He estado varias veces en Alpes, y siempre con base en Chamonix y muy centrado en el macizo del Mont Blanc, bueno es el objetivo principal y no me arrepiento en absoluto de haberlo hecho, todo lo contrario me siento orgulloso de ello y no descarto volver a repetirlo, pero las sensaciones de este último recorrido han sido diferentes, desde la no masificación, salvo en el primer Breithorn, pasando por el tipo de montañeros que te encuentras, siguiendo por los espectaculares paisajes, todo ello te proporciona un retorno a tu país con una tremenda satisfacción montañera.
El primer día vuelo, llegada a Zermatt, tan atractivo como Chamonix pero diferente desde el momento en que es una ciudad peatonal, eso sí al igual que a Chamonix le domina la impresionante imagen del Mont Blanc, la del Cervino no lo es menos con Zermatt, y el albergue Tanenhof, fenomenal por sus atenciones, por su limpieza y por su buen trato.
El segundo día iniciamos la actividad subiendo desde Zermatt en telecabina hasta los 3883 metros de Klein Matterhorn, viendo la maravillosa estampa del Cervino y su arista Horni a tu derecha pero aaagggg, viendo zonas llenas de remontes, de telesillas, de ..., en fin, ruptura del paisaje en muchos puntos, arriba iniciamos la actividad, crampones, güetres y a andar hacia el Breithorn Occidental, mucha, muchísima gente en esta primera parte y en la subida a su cumbre a 4165 metros, fácil y con unas vistas impresionantes, el Pollus, el Liskamm, el Castor, te encuentras con los que vas adelantando en las rampas de subida como con los que bajan, pequeña arista de acceso a la cumbre que ya algunos no hacen y desde la cumbre ves la impresionante y larga arista que recorre los Breithorn, arista que ya casi nadie intenta, bajamos sólos por esa arista hasta llegar al collado que une el Breithorn Occidental con el Central y al volver la vista atrás y ves la arista de bajada, enorme, subida, de nuevo en arista hasta el Breithorn Central con 4159 metros y después de las fotos de rigor bajada directa hasta el Breithorn Pass a través del collado de los Breithorn, seguimos por la ladera del Roccianera viendo su refugio vivac Cesare e Giorgio a 4075 metros y llegamos hasta la base del Pollus dando un fenomenal rodeo para evitar las grietas de la bajada directa al refugio de Ayas a 3394 metros, que buena la cerveza en estos refugios, cara si, pero buena, cena y a dormir prontito.
El tercer día nos levantamos, como todos los días a partir de aquí a las 04:30 para así poder andar por nieve mas dura evitando la nieve blanda el mayor tiempo posible. Retroceso de parte del camino andado el día anterior hasta llegar a la base del Pollux que tiene 4084 metros de altura ¡¡que trepada!!, fácil hasta la última parte con grado IV y con botas rígidas a a 4000 metros de altura, eso si con una maroma de ayuda, pero muy ancha, luego te sirve como ayuda a las manos pero no para autoasegurarte, perdí un mosquetón, ale para abajo, se hizo añicos, fotos con la Madonna arista mas fácil que la del Breithorn y ves la panza del Castor ¿y ahora eso?, bueno pues vamos para allá, desacer lo andado, bajada en destrepe y el trozo mas complicado en descuelgue (manual) por la maroma y hasta el collado que une Pollux con Castor, el Paso di Verra, de nuevo los crampones y vamos a intentarlo. La subida al Castor se hace interminable, un cuestón en zig zag que cada vez que miras es mas duro y en el que no puedes hacer muchas paradas, es muy vertical, antes de llegar a la arista de acceso, un grietón con un paso muy delicado, nos aseguramos y a pasarlo a ver si alguno cae, ojito que las caídas en una grieta como esa tienen que ser jodidas para sacar a alguien, menos mal que había mas cordadas por allí y en caso de necesidad nos ayudaríamos, pero bueno pasamos, después un paso horizontal que me recordaba al famoso Paso Horizontal de Peña Telera, ale a clavar el crampón en las paredes para sujetarte y llegada a la arista de acceso a la cima, también impresionante, llegada a la cumbre ¡¡se ven todos los Alpes, desde el Mont Blanc hasta el Grand Paradiso!! ¡increíble! y ahora ves la arista de bajada ¡pero bueno!, dos kilómetros de arista ¡pero esto que es!, bueno pues despacito y a por ella, bajas y al final hay una subida al Felek de 4176 metros y seguimos bajando, duro día, hasta llegar al refugio Quintino Sella, ya en Italia, como siempre las cervezas (eso si, sólo una) fenomenales.
El cuarto día intentamos hacer el Paso Naso, pero al llegar dos grietazas imposibles de pasar, intentamos hacerlo desde mas abajo evitando las grietas pero entonces la pared de subida es demasiado grande, con hielo y no tenemos material para equipar la vía, sólo dos tornillos de hielo por seguridad, media vuelta y de nuevo palizón de retroceso hasta el Quintino Sella, meditación y decisión, para abajo, hacia Italia, hacia Cervinia, la arista de salida del refugio impresionante, algunos puntos con maromas de ayuda y hasta con un puentecito de madera para evitar un paso delicado, llegamos hasta la parte cercana al glaciar del Breithorn hacia Italia, a los telesillas (otros 31€), dos enlaces de bajada y dos telecabinas de subida hasta los 2930 metros y a subir hasta el refugio Gnifetti a 3585 metros, primero pedrera (con botas rígidas) y luego laderas por los glaciares y al final, sorpresa, clavijas y ferratas para acceder al refugio (fenomenal refugio, buena cena, eso sí las habitaciones con literas de tres alturas, para llegar a la última por la noche descalzo, casi grado IV), eso sí en todos los refugios seguimos sin encontrar una maldita ducha, el edor (que no olor) empieza a ser insoportable y los precios, ¡como se pasan, 6€ te piden por una cerveza!, ¡¡¡1000 pesetas!!!!, han llegado a pedirnos 7€ por una botella de agua.
El quinto día salimos del Gnifetti y nos vamos a la Pirámide Vincent a 4245 metros, fácil en la subida y en la bajada, y para mí, las mejores vistas de todo el recorrido a un lado y a otro, fotos, bajada hacia el collado y en el camino hacia la próxima subida otro cuatro mil, El Balmenhorn o pico del Fraile a 4165 metros, con su caseta vivac y la estatua del fraile, unos diez metros de clavijas fáciles, yo no lo subo, ya lo veo y no me apetece quitarme los crampones, llevo l
os nuevos semiatomáticos de aluminio y el aluminio se puede romper en las piedras. Un poco de bajada y subida hacia el Ludwigshöhe con 4341 metros dejando a un lado el Corno Nero y las vistas ¡únicas! del macizo del Monte Rosa, el ParrotSpize el Dufour Spice y el refugio de Cabaña Margarita, el mas alto de los Alpes, teníamos plazas reservadas, pero es imposible, por el tiempo de mañana para bajar así que bajamos hasta el collado de Lis y tomamos el glaciar del Monte Rosa hasta llegar al refugio de Monte Rosa ya a 2700 metros y no me arrepiento, el glaciar es impresionante, todas las fotos son de auténtica postal a la izquierda las partes traseras del Liskamm, del Castor, del Pollux, de los Breithorn, a la derecha todo el macizo del Monte Rosa y de fondo el Cervino, eso sin contar con la belleza en sí del glaciar, en el refugio del Monte Rosa, una cena de TRES PLATOS impresionante, eso sí, sin servilletas ni pan, cada refugio es un mundo.
os nuevos semiatomáticos de aluminio y el aluminio se puede romper en las piedras. Un poco de bajada y subida hacia el Ludwigshöhe con 4341 metros dejando a un lado el Corno Nero y las vistas ¡únicas! del macizo del Monte Rosa, el ParrotSpize el Dufour Spice y el refugio de Cabaña Margarita, el mas alto de los Alpes, teníamos plazas reservadas, pero es imposible, por el tiempo de mañana para bajar así que bajamos hasta el collado de Lis y tomamos el glaciar del Monte Rosa hasta llegar al refugio de Monte Rosa ya a 2700 metros y no me arrepiento, el glaciar es impresionante, todas las fotos son de auténtica postal a la izquierda las partes traseras del Liskamm, del Castor, del Pollux, de los Breithorn, a la derecha todo el macizo del Monte Rosa y de fondo el Cervino, eso sin contar con la belleza en sí del glaciar, en el refugio del Monte Rosa, una cena de TRES PLATOS impresionante, eso sí, sin servilletas ni pan, cada refugio es un mundo.
El sexto día bajada a Zermatt tomando en su última parte el cremallera, ducha en el albergue ¡que gente más encantadora! tren y avión hasta Madrid.
Seis cuatromiles en cuatro días de actividad y la sensación de haber hecho un precioso recorrido.
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