hoy
unos 200 metros, hacia la base del Batian, donde hay una especie de meseta, me
quedo allí unos veinte minutos, aclimatando y me bajo al refugio, así dormiré,
después de una buena cena, en sensación de bajada.
Hoy es día de
cima, nos levantamos a las dos de la mañana, un frugal desayuno, discrepo con
el guía que me dice que los porteadores nos esperarán en la bajada, se van por
otro collado, con un desayuno adicional, más fuerte, es igual discrepo pero no
hay problemas, salvo este matiz no me puedo quejar de la comida, en absoluto.
Cerca de las
tres empezamos a andar, desde el principio subida empinada, despacito, pole
pole que se dice por aquí; pensaba que haría más frío, pero "sólo"
llegaremos a menos cinco en la cima, lo bueno es que no hace excesivo viento y,
por tanto, la sensación térmica no es mala, la subida no tiene complicaciones
técnicas, quizá los últimos 250 metros, de los 785 que hay que subir en total,
son un poco más peliagudillos. y hay que echar mano en algún pasito, además, al ser tan pronto la nieve está dura y subimos sin crampones, arriba del todo hay unos cables de ayuda, te hacen más previsor de lo que en realidad se necesita y, el último paso tiene unos escalones de ferrata que ayudan pero que podrían obviarse, no obstante no olvidemos que estamos a cinco mil metros.
En tres horas y media escasas y durillas hemos llegado a la cima el guía y yo, fotos pocas debido al mar de nubes, salvo a los cercanos Batian y Nelion, los otros dos picos del macizo y los cercanos glaciares.
Bajamos por el mismo camino y, enseguida giramos hacia el norte en dirección al refugio de Chogoria Gate, una paliza, son otras ocho horas, pero no de bajada, es un constante rompepiernas, se bajan 2000 metros lineales, MAS OTROS 515 DE SUBIDITAS Y MAS BAJADITAS. En un par de horas largas llegamos al chozo-vivac de Mintos, donde nos esperan los porteadores con un buen desayuno.
Seguimos la suave bajada, con sus subiditas y bajaditas rompepiernas, dejando a nuestra derecha el espectacular Gaoges Valley y en cerca de seis horas más, llegamos a Chogoria, un té con pastas y unas palomitas y un ratito de relax en la puerta de una de las cabañas y zzaaaaaassssss, en un abrir y cerrar de ojos un mono se me tira al plato y me roba un puñado de palomitas, nooooooo, así no, ven aquí, toma una, vale ya estás más cerca, toma otra, ¿lo ves? así se hace, ¿pero qué es eso de robarme los míos?.
Chimenea, charla, cena y, a dormir que el día ha sido duro pero con éxito.
Ya nos vamos a Nairobi, nos levantamos a las siete, desayuno y a las ocho empezamos a andar por una pista llena de barro y charcos, entiendo que el 4x4 no pueda subir hasta aquí, nos espera a unos 2550 metros de altura, allí nos subimos y empieza la bajada hacia Chogoria pueblo, Joeeeeeee ..... es impresionante, con un jeep del año de la pera, como conduce este tío, este viene a Europa a competir y se lleva todas las pruebas de 4x4, me veo ruedas arriba en más de una ocasión, el coche se cruza cada dos por tres, sin problemas el tío este lo soluciona en un abrir y cerrar de ojos, unas veces corrigiendo con el volante y otras soltándolo, hasta que, al final, se queda bloqueado en el barro, nos bajamos, ahora empujas, ahora lo balanceas, ahora metes troncos debajo de la rueda, ahora ...., bueno, al fin se consigue arrancar y ¡¡¡¡!!!, nos quedemos sin líquido de frenos, para como puede y lo arregla, bueno hemos llegado sanos y salvos a Chogoria, aquí cambiamos de coche y CINCO horas más para llegar a Nairobi.
Al día
siguiente ¿turismo? por Nairobi ¡la ciudad del atasco constante, no te da
tiempo a ver casi nada, te pasas el día en atasco tras atasco.
El hotel de la agencia Spurwing, muy bonito, encantadores los dueños y el servicio, pero está muy alejado del centro, necesitas coches para todo.
Esta noche cena en el Carnivore, brutal, te ponen carnes de diferentes tipos hasta que abates una bandera que te ponen en la mesa y cuando crees que has terminado empiezan con los postres, también inacabables