Cuando pretendes hacer la subida al Mont Blanc puede ocurrir, en mas ocasiones de las que nos gustaría, que el buen tiempo predominante en el valle no lo sea en la cumbre, y que sea tan malo que haga inviable el intento de ascensión.
Entonces ¿que hacer en Chamonix?, bueno pues además de las numerosas actividades de Chamonix hay un bonito trekking que me propuse y que me sorprendió por las maravillosas vistas que de Chamonix y del macizo del Mont Blanc me planteó, además por supuesto, del bonito recorrido que llevé a cabo.
Ni mas ni menos que una caminata desde Le Brévent hasta la Flégère, recorrido algo duro en sí, pero al que además le aderecé haciendo la dura subida desde Chamonix (Les Plans) hasta Planprez a 2062 metros a pie, evitando el telecabina (también porqué lo ponen en marcha mas tarde de la hora en que inicié el camino), bueno llegué arriba a la misma hora que la primera cabina, pero así endurecí algo mas la jornada, con la suerte de ver debajo de mí un mar de nubes que cubría Chamonix en un día perfectamente despejado en altura.
Allí comencé unas rampas iniciales que me llevaron (perfectamente indicado) hasta el Col de Brévent a 2368 metros desde donde las vistas del Mont Blanc se hacen espectaculares con todas sus vías, que día mas despejado y bonito y que lastima el terrible viento que se anunciaba en las cumbres del Mont Blanc.
Bonito camino con fáciles y divertidas trepadas hasta el Col del Lac Cornu y desde allí hasta Aigle Pourrie contemplando el bonito Lac Cornu. Sigue la caminata con subidas y bajadas y fáciles trepadas y destrepadas hasta el Col des Lacs Noires con el Lac Noire a su izquierda continuando hasta el Col de L´Index, desde el que a través de una aérea rampa
, eso sí con cadenas de aseguramiento, se comienza la bajada, al principio mas abrupta y poco a poco mas suave hacia el final del telecabina de La Flégère, allí, en lugar de comenzar ya la bajada, a pesar de las horas que ya llevaba de caminata decidí continuar hasta el Lac Blanc desde donde pude ver las Aiguilles de Belvedere a un lado y de frente el otro lado del Mont Blanc con los glaciares de La Mer de Glace y el de Argentiere.
, eso sí con cadenas de aseguramiento, se comienza la bajada, al principio mas abrupta y poco a poco mas suave hacia el final del telecabina de La Flégère, allí, en lugar de comenzar ya la bajada, a pesar de las horas que ya llevaba de caminata decidí continuar hasta el Lac Blanc desde donde pude ver las Aiguilles de Belvedere a un lado y de frente el otro lado del Mont Blanc con los glaciares de La Mer de Glace y el de Argentiere.
Claro que, por supuesto, decidí no contaminar el maravilloso día tomando el telecabina de bajada y lo hice a pie, dura bajada que castiga los cuadriceps, y eso que no contaba con lo peor del día, desde la Flegère hasta Chamonix hay una buena caminata por los bordes de la carretera.
Llegué a Chamonix ya anocheciendo, ducha y a cenar, bien me lo había ganado.
Eso, eso: dándole a los cuádriceps. Que para eso están.
ResponderEliminarSaludos