Tenía ganas de hacer alguna vía ferrata y esta nos sirvió a Rafa y a mi para hacerla y además compenetrarnos un poco en el tema de hacer crestas y asegurarnos.
En un principio la idea era hacer la cresta de la Cruz de Olvena, una arista bastante aérea con pasos de V+, pero el mal tiempo, y sobre todo la lluvia, nos hizo desistir, bueno, no hay mal que por bien no venga, desde el mismo lugar sale esta vía ferrata.
Se deja el coche en la N-123, en un ensanchamiento de la carretera a mano derecha, antes de entrar en un túnel, viniendo desde Graus hacia Barbastro, en la zona donde se encuentra la indicación del Puente de la Sierra. Este puente está a más de 30 metros de altura del angosto cañón del Ésera, construido en el siglo XIII, aunque algunos lo datan de la época romana.
Para llegar al pie de la vía hay un camino de entre cinco y diez minutos cruzando el puente, la vía sale hacia la izquierda del camino y tiene un desnivel algo mayor de 200 metros, puede hacerse, calculo en poco más de una hora, nosotros, salvo en la travesía final, íbamos practicando encordamientos y aseguramientos de primero y de segundo, evitando el usar el pasamanos de cable.
Nos llovió durante la subida, lo cual con la piedra muy resbaladiza nos hizo tomar el máximo de precauciones, una vía no muy difícil se complicó un poquillo.
Desde el principio la vía transcurre por el centro de la canal, al principio más ancha y holgada y, en su zona final llegamos a una canaleta estrecha y cerrada por paredes donde parece que la vía se termina, no, no es así, giramos hacia la izquierda, destrepamos un par de metros, que enseguida volvimos a subir, flanqueamos por una fácil arista, una trepada de unos veinte metros, y al final de la misma, un pasito algo complicado por la lluvia para llegar a una travesía algo volada y equipada con grapas, algo separadas para los que somos de brazos pequeños, pero bueno, también hay cable y no se pasa mal.
Al final, el mirador de Olvena, precioso, la lluvia nos deja ver algo hacia el Santuario de Torreciudad, pero sobre todo, las vistas del río Ésera son únicas.
El descenso se hace caminando hasta el pueblo que está junto a la cima; desde el mismo, cerca de la ermita del Cristo, una calle hacia la derecha nos conduce a unas marcas GR que nos bajan hasta el puente de la Sierra en poco más de media hora.
Otra vez más (y van setecientas o así) me dejas boquiabierto.
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